"Climagate": Escépticos contra ambientalistas
LONDRES, 17 de diciembre (apro).- Cinco días antes de que iniciara la XV Conferencia Internacional sobre Cambio Climático de la ONU, en Copenhague, se desató un debate entre “escépticos” y “ambientalistas” por el llamado Climagate, un escándalo provocado por la supuesta manipulación de información, por parte de científicos, para justificar que el calentamiento global se debe a la actividad humana.
El Climagate, que ahora será investigado por el Panel Intergubernamental de la ONU sobre Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés), se hizo público luego de que un grupo de hackers publicó en Internet, el pasado 30 de noviembre, miles de correos electrónicos que durante diez años intercambiaron destacados científicos de la Unidad de Investigación Climatológica (CRU) de la Universidad de East Anglia, centro de gran prestigio internacional en la materia.
En uno de los e-mail incriminatorios, fechado el 16 de noviembre de 1999, el director de dicho centro, el inglés Phil Jones, escribió: “Acabo de completar el truco de Mike (Man) en Nature, de añadir la temperatura real a cada una de las series para los últimos 20 años (de 1981 en adelante) y desde 1961 para las de Keith, para ocultar el descenso”.
En dicho correo, Jones se refería a ocultar el descenso y eliminar datos que no coincidan con los gráficos del calentamiento.
Cuatro días después de la publicación de los e-mail, Rajendra Pachauri, presidente del IPCC, declaró a la radio 4 de la BBC que las acusaciones "son serias y serán investigadas".
"Ciertamente analizaremos toda la información y tomaremos una posición. No vamos a esconder nada debajo de la alfombra", subrayó el experto.
Otro de los correos electrónicos filtrados indicó que Jones quería que ciertos estudios fueran excluidos de una importante evaluación del IPCC.
El investigador, cuyo puesto quedó en suspenso hasta que se conozcan los resultados de una investigación interna, negó categóricamente las acusaciones en su contra y dijo que los e-mail fueron sacados de contexto.
En uno de los correos electrónicos supuestamente robados por los hackers, Jones menciona un "truco" empleado por los científicos para "masajear" las estadísticas de temperatura "y esconder el decline" de las mismas.
Tras la polémica, la revista Nature, que publicó muchos de los estudios en cuestión, respondió el pasado martes 1 que "la interpretación paranoide (del caso de los correos) daría risa si no fuera porque los obstruccionistas en el Senado (estadounidense) probablemente la usarán el año que viene como excusa para endurecer su postura" sobre la ley para reducir las emisiones de gases.
“Corrupción científica”
El CRU, ubicado en Norwich (este de Inglaterra), es uno de los centros más destacados del mundo sobre la investigación de cambio climático.
Los llamados "escépticos del cambio climático" sostienen que los e-mail ponen en tela de juicio los argumentos que indican que el calentamiento del planeta se debe a la actividad humana y la emisión de gases de invernadero.
Entre ellos se encuentra Gabriel Calzada, presidente del Instituto Juan de Mariana, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos y probablemente uno de los científicos más conocidos por sus postulados contra el Tratado de Kyoto.
Según Calzada, se trata "de un caso claro de corrupción científica".
"Se ha engañado a la opinión pública, lo cual no implica que no haya calentamiento y que otros científicos serios puedan tener razón. Pero sí se cae la versión más alarmista del cambio climático", aseveró.
Sin embargo, muchos académicos prominentes del área, entre ellos Gavin A. Schmidt, miembro de uno de los principales institutos que proporcionan datos sobre la temperatura mundial: el Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, siguen manteniendo que los contenidos de los correos electrónicos publicados no hacen diferencia a las conclusiones del IPCC en su evaluación de 2007, que señaló una tendencia creciente en los eventos extremos observados en los pasados 50 años, y consideró probable que las altas temperaturas, olas de calor y fuertes precipitaciones continuarán siendo más frecuentes en el futuro, por lo que en los años posteriores puede ser desastroso para la humanidad.
La controversia por supuesta manipulación de información a manos de destacados científicos ocurrió a pocos días del inicio de la cumbre de Copenhague, que comenzó sus deliberaciones el pasado lunes 7 y concluirá el próximo viernes 18, con un anuncio final sobre qué medidas tomarán los principales países emisores de Co2 para frenar el calentamiento del planeta.
El hecho llegó incluso al Congreso de Estados Unidos, donde los escépticos por las teorías del cambio climático buscan evitar la aprobación de una legislación clave.
El jefe del llamado grupo de "escépticos en climatología", el republicano James Sensenbrenner, afirmó el mismo viernes 4 a la radio 4 de la BBC que si los correos electrónicos son genuinos, "será algo muy preocupante, ya que pone en tela de juicio toda la ciencia de cambio climático".
Los escépticos, entre los que se encuentran muchos republicanos estadounidenses, consideran que las temperaturas globales estarían aumentando naturalmente, y argumentan que los costos para hacer cumplir las medidas contra las emisiones de gases de invernadero serán demasiado altos.
En tanto, el principal negociar de Riad sobre temas climáticos, Mohammad Al-Sabban, sostuvo en entrevista con la cadena británica de noticias que el Climagate tendrá "un impacto enorme" en la cumbre de Copenhague, que busca acordar nuevos objetivos para reemplazar al Tratado de Kyoto, que expira en 2012.
