Argentina: Cavallo, el imperturbable

lunes, 7 de abril de 2008 · 01:00
Buenos Aires (apro) - Sobrevivientes de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), el mayor centro clandestino de detención durante la última dictadura argentina (1976-83), recuerdan a Ricardo Cavallo como una persona "imperturbable" aun cuando aplicaba torturas a sus víctimas De igual manera el exmarino, quien llegó a Buenos Aires extraditado desde España el pasado 31 de marzo, se presentó ante el juez federal Sergio Torres, el magistrado que pidió su extradición a Madrid y quien lleva la llamada mega-causa de la ESMA "Estaba imperturbable, como dicen los sobrevivientes Muy frío, con la vista penetrante, clara Estaba firme, demasiado cerebral, sin ningún gesto de arrepentimiento, ningún gesto que podría dejar pensar que escondía algún sentimiento", dice a Apro Rodolfo Yanzón, abogado querellante que representa a diversas organizaciones de derechos humanos Así se presentó Cavallo ante el magistrado ese día en el palacio de Tribunales Vestía saco y corbata y habló durante 15 segundos "Negó todo lo que se le imputaba; dijo que nunca perteneció a una asociación ilícita", y luego se quedó en silencio, comenta Yanzón El juez acababa de interrogarlo por haber formado parte de una organización ilícita que actuaba de manera "sistemática, coordinada y permanente" para apoderarse de los bienes de los detenidos-desaparecidos en la ESMA Torres dio por terminada la comparecencia y Cavallo, esposado, fue trasladado a la prisión de máxima seguridad de Marcos Paz, en la periferia de Buenos Aires Allí "Sérpico", su alias más conocido, se encontró con antiguos camaradas de armas, exrepresores investigados por violaciones a los derechos humanos, como el excapellán policial, el sacerdote Christian Von Wernich, o el excomisario Miguel Etchecolatz, exjefe de la policía bonaerense, ambos condenados a cadena perpetua el año pasado El silencio Los abogados de Cavallo tendrán tiempo de sobra para pensar en la estrategia de defensa antes que se inicie el juicio oral, a mediados de 2010, según la previsión de Yanzon La primera medida de la defensa fue pedir la excarcelación del exmarino y que se compute el principio de "dos por uno" (dos años por cada uno que pasó en prisión sin sentencia como establece el Pacto de San José de Costa Rica) Cavallo está detenido desde el 24 de agosto de 2000 cuando fue arrestado en México Tres años después fue extraditado a España Cavallo regresó ayer al despacho del juez para ampliar la indagatoria, volvió a negar todas las acusaciones en su contra y se sumió otra vez en el silencio A partir del pasado 31 de marzo, el juez Torres tiene 10 días para decidir si lo procesa "Suponemos que lo van a procesar Torres debe ahora ampliarle la declaración indagatoria para darle a conocer otros hechos de los que es acusado, como torturas, secuestros y desapariciones", dice Yanzon Cavallo está acusado en Argentina por detención ilegal, torturas, asesinatos, extorsión, robos con violencia e intimidación y falsificación documental Entre otros crímenes se le involucra en la muerte del escritor y periodista Rodolfo Walsh y de la fundadora de las Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor En España fue acusado de genocidio, terrorismo y tortura Por el principio de "doble juzgamiento", Cavallo sólo podrá ser juzgado en su país natal por delitos a los que no haya respondido ante la justicia española, donde su causa sigue aún abierta, a pesar de haber sido extraditado Si su caso se cierra puede ser juzgado por todos los delitos, pero si es sobreseído, sólo podrá ser juzgado por crímenes diferentes a los que le ha imputado la justicia española Yanzon explica: "Cavallo tiene una serie de fuertes imputaciones, y recién empezamos con las indagatorias Todavía no se dio a conocer la totalidad de causas imputadas Se irá resolviendo a medida que se resuelva la causa de España Hay que tener mucho cuidado para evitar futuras nulidades que pueda presentar la defensa", añade La causa española, dice Yanzon, no está cerrada porque la defensa de Cavallo interpuso un recurso contra el fallo de la audiencia nacional que autorizó la extradición del exmarino a Argentina Si prospera ?añade el abogado-- Cavallo estaría en condiciones de regresar a España" Sin embargo, Yanzon cree que el exmarino "va a ser juzgado en Argentina Hay un 80 por ciento de probabilidad de que nunca sea juzgado en España, y un 20 por ciento, de prosperar el recurso, de que sea juzgado en España y luego venga aquí a ser juzgado por la justicia argentina" Los plazos por ello son extensos "Podría decir que el primer juicio oral contra Cavallo demorará aproximadamente dos años y medio en iniciarse", señala --¿Cuál sería la pena máxima que podría recibir en caso de ser encontrado culpable? --Si se le imputa por homicidios, será prisión perpetua --dice Yanzon Y agrega: "Soy optimista en cuanto a que las partes querellantes --familiares, victimas y organizaciones de derechos humanos-- van a hacer todo lo posible para condenarlo" --¿Cree usted que Cavallo debió ser juzgado primero en España, y después de condenarlo, ser extraditado a Argentina? --Sí, claro Se debió juzgarlo, sentenciarlo y luego enviarlo aquí Es una falta de respeto a la justicia internacional la decisión de archivar la causa, porque estuvieron peleando tres años una extradición Cavallo fue trasladado a España desde México, comenzaron el juicio y no lo quisieron juzgar Nunca fijaron fecha En tanto, Cavallo se sumó a la lista de 300 exrepresores o sospechosos de serlo que aguardan ser sometidos a juicio oral en prisión Los casos abiertos involucran a 380 acusados que actuaron en distintas fuerzas de seguridad durante la dictadura Hasta ahora, sólo ha sido condenado una decena de represores desde que, a mediados de 2003, el Congreso declaró ilegales las llamadas "leyes del perdón" (Obediencia Debida y Punto Final) aprobadas a mediados de los 80 durante el gobierno de Raúl Alfonsín (1983-89) bajo presión militar Pero los números son parciales: organismos de derechos humanos estiman en un millar los represores que deben pasar por el banquillo de los acusados Yanzon concluye: "No tengo por qué desconfiar de la justicia argentina" (7 de abril de 2008)

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