Londres: Petróleo libio en lugar de justicia

viernes, 21 de agosto de 2009 · 01:00
LONDRES, 21 de agosto (apro) - Gran Bretaña se apresuró a ratificar, el pasado 29 de abril, un tratado bilateral con Trípoli, que permitió la polémica repatriación del único condenado por el atentado con bomba del llamado avionazo de Lockerbie (1988), el libio Abdelbaset Ali Mohmed Al Megrahi, como parte de un intento británico por proteger multimillonarios intereses petroleros con Libia
Esa fue la contundente conclusión de un influyente Comité Parlamentario sobre Derechos Humanos, que el pasado miércoles 19 indicó, en un informe publicado en Londres, que las autoridades les negaron supervisar el acuerdo, pasando por alto serias violaciones de derechos humanos
Poco antes de la liberación del libio Al Megrahi por razones de "compasión", debido a un cáncer de próstata en etapa terminal que padece, parlamentarios y lores británicos acusaron al gobierno laborista del primer ministro Gordon Brown de pasar por alto importantes aspectos de derechos humanos en su prisa por ratificar el acuerdo bilateral
El ministro de Justicia escocés, Kenny MacAskill, decidió, el pasado jueves 20, la libertad y extradición de Megrahi, al considerar que tiene sólo tres meses de vida
Al Megrahi, de 57 años, exagente de la Inteligencia libia, cumplía desde 2001 una sentencia de 27 años de prisión, después de que un tribunal lo declaró culpable por el atentado con bomba del vuelo 103 de la aerolínea estadounidense Pan Am, que explotó sobre la ciudad escocesa de Lockerbie y provocó la muerte de 270 personas, 259 que viajaban a bordo del avión y otras 11 en tierra Entre los fallecidos, de 21 países, había 189 ciudadanos estadounidenses
Una de las víctimas fue el comisionado de la ONU para Namibia, Bernt Carlsson, de 50 años, quien planeaba asistir a una ceremonia en la sede de Naciones Unidas
 
El atentado
 
El ataque ocurrió el 21 de diciembre de 1988 en un avión Boeing 747-121, que se dirigía al Aeropuerto Internacional John F Kennedy de Nueva York, en Estados Unidos
La explosión ocurrió 38 minutos después del despegue, y se debió a un explosivo plástico de entre 340 y 450 gramos colocado en un radiocassette dentro del equipaje del compartimiento de carga anterior, que desencadenó la rápida destrucción de la aeronave
La detonación en la bodega 1, debajo de la cabina, hizo que toda la parte delantera del avión (la cabina de mando) se desprendiera completamente del resto, causando que ésta cayera en vuelo libre por dos minutos antes de chocar a tierra
El resto del fuselaje despidió personas en sus asientos y luego se estrelló en los suburbios de la ciudad
Luego de tres años de investigación conjunta entre Scotland Yard, la policía local de Dumfries y Galloway, la CIA y el FBI estadounidenses, durante la cual se tomó declaración a más de 15 mil testigos, el 13 de noviembre de 1991 fueron acusados por asesinato Al Megrahi, agente de la inteligencia libia y jefe de seguridad de las Aerolíneas Árabes Libias (LAA), y Al Amin Khalifa Fhimah, director de la estación de las LAA en el aeropuerto de Luqa, Malta
El 31 de enero de 2001, un tribunal formado por tres jueces escoceses condenó a Megrahi por asesinato y lo sentenció a 27 años de prisión Fhimah fue absuelto
La apelación de Megrahi a su condena fue rechazada el 14 de marzo de 2002, y su recurso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos fue declarado inadmisible en julio de 2003 El 23 de septiembre de ese año, Megrahi se dirigió a la Comisión de Revisión de Casos Criminales escocesa para que su condena fuera revisada y para que, en su caso, fuera retornada al Alto Tribunal para una nueva apelación
Hasta el 20 de agosto cumplía con su condena en la prisión de Greenock, cerca de Glasgow, pero ese mismo día fue trasladado en un jet privado pagado por el coronel Muammar Gaddafi a Trípoli
La decisión de Escocia fue tomada muy a pesar de las presiones impuestas por Estados Unidos, especialmente de parte de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, quien el pasado miércoles 19 instó al ministro escocés MacAskill a no dejar en libertad a Mehrahi
Clinton indicó que sería "absolutamente erróneo" si el gobierno de Escocia liberaba a Megrahi o lo transfería a una prisión en Libia "Conocí a muchas de estas familias Hablé con ellas acerca del horror que habían experimentado", afirmó la secretaria de Estado "Creo que es absolutamente erróneo liberar a alguien que ha estado condenado a prisión por evidencia acerca de su vínculo en semejante crimen horrendo", agregó
El martes 18, siete senadores estadounidenses, entre ellos Edward Kennedy y John Kerry, enviaron una carta a MacAskill en la que expresaron "mucha preocupación" por una eventual liberación de Al Megrahi e instaron a mantenerlo en prisión Señalaron que el atentado fue "un acto horrible de terrorismo internacional", y agregaron que hasta los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, "ningún acto terrorista había matado a tantos civiles estadounidenses"
"Sabemos que el gobierno escocés comparte nuestra determinación, y la del mundo, para apoyar a la justicia y oponernos a los actos terroristas (?) Es por ello que instamos al ministro (MacAskill) que se asegure que (Abdelbaset Ali al Megrahi) pase el resto de su condena en la prisión en Escocia", agregaron
Al mismo tiempo, parlamentarios laboristas y liberales democráticos escoceses llamaron a la reapertura del Parlamento de Edimburgo, actualmente en receso de verano, para convocar a un debate sobre el tema, pedido que fue denegado por las autoridades del país
De acuerdo con la Cancillería británica (Foreign Office), no existía obstáculo legal internacional que previniera que el gobierno escocés extraditara a Megrahi a Libia
 
