América Latina: ¿El regreso del Comando Sur?

viernes, 11 de septiembre de 2009 · 01:00
MÉXICO, D F, 11 de septiembre (apro)- Encabezadas por Estados Unidos, fuerzas navales de 21 países realizarán en costas centroamericanas, del 11 al 22 de septiembre, ejercicios militares para defender al Canal de Panamá de un hipotético ataque terrorista
 Denominadas Fuerzas Aliadas "Panamax 2009", estas maniobras se llevarán a cabo lejos del litoral panameño, con apoyo de las bases de Soto Cano en Honduras y Comalapa en El Salvador, y con la participación de 7 mil elementos de tropa, 16 lanchas patrulleras, 12 lanchas rápidas, 12 buques de guerra y 12 helicópteros artillados Tampoco se descarta la presencia del portaaviones nuclear estadunidense "George Washington", a pesar de la proscipción expresa en esta materia del Tratado de Tlatelolco
 Los participantes son Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Holanda, Honduras, Nicaragua, Panamá, Perú, República Dominicana y Uruguay, y como observadores, España, Francia, México y Paraguay
 En el simulacro, un grupo terrorista ficticio denominado "Brigada de los Mártires de la Liberación" planificaría atacar el Canal de Panamá para minar la influencia de las potencias occidentales Según la Dirección de Inteligencia del Comando Sur, esto se justifica por la importancia del Canal para la economía mundial y la estabilidad de la región, ya que este paso interoceánico recibe semanalmente unos 144 buques de 80 países
 Rutinarios para unos, para otros estos ejercicios navales se suman al creciente esfuerzo del Pentágono por recuperar sus espacios militares en América Latina, después de haber cerrado algunas de sus instalaciones más emblemáticas, y máxime cuando en gran parte de la región rigen gobiernos con políticas discrepantes, cuando no abiertamente hostiles hacia Washington Por lo demás, dos de los conflictos en curso, el golpe de Estado en Honduras y el despliegue de bases militares estadunidenses en Colombia, giran en torno de esta situación
 Como se recordará, en el año 2000 y cumpliendo con los acuerdos Torrijos-Carter, Estados Unidos cerró el enorme complejo militar que mantenía en suelo panameño y que incluía las bases Howard y Clayton, la tristemente famosa Escuela de las Américas, de la que salió la mayoría de los golpistas centro y sudamericanos de mediados del siglo pasado, y las instalaciones centrales del Comando Sur, en donde se gestaron numerosas invasiones militares a América Latina, la última contra Panamá en 1989
 Después, en 2004, cerrarían parcialmente la base Roosevelt y el polígono de Vieques en Puerto Rico, su "Estado libre asociado", y el 17 de julio pasado, el Puesto de Operaciones Avanzadas que mantenía el ejército estadunidense en Manta, Ecuador, inició su retirada conforme a lo dispuesto por el actual gobierno de Quito
 Sustentados en convenios temporales y en alianzas coyunturales, no siempre respetuosos de las leyes locales, los enclaves militares estadunidenses han estado sujetos a una constante reubicación, de la que se encarga un "panel" De hecho, desde 1988, el Pentágono ha llevado a cabo cuatro grandes rondas de cambio, en las que destaca el cierre en 1992 de las enormes bases Subic (naval) y Clark (aérea) que Estados Unidos mantuvo en Filipinas hasta la caída del dictador Ferdinand Marcos
