Bolivia: Democracia fracturada

lunes, 3 de diciembre de 2007 · 01:00
La Paz (apro) - La determinación del presidente Evo Morales de imponer su proyecto de Constitución, al margen de procedimientos legales y de sus opositores, generó un escenario político con posiciones irreconciliables y un clima de violencia que, hasta la semana pasada, había dejado un saldo de tres muertos y al menos 300 heridos durante las manifestaciones de protesta En Bolivia, pues, la democracia sufrió una fractura Desde 1982, año en que este país retornó al sistema democrático tras una década de gobiernos militares, la democracia soportó numerosos momentos de conflicto pero --coinciden analistas-- ninguno tan crítico como el presente, con un gobierno decidido a fundar un nuevo Estado, sustentado en la predominancia indígena y una oposición rebelde a aceptar la vigencia de ese modelo Cuando el 6 de agosto de 2006 se instaló en la ciudad de Sucre la Asamblea Constituyente, con el fin de redactar una nueva Constitución, la mayor parte de los actores políticos vislumbró que la crónica inestabilidad política boliviana podía ceder paso a un "pacto social" que, sobre un sistema orientado hacia el desarrollo económico y la justicia social, inaugurara un largo ciclo de convivencia democrática El pasado 24 de noviembre, esa idea quedó triturada cuando la Asamblea Constituyente, con la sola asistencia del partido oficialista, el Movimiento al Socialismo (MAS), y sus aliados, aprobó "en grande" (a nivel general) el texto de la Constitución, propuesto por Evo Morales Durante los anteriores 15 meses, la Asamblea no llegó a discutir ni un solo artículo de la nueva Constitución, sumergida en interminables debates sobre el sistema de votación, cuestiones de procedimiento y la demanda de la ciudad de Sucre, de convertirse en sede del Poder Ejecutivo y el Congreso, arrancando a La Paz esa condición En este contexto, urgido por el plazo fijado por Ley a la Asamblea para entregar una Constitución aprobada a más tardar el próximo 14 de diciembre, y decidido a imponer su propuesta, el MAS reunió, desde el pasado 23 de noviembre, a sus 136 constituyentes y aliados en un recinto militar ubicado a cinco kilómetros de Sucre: el Liceo Teniente Edmundo Andrade Éste fue protegido por tres anillos de seguridad, el primero conformado por campesinos afines al oficialismo; el segundo, por policías, y el tercero, por militares En esas condiciones, la instalación de la Asamblea enardeció a la oposición y a los habitantes de Sucre, quienes iniciaron un asedio al recinto militar para obligar suspender las sesiones Los enfrentamientos con la policía provocaron, el pasado 24 de noviembre, un muerto por impacto de bala Con la seguridad a punto de ser rebasada, los constituyentes aprobaron, a las 20:00 horas, apresuradamente, la nueva Constitución Según los medios de información, la aprobación fue tan intempestiva que apenas se dio lectura a 15 de los 21 informes que conformaban el nuevo texto, pasándose inmediatamente a la votación del índice de la Carta Magna Los constituyentes, por lo tanto, aprobaron el índice de la Constitución, sin conocer plenamente su contenido Concluida la votación, los 136 constituyentes salieron apresuradamente del Liceo Militar; mientras, fuera del recinto, explotaron granadas de gases lacrimógenos para alejar a una multitud que, enardecida por la noticia de la primera muerte, desbordaba poco a poco a la policía Campo de guerra Tras ese desenlace, Sucre se transformó en un campo de guerra El domingo 25 de noviembre, el carpintero Juan Carlos Serrado, de 25 años de edad, y el abogado Gonzalo Durán, de 29 años, se convirtieron en las dos nuevas víctimas mortales, sumándose al estudiante José Luis Cardozo, de 20 años, fallecido un día antes, mientras los heridos, principalmente en las filas de los manifestantes, se contaban por decenas, colapsando la capacidad de atención de los centros médicos La policía, pese a actuar con severidad, fue incapaz de contener a multitudes que redujeron a cenizas todas sus instalaciones, por lo que el gobierno se vio obligado a ordenar su repliegue a la ciudad vecina de Potosí, dejando a Sucre sin seguridad ni