Afganistán: la estrategia del "minilateralismo"
LONDRES, 2 de octubre (apro) - Estados Unidos y sus aliados deberán involucrar más a Pakistán y a las principales potencias asiáticas, como Rusia, India, Irán y China, si quieren ganar en Afganistán
Así lo indicó, el pasado 15 de septiembre, el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres (IISS, por sus siglas en inglés) en su informe anual sobre la situación global, que puso el ojo en la administración de Barack Obama y los conflictos abiertos que deberá resolver, dado que heredó de George W Bush "un Estados Unidos debilitado"
El organismo subrayó que en medio de una baja de popularidad, tanto en Estados Unidos como en Europa, por la guerra afgana, aumentar el número de tropas de combate, como también la ayuda humanitaria y la reforma política, "no es una estrategia suficiente"
La clave, para el IISS, es el "minilateralismo", es decir la capacidad de crear "coalición de países relevantes" para la resolución de problemas específicos, que Washington está comenzando a mostrar, y que, según el reporte, debería incrementar
Consideró que esta situación debe darse, de especial manera, en escenarios particularmente críticos como la guerra árabe-israelí, Irán, Corea del Norte y Afganistán
John Chapman, director del IISS, afirmó durante la presentación del informe, en la sede del organismo en Londres, que debe lograrse una estrategia regional "más amplia"
"Hay que balancear más la fuerza militar con negociaciones políticas, y esto debe lograrse con la ayuda de Rusia, Asia Central, India, Irán y China", agregó
Según Chapman, si Estados Unidos busca limitar los desafíos a su autoridad y resolver los problemas claves de seguridad, "debe hacerlo a través de proyectos bien construidos de cooperación con poderes que son centrales para resolver cualquier dificultad en particular"
Estados Unidos ha lanzado, bajo el mandato del presidente Obama, una campaña militar para incrementar el número de soldados en Afganistán en más de 30 mil, a un total de 68 mil, e imitar los "logros" obtenidos en Irak por una táctica similar
Sin embargo, desde Europa y Rusia se ha criticado duramente dicha política, que ambas regiones consideran podría fallar
La guerra en Afganistán, denominada por el mando estadounidense como "Operación Libertad Duradera" (originalmente "Operación Justicia Infinita", nombre que fue modificado para evitar insinuaciones religiosas o mesiánicas), se inició el 7 de octubre de 2001, después de que Estados Unidos acusó al régimen talibán afgano de ocultar a Osama bin Laden, a quien Washington acusa de ser responsable directo de los atentados del 11 de septiembre
Estados Unidos y numerosos países aliados procedieron a invadir y ocupar el país alegando su tránsito de la teocracia hacia la democracia Colombia es el último país en cooperar, con aproximadamente mil soldados
Desde octubre de 2008, el país continúa en un clima de guerra constante y aumenta el descontento con el gobierno local
En mayo de 2009 la Casa Blanca declaró que no detendría los bombardeos, negándose a la petición del presidente de Afganistán, Hamid Karzai, después de que dos pueblos fueron bombardeados, causando la muerte de más de un centenar de civiles
Desde el comienzo de la campaña militar en Afganistán y de acuerdo con cifras provistas por la Organización del Tratado del Atlántico Norte, ya son 5 mil 10 los soldados afganos muertos y mil 409 los soldados de la coalición que perdieron la vida Además, se estima que 5 mil 500 talibanes fallecieron, sumados a otros 1 mil 500 miembros de Al-Qaeda
Por lo menos hay 31 mil 357 civiles afganos muertos y más de 10 mil 273 heridos, en su mayoría niños, mujeres y ancianos, de acuerdo con la Cruz Roja Internacional y Amnistía (AI)
En su reporte anual, el IISS resaltó que "el apoyo popular para la misión en Afganistán se está debilitando en los países que suministran tropas", y para mantener el nivel mínimo de apoyo es importante "no sólo para hacer progresos, sino definir la misión como la garantía de que Afganistán no es un refugio seguro para terroristas que conducen actividad en el exterior" Justamente sobre el nivel de apoyo popular, una encuesta publicada el pasado 10 de septiembre, por el Museo Nacional de la Armada, concluyó que la mayoría de los británicos se opone al conflicto bélico en Afganistán y cree que nunca debieron desplegarse tropas a ese país
