Bombay: La incubadora terrorista
Hay indicios de que el atentado que ocurrió en Bombay se gestó entre células de fundamentalistas islámicos que operan desde Pakistán Así se lo hicieron saber las autoridades indias al presidente de este país, Asif Ali Zardari, a quien le exigen la extradición de varios paquistaníes sospechosos de estar vinculados con los integrantes del comando jihadista que perpetró la masacre La nebulosa terrorista que se mueve entre la India y Pakistán hace muy difícil determinar el origen del atentado, así como prevenir otros en el futuro
PARÍS- Las autoridades policiacas indias son categóricas: los 10 combatientes islámicos que lanzaron ataques terroristas en el sur de Bombay, con un saldo de al menos 188 muertos y 300 heridos, pertenecen al grupo integrista Lashkar-e-Taiba, con sede en la Cachemira paquistaní
Aseguran que disponen de pruebas irrefutables de lo anterior, como la confesión de Ajman Amin Kasab, único sobreviviente del comando de mujaidines que consumó el atentado
El miércoles 3, el ministro de Relaciones Exteriores indio, Pranab Mukherjee, declaró en presencia de su homóloga estadunidense: "Informé a la señora Rice que los ataques terroristas de Bombay habían sido perpetrados por individuos que llegaron de Pakistán, que quienes los controlan se encuentran en ese país y que no existía la menor duda al respecto"
El gobierno indio no acusa a Asif Ali Zardari, viudo de Benazir Bhutto y presidente de Pakistán desde hace sólo dos meses, de haber fomentado el operativo sangriento Sin embargo, le exige que extradite a 20 paquistaníes islámicos radicales sospechosos de participar en los atentados Además, junto con la administración Bush, le pide que colabore en la investigación y que luche con determinación contra los grupos fundamentalistas paquistaníes que llevan años de atacar a la India
Desde que ocurrió la tragedia de Bombay, Zardari dice con insistencia que está metido de lleno en la lucha contra esas agrupaciones, pero hay dudas de que pueda acabar con ellas En realidad, este es el mayor reto de su presidencia, porque para lograrlo tendrá que controlar a las poderosas fuerzas armadas paquistaníes y, sobre todo, a la Dirección de Inteligencia Inter-Services (ISI, por sus siglas en inglés)
Este es un adelanto del reportaje que publica la revista Proceso en su edición 1675