Irlanda del Norte: el regreso de la violencia

viernes, 13 de marzo de 2009 · 01:00
BELFAST, 13 de marzo (apro) - La noche del sábado 7 de marzo, los soldados ingleses Mark Quinsey, de 23 años, y Patrick Azimkar, de 21, se preparaban para cenar su pizza favorita en la base militar británica de Massereene, a 25 kilómetros al norte de Belfast, la capital de Irlanda del Norte
           La base parecía estar en calma
           Sin embargo, nunca imaginaron que en el momento de recibir la orden de entrega, un grupo de por lo menos tres miembros disidentes republicanos del ERI Auténtico, organización escindida del Ejército Republicano Irlandés, abriría fuego desde un vehículo Vauxhall Cavalier verde, patente XLT22987, provocándoles de inmediato la muerte
En el atentado, murieron Quinsey y Azimkar y resultaron heridas otras cuatro personas: dos soldados y los dos repartidores de pizzas, uno de ellos un ciudadano polaco de 37 años
           Después de que los soldados cayeran al suelo y los cuatro heridos lograran refugiarse dentro de la base, un miembro encapuchado de la banda se acercó a los cuerpos y los baleó, abandonando rápidamente el lugar en su automóvil, que fue hallado horas después en un descampado, a ocho kilómetros al sur de la base
          La sangre manchaba el enrejado de entrada de Massereene, en un hecho que resonaría en las mentes de los norirlandeses, temerosos de una vuelta al conflicto violento que sufrió el Ulster durante décadas
         El ERI Auténtico, también conocido como el ERI Real, que ha sido señalado como una organización terrorista en el Reino Unido y Estados Unidos, es un grupo paramilitar que tiene por objeto lograr una Irlanda unificada y que surgió debido a una escisión del IRA Provisional
         La organización ha sido responsable de una serie de atentados en Irlanda del Norte e Inglaterra en los últimos años, entre ellos el de Omagh el 15 de agosto de 1998, en el que murieron 29 personas, incluidos tres españoles
          Los soldados muertos, que tenían previsto viajar próximamente a Afganistán para luchar contra los talibanes, fueron los primeros en ser asesinados en el Ulster desde 1997, cuando el cabo británico Stephen Restorick murió tras recibir disparos de un francotirador del ahora desarmado ERI
         De inmediato, la zona lindante a la base militar, que alberga al 38 Regimiento de Ingenieros, fue acordonada por la policía para las tareas de peritos y especialistas
         Allí quedaba el vehículo de los repartidores de pizza totalmente baleado con las marcas de disparos, a metros del lugar del hecho
Dos días después, el lunes 9 de marzo, el policía norirlandés Stephen Paul Carroll, de 48 años, recibió una denuncia de una mujer sobre una actividad sospechosa en el barrio católico de Craigavon, en el condado sureño de Armagh
          Al llegar pocos minutos después en su vehículo Peugeot, fue baleado de muerte por al menos tres hombres encapuchados del ERI de la Continuidad, también republicanos disidentes escindidos del ERI  
        "Mientras los británicos estén en Irlanda, estos ataques continuarán", dijo el grupo nacionalista en un mensaje codificado enviado a la agencia local Press Association (PA), horas después del hecho
          Durante el ataque, el primer asesinato de un agente de la policía de Irlanda del Norte desde la creación de este cuerpo en 2001, resultó herido un compañero del agente asesinado, que se encontraba en la patrulla, pero que logró escapar con vida
         Ese atentado fue, además, el primer asesinato de un policía en Irlanda del Norte desde 1998, cuando el ERI Auténtico perpetró el atentado de Omagh
Las "Marchas del silencio"
La muerte de los dos soldados ingleses y del agente norirlandés generó una ola de protestas del mundo político e intelectual de Irlanda del Norte, uniendo a protestantes y católicos en una causa común: el fin de la violencia en el país y el avance del proceso de paz que había comenzado con la firma del Acuerdo del Viernes Santo (1998)
         El ataque a la base de Massereene ocurrió un día después de que la policía norirlandesa solicitó la intervención de los servicios secretos MI5 y de las fuerzas armadas británicas para afrontar la creciente amenaza de facciones disidentes del ERI que, según el espionaje de Gran Bretaña, planea una nueva ola de atentados con bombas, en un regreso a las tácticas sangrientas de las décadas de 1970 y 1980
        Lo cierto es que el miércoles 11 de marzo, ante el rechazo general de la población de Irlanda del Norte, medio millón de habitantes de ese país salieron a las calles en históricas "marchas del silencio", para repudiar los ataques y decirle "No" a la violencia armada y paramilitar
         Las "marchas del silencio" se llevaron a cabo en Belfast, Lisburn, Downpatrick, Craigavon, Newry y Londonderry, y en ellas participaron miles de norirlandeses con pancartas que decían: "Queremos Paz", "Basta de asesinos", "Unidos: Nacionalistas y Unionistas", entre otras