autoridades, ya que el propio gobernador (prefecto), simpatizante del MAS, víctima de una crisis nerviosa, abandonó la sede de sus funciones donde, de todas maneras, ninguna de sus instrucciones podía cumplirse ante el caos generalizado Con una ciudad de aproximadamente 200 mil habitantes, sin ley ni autoridad, los hechos más inverosímiles se sucedieron, uno tras otro: 86 de los 133 reos huyeron de la cárcel con la ayuda de los policías que, ante un posible incendio, ayudaron a los reclusos a saltar las paredes de la penitenciaría El resto de reclusos, para evitar condenas mayores, decidió ir a dormir a sus casas, regresando los días siguientes al penal en "horas de oficina" Hasta cuatro días después de los hechos de violencia, la policía retornó a Sucre Puso como condición para su regreso el pago de un millón de dólares por los daños causados, además de la devolución de armas robadas En la ciudad no se registraron nuevos hechos de violencia ni una temida ola delictiva, por lo que autoridades locales llegaron a sugerir, incluso, que sin la policía "estaban mejor" Finalmente, molestos, los uniformados regresaron a sus cuarteles destruidos sin ninguna indemnización Si a estos hechos se agrega el registrado el pasado 22 de noviembre en el pueblo de Omasuyos de la provincia de La Paz, donde campesinos afines al gobierno, organizados bajo el nombre de "Ponchos Rojos", golpearon y degollaron ante la incrédula mirada de periodistas a dos perros "en señal de advertencia a los opositores del gobierno" Pocos en Bolivia dudan que el país asista a un cruel clima de violencia Cien años en el poder Según el oficialismo, su nueva Constitución garantizará a los indígenas la permanencia en el poder durante por lo menos un siglo "Las mayorías (indígenas) tenemos derecho a gobernar en los próximos 100 años, pero no un solo gobierno, sino diferentes gobiernos Entonces, el partido que gana va a manejar los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial", dijo el jefe de la bancada del MAS en la Constituyente, Román Loayza ¿Qué establece la nueva Constitución, de 408 artículos, para que sus autores proyecten un gobierno de una centuria? En primer lugar, declara a Bolivia un "Estado unitario social de derecho plurinacional comunitario, libre, autonómico y descentralizado, independiente, soberano, democrático e intercultural" La Carta Magna reconoce la "autonomía indígena originaria campesina", que sería "la expresión del derecho al autogobierno como ejercicio de la autodeterminación de las naciones y los pueblos indígenas originarios, y las comunidades campesinas, cuya población comparte territorio, cultura, historia, lenguas, y organización o instituciones jurídicas, políticas, sociales y económicas propias" Respecto de los poderes del Estado, elimina el actual sistema bicameral (diputados y senadores) para crear una "Asamblea Legislativa Plurinacional" de una sola cámara, integrada por 157 asambleístas, que aprobará todas sus decisiones por simple mayoría, desechando el actual sistema que obliga a contar con dos tercios de votos para decisiones trascendentales y la designación de autoridades de otros poderes La "Asamblea Legislativa Plurinacional" incluirá un cupo fijo para "circunscripciones especiales indígena originario campesinas", lo que, en los hechos, según los analistas, otorga a las 36 comunidades indígenas que existen en Bolivia una "sobre representación" política en el Congreso, independientemente de su número de habitantes, que le permitiría construir fácilmente una simple mayoría Los representantes "indígenas originarios campesinos" serán elegidos directamente "por usos y costumbres", y no necesariamente por voto secreto y universal Otras disposiciones de la Constitución establecen que los integrantes del Tribunal Supremo de Justicia, máximo organismo de la justicia, serán electos por sufragio universal y que el organismo encargado de las elecciones, el denominado "Consejo Electoral Plurinacional", estará compuesto por cinco miembros, de los que al menos dos serán representantes "de los pueblos y naciones indígenas originarias campesinas" Toda persona tendrá derecho a la propiedad privada siempre que cumpla "una