A pesar de la oposición a las operaciones militares, la mayoría de los consultados dijo que apoyaría a su hijo o hija si decidiera unirse a la Armada
En el sondeo de la consultora ICM a 2 mil británicos, entre el 21 y el 23 de agosto, 53% dijo estar en contra del conflicto bélico en Afganistán, comparado con sólo 25% que creyó fue una buena idea
Gran Bretaña cuenta con unas 9 mil tropas en suelo afgano, en su mayoría desplegadas en la provincia sureña de Helmand Desde el comienzo de la campaña militar, en octubre de 2001, unos 213 soldados británicos murieron en Afganistán Del total de los consultados, 60% dijo estar en contra del envío de tropas británicas a Irak, con sólo 20% a favor
Para el IISS, "reducir, al final, las tropas en combate es importante para dar oxígeno político al gobierno de Pakistán, oxígeno del cual tiene necesidad para continuar sus operaciones contra los neo talibanes y militantes de Al Qaeda"
Reconocer estratégicamente el rol de Pakistán, y la conciencia de que los talibanes son una amenaza directa también para ellos, ya provocó un mayor intercambio de información de inteligencia entre Kabul e Islamabad, indicó el reporte
Según la misma fuente, se debería extender la cooperación a Rusia, países del Asia Central, India, Irán y China En realidad, "está la necesidad de actuar con decisión en los próximos dos años donde sea más claro un plan para el desarrollo, con las ayudas distribuidas a los líderes locales, planes militares más precisos con la fuerza que venga aplicada específicamente contra las restantes amenazas de Al Qaeda y de los insurgentes", resaltó
"El apoyo popular a la misión afgana se está debilitando entre los países que contribuyen a los esfuerzos políticos militares allí", destacó Chipman
"Por ende, es importante recalcar que la OTAN no tiene deseos de amurallar Afganistán y que el objetivo principal debe ser la devolución del poder, la responsabilidad y capacidad a los jefes municipales y provinciales afganos", concluyó
Así lo indicó, el pasado 15 de septiembre, el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres (IISS, por sus siglas en inglés) en su informe anual sobre la situación global, que puso el ojo en la administración de Barack Obama y los conflictos abiertos que deberá resolver, dado que heredó de George W Bush "un Estados Unidos debilitado"
El organismo subrayó que en medio de una baja de popularidad, tanto en Estados Unidos como en Europa, por la guerra afgana, aumentar el número de tropas de combate, como también la ayuda humanitaria y la reforma política, "no es una estrategia suficiente"
La clave, para el IISS, es el "minilateralismo", es decir la capacidad de crear "coalición de países relevantes" para la resolución de problemas específicos, que Washington está comenzando a mostrar, y que, según el reporte, debería incrementar
Consideró que esta situación debe darse, de especial manera, en escenarios particularmente críticos como la guerra árabe-israelí, Irán, Corea del Norte y Afganistán
John Chapman, director del IISS, afirmó durante la presentación del informe, en la sede del organismo en Londres, que debe lograrse una estrategia regional "más amplia"
"Hay que balancear más la fuerza militar con negociaciones políticas, y esto debe lograrse con la ayuda de Rusia, Asia Central, India, Irán y China", agregó
Según Chapman, si Estados Unidos busca limitar los desafíos a su autoridad y resolver los problemas claves de seguridad, "debe hacerlo a través de proyectos bien construidos de cooperación con poderes que son centrales para resolver cualquier dificultad en particular"
Estados Unidos ha lanzado, bajo el mandato del presidente Obama, una campaña militar para incrementar el número de soldados en Afganistán en más de 30 mil, a un total de 68 mil, e imitar los "logros" obtenidos en Irak por una táctica similar
Sin embargo, desde Europa y Rusia se ha criticado duramente dicha política, que ambas regiones consideran podría fallar
