Blair y sus "zonas de respeto" contra el vandalismo

lunes, 12 de febrero de 2007 · 01:00
Londres (apro) - El primer ministro británico Tony Blair ha lanzado una batalla personal contra el vandalismo y el comportamiento antisocial en los llamados "barrios del infierno" por parte de los jóvenes más marginales y violentos de Gran Bretaña Su fin, la creación de unas 40 "zonas de respeto" en Inglaterra, para revertir la creciente violencia, pintadas de graffiti, y otros delitos menores por parte de adolescentes en las calles del país, que parece ser la principal amenaza para la sociedad británica Sin embargo, no todos están de acuerdo con este programa social, que no logra solucionar los problemas de fondo del sector más vulnerable, como la educación, el trabajo y las oportunidades igualitarias Bajo los planes del gobierno, las alcaldías designadas como áreas "de respeto" tendrán más poderes para penar y multar a aquellos que generen problemas comunales y barriales en las distintas localidades El gobierno determinó las distintas zonas teniendo en cuenta factores como la privación económica, el abuso antisocial callejero y la exclusión escolar Un recorrido a pie por la ciudad de Northampton, en el norte de Inglaterra, da una idea de qué tipo de batalla está tratando de ganar el gobierno y cuál es la amenaza real que enfrenta la población por el creciente peligro de las bandas callejeras James, de 16 años, es el ejemplo clásico del adolescente que la agenda llamada de "Respeto" de Blair pretende penar Su pasado criminal, de robos menores y vandalismo en su barrio, hacen que sea muy temido por los vecinos de Northampton, aunque también, uno de los principales cabecillas de su banda juvenil Tras preguntársele por qué ha recibido las multas de ASBO (órdenes contra el comportamiento antisocial), James reitera: "Por robos, por vandalismo, por golpes La vida aquí es así" Cuando se le increpa por qué se ha dedicado a esas actividades y abandonó los estudios, simplemente responde: "Ni idea" Sin embargo, la respuesta podría estar en su grupo de amigos de la calle de la empobrecida Abington Street, quienes como él, han desertado de la escuela y se dedican a pasar el tiempo sentados en la calle, escuchando música R&B o fumando marihuana La mayoría de ellos, con sus típicas capuchas para protegerse de la Policía y sus atuendos deportivos, suelen venir de familias con problemas sociales graves, desempleados o inmigrantes sin chances de conseguir oportunidades en el país por falta de documentación reglamentaria "Solemos estar todo el día en grupos, y cuando estamos aburridos, salimos a hacer lío A veces rompemos automóviles, otras, salimos de ?caza de brujas? a molestar a los paseantes La policía nos conoce, pero qué puede hacer con nosotros Somos como una plaga", bromea con orgullo este inglés, blanco, y con un fuerte acento del norte de Inglaterra Otro de los jóvenes consultados por Apro, Sam Williamson, de 15 años, cuenta que muchos adolescentes británicos de la calle no tienen nada qué hacer "y por eso salen a hacer de las suyas" "La culpa de todo la tienen las familias Pero generalmente sin la figura de un padre y con una madre en problemas, qué se puede pedir Yo prefiero estar todo el día en la calle", dice el joven, que dejó la escuela secundaria de Northampton hace dos años Mientras habla, unos tres camiones de la Policía atraviesan la esquina sonando sus sirenas Van a toda velocidad, tal vez a alguno de los barrios aledaños de Abington Street, donde alguien ha denunciado algún robo o alguna paliza callejera "La vida por aquí es así de dura, hay que sobrevivir como se puede", dice Sam, acompañado de la que dice ser su novia, Twiggy, de 14 años "Nosotros no tenemos nada qué hacer Es el aburrimiento el que nos lleva a meternos en problemas", tercia la joven Pero el gobierno ya ha identificado a grupos como los de James o Sam, y por eso creó las llamadas "zonas de respeto", donde la Policía puede detener en el acto a jóvenes por sólo realizar pintas en las paredes e imponerles desde restricciones para moverse a ciertas zonas, hasta multas de varios cientos de dólares Por ese motivo, la zona de Northampton, una de las 40 elegidas para someterse al plan, ha implementado a través de su alcaldía un programa de regeneración de adolescentes marginales, para tratar de revertir la situación y sacarlos de la marginalidad a quienes tienen más problemas sociales Dentro de ese plan creó el centro Roadmaster de música, para atraer a jóvenes sin estudios o que están en problemas, y alentarlos para que sigan actividades musicales barriales, sacarlos de la calle, de las drogas y la delincuencia En uno de esos centros creados por el gobierno, el "Emmanuel Church", Lisa Gilbert, de 18 años, se muestra escéptica por los planes de Blair "Muchas veces se trata de cercenar nuestras libertades como individuos Sabemos que este es el último año de Blair en el gobierno y obviamente quiere irse con un titular bueno a su favor Pero lo cierto es que para que espere respeto de nuestra parte, él tendrá que mostrar lo mismo de su parte", advierte la joven En ese sentido, Joan Kirkbride, ministra del gabinete de Blair y encargada de Asuntos para el Menor y el Joven, admite que debería destinarse mucho más dinero para estos programas con