Papa Pío XII: indultado por sus pares

viernes, 6 de febrero de 2009 · 01:00
BERLIN, 6 de febrero (apro) - La fotografía muestra a Eugenio Pacelli adusto y con gafas, sentado en la cabecera de una imponente mesa, en el momento de rubricar con su firma el "Concordato imperial"
         Pacelli --el futuro Papa Pío XII-- es en 1933 secretario de Estado del Vaticano A su derecha está Franz von Papen, dirigente católico conservador, vicecanciller de Adolfo Hitler Von Papen es el encargado de firmar el pacto con la Santa Sede en representación del reich alemán
        La imagen --tomada el 20 de julio de 1933-- forma parte de la exposición sobre la vida del Papa Pío XII, llamada Opus justitiae pax ("La obra de la justicia es la paz"), que se presenta en el palacio de Charlottenburg en Berlín      
         La muestra fue organizada por el Vaticano, a instancias del Papa Benedicto XVI Su objetivo es mejorar la controvertida imagen de Pío XII,  pontífice de la Iglesia católica entre 1939 y 1958
        A Pío XII siempre se le ha reprochado su silencio frente al holocausto y su complacencia con el nacionalsocialismo Inclusive, llegó a llamársele el "Papa de Hitler"
         La exposición se propone refutar estos "juicios no científicos" referidos a la vida de Pío XII, según ha expresado a la Agencia de Noticias Católica (KNA, por sus siglas en alemán) el historiador Thomas Brechenmacher, quien trabajó en la concepción de la muestra
        Sin embargo, respecto del "Concordato imperial", la exposición evita ahondar en sus consecuencias A través de este acuerdo, la Iglesia aseguró jurídicamente sus derechos en el nuevo Estado alemán Pero los nacionalsocialistas consiguieron desactivar la oposición política de miles de católicos y moderar la desconfianza de grandes sectores de la población alemana frente a las posturas anticristianas del nazismo
          La prensa alemana no duda en calificar la firma de este acuerdo como un "hito vergonzoso" en la historia de la Iglesia católica
        "Pacelli dice, y eso me convence, que le pusieron una pistola en la cabeza y no tuvo otra alternativa", señala Hubert Wolf, profesor de historia de la Iglesia de la Universidad de Münster, en entrevista con el periódico Berliner Morgenpost el pasado 16 de enero
         "Está claro que el Concordato imperial era un pacto con el diablo, pero el acuerdo le ofreció a la Iglesia la posibilidad de librarse de su desactivación práctica", sostiene Wolf, autor del libro sobre Pío XII, Papa y diablo, publicado en 2008
 
Gestiones de paz
 
Eugenio Pacelli fue un hijo de la Iglesia católica Nació en Roma en 1876, en el seno de una familia aristocrática, estrechamente vinculada al Vaticano Su carrera eclesiástica se desarrolló casi por completo dentro de la Santa Sede En 1917, siendo el máximo especialista del Vaticano sobre Alemania, fue designado nuncio apostólico en Munich Entonces, le tocó sondear en Berlín y Viena las perspectivas de poner fin a la "Gran Guerra" Además, el Vaticano le había asignado la tarea de llevar un registro de los prisioneros de guerra
         Una foto de la exposición lo muestra, el 22 de septiembre de 1918, en medio de una veintena de soldados italianos prisioneros en el campo de detención de la ciudad alemana de Minden
         Tras ocupar la nunciatura en Berlín, entre 1920 y 1929, Pacelli se convirtió en secretario de Estado del Vaticano, la mano derecha del Papa Pío XI En 1933, poco después de la asunción al poder de Adolfo Hitler, la monja Edith Stein --asesinada más tarde en Auschwitz-- envió una carta al Vaticano de manera subrepticia, alertando sobre la persecución a los judíos en Alemania
          Pacelli hizo llegar la carta a Pío XI El Papa no asumió una defensa pública de los perseguidos Tampoco hubo una condena explícita desde el Vaticano a los campos de concentración que comenzaron a funcionar en Alemania a partir de 1934 Pío XI encargó la redacción de una encíclica contra los crímenes del nazismo, que finalmente nunca vio la luz
        En 1937, Pacelli participó activamente, junto con varios obispos alemanes, en la elaboración secreta de la encíclica papal Mit brennender Sorge ("Con viva preocupación") El texto denunciaba el acoso que sufría la Iglesia en Alemania y anteponía el Dios cristiano al culto idolátrico de los representantes del Estado nacionalsocialista La encíclica alcanzó a ser leída en todas las iglesias alemanas, pero fue inmediatamente sacada de circulación por el aparato represivo del Estado nazi
        El profesor Hubert Wolf sostiene que, en noviembre de 1938, tras la "Noche de Cristal", en la que se asesinó a cientos de judíos y se incendiaron sus sinagogas y negocios, el Papa Pío XI fue informado por su nuncio en Berlín "Éste le dijo claramente que la opinión difundida por Joseph Goebbels (el ministro de Propaganda del nazismo), de que se había tratado de un levantamiento popular espontáneo, no era cierta, sino que había sido un procedimiento coordinado contra los judíos, un exceso antisemita desde arriba", dijo Wolf a la radio SWR el pasado 1 de noviembre "Tampoco aquí hubo reacción de parte de la iglesia", agregó el historiador
         Pío XI murió en febrero de 1939 Eugenio Pacelli fue elegido Papa el 2 de marzo de ese año En la exposición pueden verse su corona cubierta de oro y piedras preciosas y varias de las vestiduras que usó como sumo pontífice  El 1 de septiembre de 1939, poco después de que Pío XII inició su pontificado, Alemania invadió Polonia, dando comienzo a la Segunda Guerra Mundial El Papa publicó una encíclica de solidaridad con la Polonia ocupada Durante la contienda, el Vaticano abrió una oficina de información para recabar pedidos sobre desaparecidos, en colaboración con la Cruz Roja
 