función social" y que su uso "no sea perjudicial al interés colectivo", mientras el presidente y vicepresidente de la República podrán ser reelectos "consecutivamente", de forma indefinida "Durante 100 años van a tener que aguantar a las mayorías, así como hemos aguantado a un puñado de tipos durante estos 200 años ¿Por qué no van a poder aguantarnos a las mayorías por 100 años?", pregunta e insiste el dirigente Roman Loayza al ser consultado sobre el carácter de la constitución del MAS Los analistas consultados por Apro expresaron preocupación por el destino inmediato de Bolivia El analista Carlos Cordero considera que la Constitución aprobada tiene "una fuerte reivindicación indígena, con una representación sobredimensionada de este grupo" El constitucionalista Juan Carlos Urenda, más radical, afirma que "es una Constitución racista porque viola el principio de la igualdad, que es el principio básico de la democracia y el Estado social y democrático Otorga el privilegio con base en criterios étnicos y es la primera Constitución de esa naturaleza en el mundo occidental" La analista Jimena Costa, por su parte, advierte que "los grupos étnicos (de Bolivia), que se consideran naciones, no reconocen a Bolivia como nación y se les da propiedad sobre el territorio y los recursos naturales renovables Lo único que falta es la libre determinación para que se conviertan en un Estado" Juan Ramón Quintana, ministro de la Presidencia, no comparte esos criterios, y sostiene: "Ésta es una reivindicación de las luchas de los pueblos indígenas Esta nueva Constitución, aprobada en grande, refleja no sólo el futuro que quiere la patria, sino va a tratar de cancelar aquel pasado que nos ha tocado vivir Este trabajo, que se ha hecho a pesar de la provocación, la violencia y el racismo, va a ser valorado por todos y cada uno de los bolivianos como una decisión patriótica" Las batallas que vienen El clima de violencia y los amplios cuestionamientos a la forma en que se aprobó el proyecto de Constitución, no han hecho mella en la determinación del presidente Evo Morales, para quien sólo "algunos grupos oligárquicos, conservadores, neoliberales, no quieren que se cambie la Constitución" Ni el paro de 24 horas en seis de las nueve provincias de Bolivia, registrado el pasado 28 de noviembre, al que seguirá una "resistencia civil movilizada" y una huelga de hambre general de representantes regionales a partir del 3 de diciembre, ha modificado el criterio oficialista El martes pasado, en una sesión de Congreso en la que una turba de campesinos impidió el acceso de senadores opositores, el MAS autorizó a la Constituyente a deliberar en cualquier ciudad del país, con el fin de evitar la reinstalación de sus sesiones en Sucre, donde las huellas dejadas por la reciente violencia han creado un clima adverso al partido del presidente Hasta el próximo 14 de diciembre, la Asamblea Constituyente, por dos tercios de votos, debe aprobar aún "en detalle" cada uno de los artículos de la Carta Magna, antes de pasar a la siguiente etapa: la aprobación, en un referéndum nacional, del texto final El MAS y sus aliados no cuentan con dos tercios de los 255 asambleístas, pero ha asegurado que hará "esfuerzos" para convencer a por lo menos 15 constituyentes y alcanzar así el número necesario de votos Tras la primera batalla, ganada por el MAS, quedan otros combates de imprevisibles características Al respecto, la analista política Mariela Pereyra considera que la primera victoria del MAS ha sido "pírrica" y evoca para ello la célebre frase de Pirro, Rey griego de Epiro, quien dijo: "Otra victoria como esta y volveré solo a Epiro", a propósito de su triunfo sobre los romanos en una batalla, pero a costa de graves e importantes pérdidas "Sin lugar a duda alguna, los acontecimientos en Sucre (barricadas, incendios, saqueos, protestas, muertos y heridos) hacen evidente que el presidente Evo Morales no tiene la sabiduría del Rey de Epiro, pero sí los costos de una victoria pírrica que implica una derrota que no es de nadie en particular, sino de Bolivia en general", destaca Pereyra ( 3 de diciembre de 2007)

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