         Las manifestaciones lograron su cometido De inmediato el primer ministro británico, Gordon Brown, quien ha puesto peso político para el avance de las negociaciones de paz en Irlanda del Norte, elogió en su ponencia semanal de los miércoles en la Cámara de los Comunes, las marchas "por la justicia" que, dijo, demostraban "el desafío y la determinación" del pueblo norirlandés contra "la maldad de la violencia criminal"
        Desde Dublín, el primer ministro irlandés (Taoiseach), Brian Cowen, afirmó ante el Parlamento que los responsables de los atentados "son un grupo menor y no representativo de personas malignas que no tienen mandato ni apoyo para sus acciones"
           Lo cierto es que un día después de la muerte del agente, a quien le faltaban dos años para jubilarse después de un cuarto de siglo en servicio, la policía norirlandesa logró detener a dos personas, de 17 y 37 años, cuyas identidades no fueron reveladas por razones de seguridad, en redadas a viviendas en Craigavon, el barrio donde fue asesinado el policía
         Tanto unionistas como republicanos condenaron los atentados, pero fue muy bien vista la opinión del viceprimer ministro norirlandés y vicejefe del partido nacionalista, Sinn Fein, Martin McGuinness, un
exmiembro del IRA, quien dijo, el pasado 10 de marzo en una conferencia de prensa desde las oficinas de la Asamblea de Stormont, en Belfast, que los responsables por los atentados "son traidores a la isla de Irlanda que desertaron los deseos políticos, esperanzas y aspiraciones de la gente"
          Sus palabras llevaron calma a la comunidad republicana de Irlanda del Norte y pacificaron la grieta que parece no haberse cerrado entre católicos y protestantes
        De todos modos, las autoridades de Gran Bretaña temen por una vuelta al sangriento conflicto armado en Ulster, por lo que reforzaron la seguridad nacional por una alerta de más ataques por parte de grupos disidentes republicanos
          En ese sentido, el Partido Democrático Unionista (DUP), que comparte el poder en la Asamblea de Irlanda del Norte con los nacionalistas del Sinn Fein, pidió al gobierno británico, en un comunicado emitido el pasado 11 de marzo, que despliegue nuevamente a las fuerzas especiales SAS al Ulster para erradicar a los grupos disidentes escindidos del ERI
         David Simpson, parlamentario del DUP para la circunscripción de Upper Bann, donde fue asesinado Carroll, escribió que la transformación del Royal Ulster Constabulary (RUC) en el Servicio Policial de Irlanda del Norte "llevó a un éxodo de policías experimentados en recabar información de Inteligencia"
         Llamó a las autoridades a volver a desplegar a las fuerzas especiales de las SAS, para que destierren del país a los grupos disidentes escindidos del ERI
         "Ya no contamos con esas capacidades (de Inteligencia) Es por ello que deberíamos traer a las SAS", subrayó
         Por su parte, Terry Spence, presidente de la Federación Policial de Irlanda del Norte, declaró a la BBC el día del asesinato de Carroll que hubo 21 ataques de grupos disidentes republicanos en los últimos 18 meses El funcionario policiaco sostuvo que tiene que haber una revisión fundamental en los actuales mecanismos de seguridad en Irlanda del Norte "Si eso significa pedirle ayuda a los militares, que así sea", destacó
        Sin embargo, en un escueto comunicado difundido ese mismo día el Sinn Fein deploró el uso de fuerzas especiales a Irlanda del Norte que, consideró, generará enojo en la población católica y nacionalista del país
         Fuentes del M-I5 confirmaron que al menos un centenar de republicanos disidentes "representan una amenaza significativa" para la seguridad del país
           En ese sentido, indicaron que los servicios secretos han incrementado sus recursos para luchar contra el terrorismo en Irlanda del Norte y, además, elevaron la alerta de amenaza a severa, que significa que la posibilidad de un ataque en suelo británico es "probable"
        Los republicanos disidentes cuentan con expertos entrenados en los años 90 y buscan entrenar a más seguidores, de acuerdo con las fuentes de espionaje consultadas
         Más allá de las divisiones y diferencias por la seguridad y las políticas de espionaje dentro del Ulster, los atentados del 7 y 9 de marzo marcaron un antes y un después en la historia del país Unieron sin precedentes a la población en una causa común: la paz que, sin embargo, parece estar cada día más amenazada por el peligro de una vuelta a la violencia armada de la disidencia paramilitar, un flagelo que en Irlanda del Norte ya se ha cobrado la vida de 3526 personas, 1857 de ellas civiles

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