 Una quinta ronda se inició en 2005, ya con la "guerra contra el terrorismo" en marcha y después de que la Oficina de Presupuesto del Congreso publicara un estudio sobre las bases de ultramar y sus opciones de reubicación En esta etapa se incluyen las 106 bases instaladas en Irak y Afganistán desde el inicio de las operaciones militares de 2001
 Según información de la secretaría de Defensa, Estados Unidos cuenta con 4 mil 500 bases militares en su propio territorio y 823 en todo el mundo (21 en América, 513 en Europa, 36 en Asia Central, 248 en Asia-Pacífico y Oceanía, y cinco en África) Este recuento no incluye las antes mencionadas de Irak y Afganistán ni las construidas en Israel, Qatar, Kuirguistán y Uzbekistán; tampoco las que Estados Unidos comparte con Turquía
 El Pentágono dice también que posee 32 mil 327 cuarteles, hangares, hospitales y edificios varios, y renta 16 mil 527 instalaciones de todo tipo, para las que contrata alrededor de un millón de personas Las fuerzas combatientes suman unos 2 millones de efectivos, con el mejor entrenamiento, equipo, tecnología y paga del mundo
 Aparte de esta infraestructura terrestre, la Marina estudunidense cuenta con siete Flotas Navales distribuidas estratégicamente en los mares del mundo, cada una de las cuales consta en promedio de 120 aviones de combate, 60 tanques, tres submarinos nucleares y 12 navíos de escolta Y luego están los portaaviones, verdaderas bases aéreas flotantes que se desplazan a cualquier parte y pueden atacar en el lapso de 90 minutos
 Exceptuando al "Enterprise", de principios de los sesenta, los otros diez en activo son superportaaviones de propulsión nuclear de la clase Nimitz, que pueden llevar hasta 100 aeronaves de ocho tipos distintos Estos suelen agruparse, además, en las llamadas "Fuerzas de Tareas", que incluyen dos buques antiaéreos, uno de reaprovisionamiento, dos fragatas antisubmarinos y dos submarinos, que se mueven libremente
 Todo este colosal poderío militar se coordina por zona con seis comandos En América el Comando Norte, que va desde el Ártico hasta la frontera sur de México, y el Comando Sur, que baja desde Guatemala hasta la Antártida, incluyendo las Antillas El Comando de la Unión Europea, que cubre desde Groenlandia toda Europa y Rusia El Comando Central, en el Centro de Asia y el Cuerno de África; el Comando Asia-Pacífico, incluyendo Oceanía, y el Comando de Africa, de reciente creación y que se ocupa del África occidental y subsahariana
 Aunque como su nombre lo indica, el Comando Sur tiene su área de influencia en esta parte del hemisferio, al salir de Panamá instaló su sede en territorio norteamericano, concretamente en la Florida, desde donde ha buscado conservar y ampliar su influencia sobre América Latina y el Caribe Y para ello cuenta todavía con facilidades militares en Costa Rica, Honduras, El Salvador, Colombia, Perú y varias de las Antillas de habla inglesa, aparte de la base de Guantánamo en Cuba
 Pero que esto no es suficiente se puso de manifiesto en julio de 2008, cuando después de 58 años de inactividad, Washington decidió reactivar su IV Flota, para supuestamente combatir al "narcoterrorismo" y realizar tareas humanitarias en caso de desastres naturales en Centro, Sudamérica y el Caribe Esta decisión causó inquietud y malestar en prácticamente todos los países del área que se preguntaron: "¿por qué reactivar supuestas actividades de protección, tutelares o providenciales, si en Latinoamérica nadie se lo ha pedido (a Estados Unidos)?"