Moderación
 
"Aquí puede usted escuchar el silencio del Papa", desafía la frase en grandes moldes, en la última de las siete salas que ocupa la exposición De fondo se escucha la voz de Pío XII, durante el discurso navideño del 24 de diciembre de 1942
         En alusión al nacionalsocialismo, el Papa advierte contra quienes pretenden "negar u olvidar que Dios es la verdadera fuente de la dignidad de los valores nobles" Pío XII denuncia que "a las normas últimas, profundas, fijas y elementales de la vida en comunidad se les ha quitado el sustrato humano" Y señala que a estos valores se  "los podrá negar, pasar por alto, menospreciar, pero nunca derogar de manera válida"
         Los nazis acusaron el golpe La Gestapo, en un informe interno, evaluó que el Papa declaraba así "su oposición fundamental y su enemistad frente al nacionalsocialismo, a pesar de no haberlo nombrado"
        En qué medida su alusión fue comprendida por la feligresía queda en duda También el momento elegido da lugar a suspicacias Un día antes del discurso, el 23 de diciembre de 1942, había fracasado el intento del ejército alemán por rescatar a unos 250 mil soldados sitiados por el Ejército rojo en Stalingrado, sin posibilidad de reabastecimiento ni suministro militar, bajo temperaturas polares
         La rendición alemana en Stalingrado, ocurrida finalmente el 31 de enero de 1943, fue la bisagra psicológica y militar que torció la guerra definitivamente en contra del nazismo
        Tras el discurso navideño, "el Papa se decidió en contra de seguir adelante" con las críticas, sostiene Hubert Wolf en la entrevista "En numerosas cartas a los obispos alemanes, les explicó que a él le gustaría poder hablar tan abiertamente como el obispo de Münster, Graf von Galen, pero que eso no era posible --según explica el historiador--, porque el panorama político general le imponía, como máxima autoridad de la Iglesia y padre de todos los creyentes, una obligatoria moderación en sus manifestaciones públicas"
         El 2 de junio de 1943, Pío XII fue explícito En su discurso condenó que "cientos de miles sin culpa, sean entregados a la muerte o el exterminio sólo a causa de su raza o su nacionalidad" Pero sus palabras sólo fueron oídas por el colegio cardenalicio Su política obedecía a la máxima de evitar en lo posible, a través de la abstención, un mal todavía mayor Su capacidad de crítica se veía asimismo limitada, debido a la alianza que la Italia de Benito Mussolini mantenía con Hitler
 