Por pura "compasión"
 
El pasado martes 18, la Corte Suprema de Edimburgo aceptó el pedido de los abogados de Megrahi para retirar su segundo recurso de apelación a la condena, una medida que, según los expertos, dejó al libio a un paso de su liberación
Megrahi fue trasladado de la prisión de Greenock a Libia, donde quedará en manos de su familia por razones de compasión, aunque no será transferido a una prisión libia como parte de un acuerdo de traspaso de prisioneros, firmado en noviembre pasado por Londres y Trípoli y ratificado el 29 de abril último
Sin embargo, el grupo de parlamentarios y lores del Comité Conjunto de Derechos Humanos indicó que se les negó la posibilidad de examinar en detalle el tratado, luego que el gobierno se apresuró a firmar el convenio para proteger intereses petrolíferos en Libia
El ministro de Justicia británico, Jack Straw, había declarado al comité, en una carta fechada el 12 de marzo último: "Tanto el canciller británico como yo creemos en los intereses de nuestras relaciones bilaterales judiciales y más amplias con Libia, es importante ratificar (el acuerdo) Una demora más allá de abril llevará a serios interrogantes por parte de Libia acerca de nuestra decisión para concluir estos acuerdos"
No obstante, el parlamentario laborista Andrew Dismore, presidente del comité, subrayó en su informe que el tratado fue firmado "a las apresuradas" para permitir la liberación de Megrahi
En ese sentido, Richard Shepherd, miembro conservador del grupo, sostuvo al periódico The Guardian, el pasado miércoles 19, que el gobierno "también quiere salvaguardar intereses (en Libia) en materia de energías energéticas (petroleras)"
Los gobiernos, denunció, "siempre buscan eso, pero no es razón para que no podamos examinar acuerdos de forma apropiada"
Michael Onslow, miembro "Tory" del comité, afirmó en el documento publicado en Londres que Gran Bretaña no debería permitir "que permisos para buscar petróleo en el Golfo de Sidra tengan influencia en lo que es un asunto esencialmente criminal"
En años recientes, el gobierno británico fue duramente criticado por activistas y juristas, por "haber hecho la vista gorda" a abusos y violaciones de derechos humanos cometidos en Libia, luego que el entonces primer ministro Tony Blair retomó formalmente el contacto con el coronel libio Muammar Gaddafi en marzo de 2004, al visitarlo en una polémica gira a Trípoli
Blair decidió realizar ese viaje meses después que Gaddafi anunció que Libia abandonaría su programa para desarrollar armas de destrucción masiva, un tema espinoso para el mandatario británico, quien buscaba justificar la invasión anglo-estadounidense a Irak, en marzo de 2003, por supuestas armas de destrucción masiva
Horas después de ese acuerdo, el presidente de la petrolera británica British Petroleum (BP), Peter Sutherland, anunció que la firma invertiría  900 millones de dólares para buscar crudo en Libia
Si la empresa logra hallar petróleo, podría obtener ganancias de hasta 21600 millones de dólares
Desde esa visita, Gran Bretaña estableció otros multimillonarios contratos comerciales con Libia, algunos de ellos a través del príncipe Andrés, duque de York y tercer hijo de la reina Isabel II de Inglaterra, quien realizó varias visitas a ese país del norte de África, algunas de ellas de carácter privado
Richard Dalton, exembajador británico en Libia, advirtió en ese sentido al The Guardian que las relaciones bilaterales se habrían dañado si Londres permitía que Megrahi muriera en prisión consumido por el cáncer  De todos modos consideró "equivocado" sugerir que el caso del libio forma parte de un intercambio de favores comerciales
"Esto es antes que nada un asunto judicial", concluyó el exdiplomático
Tras conocer la decisión de liberar a Megrahi, Susan Cohen, cuya única hija, Theodora, de 20 años, fue asesinada en el atentado, afirmó: "Tony Blair se ha comportado de forma absolutamente espantosa Algunos dirán que tiene dinero manchado con sangre (?) Él priorizó la compasión para la industria del petróleo antes que la compasión para mi hija y las familias de todos aquellos asesinados por un condenado asesino serial y terrorista Esto demuestra que el poder del dinero y el petróleo cuentan más que la justicia", concluyó la estadounidense, en una entrevista con la radio 4 de la BBC
Lo cierto es que el caso de Al Megrahi y su liberación dejó a Gran Bretaña en medio de una fuerte polémica por supuestos contratos multimillonarios de petróleo y energéticos con Libia, mientras cientos de familiares de las víctimas reclaman por justicia a más de 20 años del trágico atentado aéreo

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