 Igualmente inadecuado para la mayoría resultó el paquete de acciones militares englobado en el programa Partnership of the Americas, que incluyó el año pasado las maniobras UNITAS 2008, con participación de México, y otros ejercicios navales en el Caribe, Centro y Sudamérica
 En junio de este año se abrió otra controversia sobre la presencia militar de Estados Unidos, con el golpe de Estado contra el presidente de Honduras, Manuel Zelaya Aunque los golpistas esgrimieron violaciones a la Constitución y argumentos ideológicos, en el sentido de que no querían "otro Hugo Chávez en Honduras", muchos analistas señalaron como trasfondo la base de Soto Cano
 Conocida también como "Palmerola", esta base fue reactivada en 1981 por el gobierno de Ronald Reagan para combatir a los sandinistas y otros movimientos izquierdistas en la región Actualmente está ahí la Fuerza de Tareas "Bravo", con personal de tierra y equipo aéreo Sin embargo, en mayo Zelaya anunció que la base sería modificada para vuelos comerciales internacionales con un fondo de la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA)
 Conspícuamente, el comandante de la aviación hondureña, Luis Javier Prince Suazo, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, Romeo Vásquez, quien jugó un papel protagónico en el golpe, estudiaron ambos en la Escuela de las Américas y mantienen una relación estrecha con el personal militar estadunidense de Soto Cano, donde por cierto aterrizó el avión que llevaba detenido a Zelaya de Honduras a Costa Rica
 El embajador de Washington en Tegucigalpa, Hugo Llorens, admitió que tenía conocimiento previo de la asonada, pero negó cualquier participación de su país El gobierno de Barack Obama ha mantenido una oposición abierta al golpe y sigue reconociendo a Zelaya como presidente constitucional; empero, sus acciones han sido vistas como dilatorias y poco drásticas El Pentágono, por su parte, invitó a los militares golpistas a participar en el ejercicio "Panamax 2009"
 Pero la información que se ha llevado los titulares de las últimas semanas es el acuerdo firmado por el presidente Álvaro Uribe, para que Estados Unidos pueda utilizar siete instalaciones militares colombianas en su combate al narcotráfico y a las que define como "organizaciones terroristas", entre ellas las FARC Y aunque ambos gobiernos se han esforzado en aclarar que no se trata de "bases", sino de "facilidades de operación", nadie las considera de esta manera
 Notoriamente, este acuerdo se anunció a menos de un mes de que cerrara la base de Manta en Ecuador, también relacionada con actividades antiterroristas y de combate al narcotráfico Según el convenio firmado en 1998 por el gobierno de Jamil Mahuad, las fuerzas estadunidenses sólo operarían en aguas internacionales y, en caso de reconocimientos terrestres, siempre deberían ir acompañados por pilotos de la fuerza aérea ecuatoriana
 Sin embargo, organizaciones populares y de izquierda, así como países vecinos ?particularmente Bolivia y Venezuela? denunciaron que desde ahí se realizaban actividades de espionaje y contrainsurgencia Concretamente el ataque que Colombia realizó en marzo del año pasado contra un campamento de las FARC en la provincia ecuatoriana de Sucumbíos, y en el que murió su segundo de a bordo, Raúl Reyes, habría sido planeado desde Manta
 Militares colombianos y estadunidenses desmintieron esta versión, sin embargo, el comandante Javier Delucca no negó que Manta fuera "clave" para el Plan Colombia Otro comandante, Rich Boyd, reveló que en los vuelos de reconocimiento participaban también pilotos colombianos, lo que fue confirmado por elementos de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, aunque el ministro de Defensa, Oswaldo Jorrín, se apresuró a desmentirlos En todo caso, el presidente Rafael Correa se comprometió en su campaña a no prorrogar el convenio en esta base cuyo nombre oficial es Eloy Alfaro, y así lo cumplió
 Entretanto, Álvaro Uribe se ha visto obligado a dar explicación tras explicación Primero a sus compatriotas y al Congreso, de que la soberanía colombiana no se vería vulnerada y que los militares norteamericanos no gozarían de impunidad Luego viajó por las capitales de sus países vecinos, para asegurarles que desde Colombia no se realizaría ningún trabajo de espionaje y desestabilización, ni mucho menos saldría de ahí un ataque de fuerzas estadunidenses contra su territorio
 Si bien el propio Correa, Hugo Chávez, Lula da Silva y Evo Morales han sido los principales opositores a este proyecto, todos los presidentes sudamericanos han manifestado sus reservas; tanto que, al final, se convocó a una reunión urgente de la Unión Sudamericana de Naciones (UNASUR) en Argentina, para discutir la situación El resultado fue un documento de precario equilibrio, en el que se trataron de conciliar los derechos soberanos de defensa de un país con la seguridad regional
 En todo caso, la discusión no ha acabado ahí Este 15 de septiembre se reunirá el Consejo de Defensa de la UNASUR, para seguir abordando el tema Según la Associated Press, fuentes colombianas familiarizadas con el acuerdo le habrían confiado que "la idea es hacer de Colombia un centro de operaciones del Pentágono" Bajo las órdenes, claro, del Comando Sur
 

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