Operaciones de paz: Un cambio de posición

martes, 12 de julio de 2005 · 01:00
Washington, 8 de julio (apro) - La reciente renuncia de la subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Olamendi, derivada de la controversia sobre una posible participación al futuro de México en operaciones de mantenimiento de la paz, requiere un análisis detenido sobre qué son en concreto estas operaciones, quiénes participan en ellas y cuáles son sus características Al revisar la composición de países que participan actualmente con militares, civiles y observadores en operaciones de mantenimiento de la paz (OMP), es sorprendente constatar que son los países en vías de desarrollo los que más aportan personal, incluyendo a nuestros vecinos en América Latina como Uruguay (2 mil 492), Brasil (mil 320), Argentina (mil 114), Perú (219), Chile (121), Guatemala (77), Paraguay (41), El Salvador (14) y Honduras (12) Ciertamente, sorprende doblemente ver una ausencia total de México que no aporta ni siquiera un civil u observador ¿Cuál es la razón? En México se piensa en muchos círculos gubernamentales y académicos que las OMP sólo tienen funciones militares y tienen como función separar a Estados en pugna Esta creencia ha sido la causa por la que nuestro país haya sido reticente a participar en las operaciones desde su fundación, equiparándolas a actos de intervención que pudieran contravenir la Constitución Esto es un grave error y un mito que es necesario derrumbar En los últimos años la labor de mantenimiento de la paz de la Organización de las Naciones Unidas ha evolucionado de forma vertiginosa, a tal grado que actualmente en las 16 operaciones en el terreno, la gran mayoría están compuesta por civiles que desempeñan, primordialmente, funciones de reconstrucción de los conflictos ¿Entonces, por qué nuestro país no ha adaptado la posición que tenía ante las OMP que data desde la Guerra Fría, cuando el resto de los países del mundo, incluyendo los latinoamericanos, han sabido adaptarse a las nuevas circunstancias? Con el fin que México no quede aislado en el ámbito internacional y pierda liderazgo a nivel regional, ha llegado el momento de revisar esta posición e identificar espacios donde podría participar En la última década hemos observado cómo Naciones Unidas ha instrumentado una variedad de operaciones de paz con mandatos tan amplios en favor de los países que salen de conflictos, en acciones como la reedificación de comunidades, la creación de instituciones públicas, la asistencia humanitaria y la organización de marcos constitucionales para la celebración de elecciones Nuestro país pudo, ciertamente, haber participado con personal en la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah), en uno de estos rubros Escogimos no hacerlo En una crisis regional muy cercana a México somos testigos de la participación de Brasil, Argentina, Chile, El Salvador y Ecuador Incluso países africanos como Togo, Ghana, Senegal participan; y el propio Sri Lanka, abatido por el tsunami, ha enviado a policías civiles a coadyuvar en Haití Estos países han optado por jugar un papel más decidido en el tema de la seguridad internacional En México ha llegado el momento de tener una proyección estratégica equilibrada con el tamaño y la ubicación del país que somos en el mundo México es el cuarto país en territorio, el tercero en población y la tercera economía en el hemisferio, pero no juega un papel ni siquiera pequeño en los organismos de seguridad, internacional y hemisféricos Adicionalmente, somos actualmente el vigésimo cuarto contribuyente financiero en operaciones de paz en las que no participamos El reciente informe del panel de alto nivel para la reforma de la ONU, convocado por su secretario general, Kofi Annan, ha hecho un llamado a todos los países a tener una participación más comprometida en las operaciones de paz; además de que ha sugerido que éste debe ser un requisito para cualquier aspirante a un puesto en el Consejo de Seguridad Debemos ser claros México podría contribuir en operaciones de paz de reconstrucción de los conflictos en áreas tan diversas como la ayuda humanitaria, la asistencia electoral y la reedificación de instituciones, si éstas cuenten con el consentimiento del Estado receptor De esta manera no se estaría violando el precepto constitucional de la no-intervención y no se pondría en duda su compromiso internacional en favor de la paz y seguridad internacional No es una casualidad que los países que más aportan personal a las OMP no sean Estados Unidos, Rusia o China, sino las naciones en vías de desarrollo, incluyendo a africanas, asiáticas, europeas y latinoamericanas Existen muchos beneficios, empezando por el aprendizaje que obtienen sus militares y funcionarios civiles de las experiencias internacionales que van, desde el intercambio de conocimientos ante crisis como la de Haití, hasta la cooperación internacional en áreas tan importantes como los desastres naturales, la reconstrucción de las estructuras institucionales de un país y el ataque al narcotráfico y el crimen organizado Nadie puede imponer a México alguna modalidad de participación Son los propios poderes Ejecutivo y Legislativo los que deben fijar el marco jurídico que establezca los principios de participación de México, similar al que tienen la mayoría de los países que así lo hacen México debe jugar un papel decidido y comprometido en las acciones internacionales en favor de la paz y la seguridad internacional, acorde con su compromiso en pro del multilateralismo y las Naciones Unidas fgsaiffe@yahoocom

Comentarios