“Parece que a partir de los detalles del escándalo no existiría relación alguna entre las actividades humanas y el cambio climático", indicó el diplomático a la BBC.
“La temperatura está cambiando por miles de años, pero por razones naturales y no humanas", agregó el diplomático, cuyo país es el principal productor de petróleo del mundo.
Los apóstoles de “la tierra plana”
Tras la polémica, el pasado sábado 5, el primer ministro británico, Gordon Brown, afirmó en un artículo publicado en el periódico inglés The Guardian que los gobernantes mundiales no deben distraerse de los escépticos, aquellos que creen en "la Tierra plana" y que niegan que los seres humanos son responsables por el calentamiento del planeta.
"A sólo días antes de (la cumbre de) Copenhague, no debemos distraernos con los escépticos atrasados, anti-científicos y de la Tierra plana", afirmó Brown. "Conocemos la ciencia. Sabemos lo que tenemos que hacer. Debemos actuar ahora y cerrar el agujero de 5 mil millones de toneladas. Ello cerrará el acuerdo", subrayó.
Al inicio de la cumbre en Copenhague, el principal consejero del gobierno británico para temas climáticos, el científico Nicholas Stern, estimó que 10 mil millones de toneladas de gases de invernadero deben ser retiradas de la atmósfera para 2020, a fin de reducir el efecto del calentamiento global. Las promesas actuales de acciones sólo lograrán la mitad de ese objetivo.
El pasado sábado 5, miles de personas se manifestaron en Londres, Dublín, Belfast y Glasgow para pedir soluciones concretas en la cumbre climática de la ONU, que se lleva a cabo en la capital danesa, y para repudiar la postura de los llamados “escépticos climatológicos”.
Al menos 25 mil personas, entre activistas del medio ambiente, integrantes de organismos humanitarios, sindicatos y grupos ecologistas, se sumaron a la marcha The Wave (La Ola) en la capital británica, que pide por acciones más radicales para evitar el calentamiento del planeta.
La "Coalición Detener el Caos Climático", que incluye a unos 100 grupos, entre ellos a Oxfam, Greenpeace, Amigos de la Tierra y el WWF, demanda al gobierno de Gran Bretaña aumentar hasta en un 80% la reducción de emisiones contaminantes para 2050.
Ashok Sinha, portavoz de la coalición, llamó a Brown "a alcanzar un acuerdo en Copenhague que obligue a los países ricos a reducir las emisiones en al menos 40% para los próximos 10 años, ayudando con dinero a los países pobres e iniciando urgentemente el proceso de de-carbonización de la energía".
El ministro británico contra el Cambio Climático, Ed Miliband, que participó de la marcha en Londres, confirmó que Gran Bretaña buscará sellar "un acuerdo ambicioso" en la capital danesa.
"Nos vamos a asegurar de alcanzar el acuerdo más ambicioso que podamos, el cual deberá ser jurídicamente vinculante y estar listo en cuestión de meses", destacó ante periodistas.
Por su parte, y para buscar evitar dudas sobre supuestas manipulaciones de información climatológica, el Servicio Meteorológico británico (Met Office) publicó el pasado martes 8 una serie de documentos de sus archivos originales, que concluyeron que los últimos diez años fueron los más calurosos registrados de la historia.
De acuerdo con el organismo, aunque 1998 fue el año más caluroso desde que comenzaron a medirse las temperaturas globales, la última década fue la que registró climas más tórridos desde hace 160 años.
Según el Met Office, que publicó los archivos en conjunto con el CRU, 2009 podría convertirse en el más cálido debido a efectos climátológicos como el de El Niño en el Océano Pacífico, que contribuyen a un aumento de las temperaturas.
El Servicio Meteorológico británico indicó que resultados similares fueron registrados también por el Centro Internacional de Información Climática y el Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, ambos en Estados Unidos.
Los expertos indicaron que los archivos apuntan a una misma y categórica conclusión: que el mundo se está calentando rápidamente y que esto se debe, en gran medida, a las emisiones de dióxido de carbono (Co2) producidas por la actividad humana.
Desde Estados Unidos, la respuesta se conoció apenas el pasado miércoles 9, cuando un portavoz oficial del Departamento de Estado norteamericano informó en un comunicado, desde Washington, que la información contenida en los correos electrónicos que forman parte del escándalo Climagate "no ponen en duda la necesidad de actuar" frente a ese fenómeno.
En respuesta a una pregunta de la prensa, el vocero dijo que "nada en esos e-mail pone en duda la abrumadora evidencia científica de que el cambio climático es real y requiere acción".
El vocero recordó que 2 mil 500 científicos del panel sobre cambio climático de la ONU "subrayaron la seria amenaza" que representa el fenómeno y "la necesidad de actuar".
"Además de la ciencia --continuó--, existen muchas otras razones ambientales y económicas para que nos movamos de manera agresiva hacia una economía de energía limpia".
El martes 8, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, descartó que el contenido de los e-mail pueda afectar el debate sobre cambio climático. "Nada de lo que ha trascendido al público como resultado del robo de los correos electrónicos ha puesto en duda la evidencia científica básica", dijo el jefe de la ONU, al subrayar que el mensaje "es claro".
"El cambio climático está ocurriendo más rápido de lo que nos percatamos, y nosotros los humanos somos sus principales causantes", agregó.
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