Recriminan con marcha políticas republicanas
SAINT PAUL, Minnesota (apro) - Con una manifestación en contra del presidente George W Bush, inició hoy aquí la convención nacional del Partido Republicano que culminará con la nominación de John McCaín como candidato de ese partido a la Presidencia de Estados Unidos
"Alto a la guerra", "Bush y Cheney a La Haya, por crímenes de guerra", "Fuera Estados Unidos de Irak", "Matrimonio para homosexuales", "Alto a las redadas", "Educación para todos" y "Paz", decían las decenas de pancartas que portaron los casi 10 mil manifestantes, según las autoridades y 20 mil, según la prensa
Desde las escalinatas del Capitolio de Saint Paul, salieron más de un centenar de organizaciones no gubernamentales y miles de sus seguidores para marchar, de manera pacifica, hasta las puertas del Excel Center, de Saint Paul, sede la convención nacional Republicana, donde demandaron un cambio en las políticas del gobierno federal, en manos de los republicanos desde hace casi ocho años
"Digan no a la agenda republicana, necesitamos parar la guerra inhumana en Irak", gritó Jess Sundin, jefe de la Coalición de contra la agenda republicana, de Saint Paul
Rodeados de centenares de policías antimotines, agentes del Servicio Secreto y por soldados de la Guardia Nacional --y vigilados desde del cielo por un helicóptero de la policía local--, los miles de manifestantes criticaron a los republicanos y al presidente George W Bush, sin llegar a la confrontación con las fuerzas del orden público
De manera extraoficial las autoridades locales de Saint Paul, calcularon que a la marcha asistieron unas 10 mil personas, mientras que algunos fotógrafos expertos en este tipo de eventos, aseguraron que fueron más de 20 mil personas las que, por más de dos horas, se apoderaron de la zona centro de la ciudad, sede de la Convención Nacional Republicana
Moura Ligorano, una escultora de Brooklyn, Nueva York, se pasó 19 horas haciendo una escultura de hielo muy singular: la palabra "Democracia", que colocó sobre una mesa frente a las escalinatas del capitolio de Saint Paul, para que poco a poco fuera derretida por los rayos del sol
"Se está derritiendo rápidamente, con el mismo ritmo con el que destruimos el sistema ecológico del planeta", comentó Ligorano a la agencia Apro
"Así también como esta escultura de hielo se derrite por los rayos del sol, la democracia de Estados Unidos se derrumba con las políticas de Bush y los republicanos", subrayó al escultora neoyorkina
La marcha de Saint Paul, unió a gente de casi todas las etnias minoritarias de la sociedad estadunidense que se sienten excluidas de las políticas republicanas de Bush, las cuales temen que John McCain les dé continuidad si gana la presidencia de Estados Unidos
Hispanos, indios americanos, asiáticos, musulmanes, afro americanos, homosexuales, veteranos de guerra y anglosajones hicieron el largo recorrido por toda la calle 7 hasta la avenida de Saint Peter, donde los cientos de policías de Saint Paul, les cerraron el paso para evitar que se acercaran al Excel Center, a unos 800 metros del punto de regreso de la manifestación
Vestidos como prisioneros de guerra, con overoles a rayas, con esposas en las manos y grilletes en los tobillos, un grupo de jóvenes punks, exigían un juicio político para Bush y para el vicepresidente Dick Cheney
Mujeres musulmanas con sus burkas negras marcharon con sus pancartas implorando la salida de las tropas estadunidenses de Irak, y que Estados Unidos deje de apoyar a Israel en la lucha contra los palestinos Un indio americano con un báculo en su mano derecha y adornado con una cabeza de águila, una piel de puma y plumas de distintas aves, solicitaba el punto final a las políticas racistas de los republicanos que con los recortes a los programas sociales han devastado a las reservaciones indias de estados como Dakota del Sur, del Norte y Nuevo México
Con un enorme ataúd adornado con una bandera, los jóvenes de negro condenaban la invasión estadunidense en Irak, mientras que las mujeres de rosa en contra de la guerra responsabilizaban a Bush y a Cheney, a quienes culparon de la muerte de sus hijos en Irak y en Afganistán