adolescentes en problemas Pero no todos quedaron contentos con el programa nacional, y el ministro del Interior en la oposición, el conservador David Davis, calificó los planes del gobierno como "una admisión de fallas" para luchar contra el comportamiento antisocial en las calles de Gran Bretaña Las últimas cifras oficiales indicaron que la gran mayoría de las multas por comportamiento antisocial (75%) fueron quebradas en Inglaterra y Gales, y los jóvenes penados, vuelven a cometer delitos Además, indican que hubo un 90 por ciento de aumento en la expedición de multas ASBOS, a un nivel de 18000 anual Louise Casey, a cargo del plan, declaró que aquellos que quiebran sus multas "están violando todo orden establecido de control" Algunas de las "zonas de respeto" fueron creadas en las poblaciones más marginales del país, como en áreas de Londres, Birmingham, Blackburn, Darwen, Blackpool, Bristol, Bradford, Coventry, Exeter, Ipswich, Leeds, Leicester, Liverpool, Manchester, Newcastle, Nottingham, Oldham, Portsmouth y Southampton La idea, según las autoridades, es tratar de proveer de penas duras contra los jóvenes más marginales y violentos, como multas, restricciones de movimiento o hasta detenciones, al tiempo de buscar regenerarlos e insertarlos dentro de la sociedad Para el propio Blair "nada funcionará" si las comunidades que sufren de los llamados "barrios del infierno" no luchan contra la violencia y la criminalidad en sus calles Además, dijo durante la presentación del programa, el pasado 1 de febrero, que existen muchas familias en Gran Bretaña "que crían a sus hijos mal" "La idea no es satanizarlos Sólo les pedimos a las alcaldías locales que implementen los nuevos poderes para desterrar el vandalismo", destacó En ese sentido, Casey especifica que las 40 zonas de respeto "revertirán el creciente problema del comportamiento antisocial entre los más jóvenes" A pesar de esos planes, los conservadores acusan al gobierno de haber reducido en 4000 el número de policías comunitarios en las calles del país, que según la agrupación opositora resolverá el problema de la delincuencia callejera a manos de jóvenes "Nuestro programa de ?Respeto? busca dar respuestas a las personas más pobres y vulnerables Para mí, es un tema de justicia social Nadie puede aprender en un aula donde hay interrupciones constantes, ni en un hogar donde hay violencia o en una comunidad donde hay basura, graffiti y ataques día a día Cambiar estas pequeñas cosas mejorarán nuestra vida cotidiana", dice Casey Pero las palabras de la funcionaria no parecen contrastar con la realidad En el barrio de Hackney, en el empobrecido Este de Londres, los problemas para muchos jóvenes marginales parecen no tener soluciones Paul Harrison, de 15 años, y oriundo de Hackney Central, cuenta que aunque los ministros hablan mucho "hacen pocas cosas concretas" por ellos "Este país es el más rico del mundo y mira a tu alrededor", dice el joven, señalando un decaído sector industrial, donde conviven familias de pakistaníes, británicos de origen afro-caribeño y fábricas que han visto mejores épocas "Ellos dicen que nos pondrán penas, los ASBOS si creamos líos Pero no dan soluciones Aquí en Hackney hay mucha delincuencia, y también vandalismo Es moneda común", dice Paul, para quien la alcaldía local "se ha olvidado de los que más necesitan" "El problema en este país es que hace falta concienciar más a la gente Yo quiero volver a la escuela, pero allí también hay muchos problemas, y tengo que ayudar a mi madre con el dinero que traigo a casa", comenta Como Paul, muchos jóvenes marginales prefieren la calle y pertenecer a bandas juveniles, a insertarse en una sociedad que parece darles la espalda Una de las poblaciones con mayores problemas es la de Gillinghan, en el condado de Kent (sur de Inglaterra), donde desde 2002 se han emitido miles de multas ASBOS cada año Para muchos comerciantes de la zona, esas penas no sólo no sirven, sino que no resuelven el problema Colin Hogan, quien tiene una tienda de telas en la zona, confiesa que las multas no están dando ningún resultado y que el gobierno debe dar otras respuestas si quiere ser serio en la lucha contra el vandalismo "No hace mucho tiempo una pandilla entró a nuestro comercio y amenazó con destrozar las ventanas y con quemar el lugar Tomaron a mi esposa y la amenazaron con apuñalarla La Policía les impuso ASBOS, pero ellos siguen allí, en la esquina, amenazando a los vecinos cuando se les antoja", cuenta Como Hogan, muchos vecinos se sienten amenazados "Si hay justicia social, que la haya para todos", dicen Lo cierto es que la problemática del comportamiento antisocial ha crecido en gran forma en el país, y parece no querer detenerse A menos que se solucionen los problemas de fondo y de mayor prioridad de los jóvenes marginados, su deserción escolar, la falta de oportunidades y la integración, esta coyuntura social no sólo empeorará en los próximos años, sino que podría generar dos realidades paralelas: la de una Gran Bretaña rica y próspera de jóvenes educados e insertos en el campo laboral, y de otra, que enfrente diariamente la violencia, la segregación y la violencia por falta de un futuro viable para sus adolescentes(12 de febrero de 2007)

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