El grito de ¡Obama, Obama! sacude al Capitolio

martes, 20 de enero de 2009 · 01:00
WASHINGTON, 20 de enero (apro) - "¡Obama!, ¡Obama!, ¡Obama!" fue el clamor de más de dos millones de personas que sacudió los cimientos del Capitolio, la Casa Blanca, el monumento a Abraham Lincoln y el obelisco erigido en honor a George Washington, en el marco de la asunción de Barack Hussein Obama como nuevo presidente y primero de raza negra de Estados Unidos Desde las cuatro de la mañana --y pese al clima invernal en esta ciudad capital, de 6 grados bajo cero--, millones de estadunidenses de todas las razas y etnias atestaron las estaciones del Metro, con el propósito de ganar un espacio fuera del Capitolio y en las dos aceras de la avenida Pensilvania para ser parte del nuevo capítulo que se escribe con la presidencia de Obama en la corta historia de esta nación "¡Sí se puede! ?¡yes we can!--", coreaban los estadunidenses, quienes noblemente y sin reclamos se sometieron a las rigurosas medidas de seguridad aplicadas por más de 200 mil agentes federales, locales y de la Guardia Nacional De esa manera arrancó la ceremonia pública con la cual se puso fin a la presidencia de George W Bush, el ahora expresidente a quien su nación considera "el peor mandatario" en su historia y cuyo nombre fue abucheado cuando se le mencionó en los discursos Los reporteros que consiguieron la tan codiciada acreditación de prensa para presenciar la juramentación de Obama, tomaban nota del insólito espectáculo, en el que millones de personas aplaudieron, lloraron, gritaron, bailaron y ondearon banderas y pancartas para celebrar el momento, su momento, el que consiguieron al darle con su voto a Obama la oportunidad de que, en cuatro años, cambie el rostro a una nación que hasta hace unas décadas perseguía y violaba los derechos civiles de sus ciudadanos de raza negra El crisol racial que como una alfombra cubrió el parque nacional que divide al Poder Ejecutivo del Legislativo, conocido en Washington como el "mall", se dio cita con un solo propósito: Decirle a su nuevo presidente que no está solo, que ellos trabajarán con él para consolidar el cambio, para restablecer la economía, para hacer perdurar los principios y la defensa de los derechos civiles, para reintegrar a su país a la comunidad de naciones democráticas y justas, y para acabar con la imagen del poder arrogante y unilateral que promovió y llevó a cabo "guerras preventivas" bajo la falsa presunción del combate al terrorismo y a los gobiernos totalitarios Negros, anglosajones, latinos, coreanos, ricos, pobres, artistas, actores, electricistas, pordioseros, millonarios, empresarios y hasta indocumentados se compactaron ante las escalinatas del Capitolio para dejar sentir y propagar el sentimiento de unidad En las primeras secciones de las filas formadas por sillas colocadas a unos 80 metros del pódium donde Obama rindió juramento como el presidente 44 de Estados Unidos, fue posible observar al cantante Bruce Springsteen, a su esposa e hijo, a la multimillonaria productora de televisión Oprah Winfrey, al rapero Usher y a otra decena más de personalidades del mundo del espectáculo "Esta es la primera vez que estoy cerca de Springsteen, mi ídolo en mis años de juventud, y te digo sinceramente que no tengo ganas de tomarme una foto con él, sino de decirle que lo admiro por ser uno más de los que estamos aquí, aguantando este frío infernal y sólo para rendirle tributo a Barak Obama, un negro como tú y como yo", le comentó Michael, un carpintero de Filadelfia, a su novia Heather, a quien el comité de la campaña de Obama le obsequió dos boletos para la inauguración presidencial, como un premio por el tiempo que le dedicó a luchar por consolidar la victoria electoral del ahora primer mandatario negro de su país Obama, el vicepresidente Joe Biden y sus respectivas esposas parecía que no daban crédito a lo que tenían ante sus pies Emocionadas, ambas parejas se entregaron a la celebración popular Al culminar la solemne pero ineludible ceremonia de juramentación, Obama y Biden salieron del Capitolio a bordo de sus limusinas blindadas hacia la Casa Blanca Flanqueados por la multitud que los aplaudía, Obama y su esposa Michelle no resistieron, salieron del auto y caminaron en dos ocasiones sobre la ruta que los llevó a la Casa Blanca Al llegar a su nueva residencia, Obama visitó el que será su despacho: la Oficina Oval, para después con su esposa Michelle y sus hijas Sasha, de 7 años, y Malia, la mayor, de 10 años, recorrer el jardín presidencial que los llevó hasta la grada presidencial, construida especialmente afuera de la mansión, desde donde presenciaron el desfile militar y cívico en el que participaron más de 10 mil personas Por la noche, y después de cenar en su nueva residencia, Obama y Michelle, la nueva primera dama de Estados Unidos, también de raza negra, disfrutaron todos y cada uno de los diez bailes de gala que se llevaron a cabo en distintos puntos de la capital del poder: Washington, DC

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