Razzia en Roma
 
Mussolini fue derrocado el 25 de julio de 1943, tras el desembarco aliado en Sicilia El 8 de septiembre, Italia declaró un cese del fuego Las tropas alemanas invadieron el país y restituyeron a Mussolini en el poder Al amanecer del 16 de octubre, 300 miembros de las SS llevaron a cabo una inmensa razzia contra la comunidad judía en Roma Pío XII hizo llamar de inmediato, por medio de su secretario de Estado, Luigi Maglione, a Ernst von Weizsäcker, oficial de las SS y embajador alemán en el Vaticano
         La revista Geo, en su edición número 6 de 2005, reproduce el diálogo "¿Cómo reaccionará la Santa Sede en caso de que continúe este tipo de cosas?", preguntó Weizsäcker "La Santa Sede no quiere verse obligada a ser puesta en la necesidad de tener que expresar unas palabras de condena", contestó Maglione La razzia fue interrumpida Para 1007 judíos --que ya iban camino a Auschwitz--, la salvación llegó tarde
         Pío XII ordenó que monasterios, conventos, universidades católicas y hasta algunos aposentos de su residencia de verano, Castelgandolfo, sirvieran de refugio a los perseguidos Así salvó la vida de 8,500 judíos Su boca, sin embargo, permaneció cerrada
         En una panel de la exposición se exhibe una copia de un telegrama enviado por Pío XII a las autoridades húngaras, el 25 de enero de 1944 para detener un transporte de judíos de esa nacionalidad a campos de concentración El pedido de Pío XII tuvo éxito A partir de marzo de 1944, sin embargo, 508 mil judíos húngaros fueron deportados, en su mayoría a Auschwitz Murieron 382500 de ellos
       En junio de 1944, el ejército alemán se replegó de Roma Días antes
--según consignó el diario italiano La Repubblica en 2005-- Hitler dio la orden al general de las SS, Karl Wolff, de secuestrar a Pío XII La orden incluía, según el diario, la "eliminación física" del sumo pontífice
 
Anticomunismo
 
La exposición no menciona algunos capítulos centrales de la actuación de Pío XII en la posguerra, como la asistencia brindada por el Vaticano, en colaboración con la Cruz Roja Internacional y algunos gobiernos sudamericanos, para la huída de criminales de guerra nazis Se estima que, a través de la así denominada "ruta de los monasterios", también llamada "ruta de las ratas",  unos 5 mil criminales de guerra nazis pudieron salir de Europa          
          Adolf Eichmann, Ante Pavelic o Klaus Barbie, por citar algunos ejemplos, llegaron por esta vía a Buenos Aires, a fines de la década del 50, con identidad falsa y vistiendo hábitos religiosos, según consignan, entre otros, los libros de los periodistas argentinos Jorge Camarasa (Odessa al sur) y Uki Goñi (La auténtica ODESSA, la fuga nazi a la Argentina de Perón)
        Una de las figuras centrales de esta industria de la fuga fue el obispo austriaco Alois Hudal En sus memorias, Hudal admitió la colaboración prestada a los jerarcas nazis con la venia vaticana "Creo que sí, que el Papa sabía de ello", declaró Uki Goñi en entrevista con la Deutsche Welle, el 17 de mayo de2007
        El historiador norteamericano Richard Smith, en su libro OSS: The secret history of America´s first Central Intelligence Agency, consigna además el trato fluido, desde 1942, entre el Vaticano y la OSS, agencia estadunidense de inteligencia antecesora de la CIA La inteligencia norteamericana, al igual que el Vaticano, juzgaban mucho más peligrosos a los comunistas que a los nazis derrotados
        En Alemania la imagen de Pío XII sufrió un duro revés a partir de 1963 Ese año tuvo su estreno mundial en Berlín la obra "Der Stellvertreter" ("El vicario"), de Rolf Hochhut La obra es una acusación directa a la supuesta inacción, frente al holocausto de judíos europeos, de quien se proclamara vicario de Cristo en la tierra Se aludía, claro está, a Eugenio Pacelli
        La repercusión de la obra fue inmensa La estrategia del Vaticano para suavizar su impacto no tuvo éxito El acceso a las actas del archivo Vaticano es hasta hoy muy restringido Todavía no están disponibles las actas posteriores a febrero de 1939, que es cuando murió Pío XI, el antecesor de Pacelli en el pontificado Algunos capítulos de la controversia seguirán abiertos hasta que los investigadores tengan acceso a las actas de los años posteriores
        La lucha por la memoria se vuelve importante, sobre todo por el anunciado propósito del Papa Benedicto XVI de santificar a Pío XII El momento no parece ser el más propicio Tal medida podría tensar aún más la relación de la Santa sede con el Estado de Israel y las comunidades judías en todo el mundo, irritadas, en estos últimos días, por la decisión papal de rehabilitar al obispo inglés Richard Williamson, quien niega el holocausto

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