La guerra en Afganistán, denominada por el mando estadounidense como "Operación Libertad Duradera" (originalmente "Operación Justicia Infinita", nombre que fue modificado para evitar insinuaciones religiosas o mesiánicas), se inició el 7 de octubre de 2001, después de que Estados Unidos acusó al régimen talibán afgano de ocultar a Osama bin Laden, a quien Washington acusa de ser responsable directo de los atentados del 11 de septiembre
Estados Unidos y numerosos países aliados procedieron a invadir y ocupar el país alegando su tránsito de la teocracia hacia la democracia Colombia es el último país en cooperar, con aproximadamente mil soldados
Desde octubre de 2008, el país continúa en un clima de guerra constante y aumenta el descontento con el gobierno local
En mayo de 2009 la Casa Blanca declaró que no detendría los bombardeos, negándose a la petición del presidente de Afganistán, Hamid Karzai, después de que dos pueblos fueron bombardeados, causando la muerte de más de un centenar de civiles
Desde el comienzo de la campaña militar en Afganistán y de acuerdo con cifras provistas por la Organización del Tratado del Atlántico Norte, ya son 5 mil 10 los soldados afganos muertos y mil 409 los soldados de la coalición que perdieron la vida Además, se estima que 5 mil 500 talibanes fallecieron, sumados a otros 1 mil 500 miembros de Al-Qaeda
Por lo menos hay 31 mil 357 civiles afganos muertos y más de 10 mil 273 heridos, en su mayoría niños, mujeres y ancianos, de acuerdo con la Cruz Roja Internacional y Amnistía (AI)
En su reporte anual, el IISS resaltó que "el apoyo popular para la misión en Afganistán se está debilitando en los países que suministran tropas", y para mantener el nivel mínimo de apoyo es importante "no sólo para hacer progresos, sino definir la misión como la garantía de que Afganistán no es un refugio seguro para terroristas que conducen actividad en el exterior" Justamente sobre el nivel de apoyo popular, una encuesta publicada el pasado 10 de septiembre, por el Museo Nacional de la Armada, concluyó que la mayoría de los británicos se opone al conflicto bélico en Afganistán y cree que nunca debieron desplegarse tropas a ese país
A pesar de la oposición a las operaciones militares, la mayoría de los consultados dijo que apoyaría a su hijo o hija si decidiera unirse a la Armada
En el sondeo de la consultora ICM a 2 mil británicos, entre el 21 y el 23 de agosto, 53% dijo estar en contra del conflicto bélico en Afganistán, comparado con sólo 25% que creyó fue una buena idea
Gran Bretaña cuenta con unas 9 mil tropas en suelo afgano, en su mayoría desplegadas en la provincia sureña de Helmand Desde el comienzo de la campaña militar, en octubre de 2001, unos 213 soldados británicos murieron en Afganistán Del total de los consultados, 60% dijo estar en contra del envío de tropas británicas a Irak, con sólo 20% a favor
Para el IISS, "reducir, al final, las tropas en combate es importante para dar oxígeno político al gobierno de Pakistán, oxígeno del cual tiene necesidad para continuar sus operaciones contra los neo talibanes y militantes de Al Qaeda"
Reconocer estratégicamente el rol de Pakistán, y la conciencia de que los talibanes son una amenaza directa también para ellos, ya provocó un mayor intercambio de información de inteligencia entre Kabul e Islamabad, indicó el reporte
Según la misma fuente, se debería extender la cooperación a Rusia, países del Asia Central, India, Irán y China En realidad, "está la necesidad de actuar con decisión en los próximos dos años donde sea más claro un plan para el desarrollo, con las ayudas distribuidas a los líderes locales, planes militares más precisos con la fuerza que venga aplicada específicamente contra las restantes amenazas de Al Qaeda y de los insurgentes", resaltó
"El apoyo popular a la misión afgana se está debilitando entre los países que contribuyen a los esfuerzos políticos militares allí", destacó Chipman
"Por ende, es importante recalcar que la OTAN no tiene deseos de amurallar Afganistán y que el objetivo principal debe ser la devolución del poder, la responsabilidad y capacidad a los jefes municipales y provinciales afganos", concluyó