Italia: en busca de hijos haitianos
ROMA, 22 de enero (apro).- Las imágenes de miles de niños heridos, hambrientos, muchos de ellos vagando solos por las calles destruidas, otros que van siendo rescatados poco a poco de los escombros de lo que queda de Haití, muchos más esperando agua, comida y medicinas en orfanatos o en lo que quedó de ellos, parecen haber despertado en miles de italianos una necesidad que muchos habían cancelado o al menos retrasado durante algunos años: ser padres.
De acuerdo con datos estadísticos de la Comisión Europea, en Italia se tiene, junto con Grecia, la tasa de natalidad más baja del Viejo Continente: 1.2 niños en promedio por pareja (en Grecia es de 1.3).
Sin embargo, España, Francia, Alemania y Gran Bretaña no se quedan atrás. En esos países, entre otros, el número de niños por pareja no supera el 1.7. El promedio en la Unión Europea es de 1.4 hijos por pareja.
Esas estadísticas se han convertido en un verdadero problema para los gobiernos de los países europeos, pues sus poblaciones siguen envejeciendo a una velocidad más rápida de la que se desarrolla la fuerza laboral, a causa siempre de la baja natalidad.
Desde que el pasado martes 12 un terremoto azotó a Haití, cientos de parejas italianas han enviado solicitudes de adopción, informó Carlo Giovanardi, subsecretario de la Comisión para la Adopción Internacional, misma que destinó un millón de euros específicamente para un plan extraordinario de ayuda a los niños en la nación caribeña.
“Tal cantidad será utilizada para ayudar a las organizaciones humanitarias que en este lugar están afrontando la emergencia de los niños que se quedaron sin familia, así como para responder al llamado de los responsables de las estructuras de acogida para los menores haitianos que han pedido la ayuda de la comunidad internacional”, dijo.
Sin embargo, Giovanardi explicó que Italia no cuenta con una entidad acreditada para las adopciones en Haití, pues históricamente han sido los franceses quienes más adoptan niños de esta nación. El año pasado, añadió, “sólo hubo una adopción que hizo una pareja de italianos en Haití”.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) recomendó el jueves pasado que se congelaran las nuevas adopciones en Haití durante la fase de urgencia, aunque se mostró favorable a que salgan del país los niños cuyo proceso de adopción está por terminar.
Pero las imágenes que se ven a toda hora son más fuertes y efectivas que cualquier declaración y recomendación, y en los últimos días han llegado a la línea de la Comisión numerosas llamadas telefónicas y correos electrónicos de parejas que piden información sobre la posibilidad de adoptar a menores provenientes del país en ruinas.
Los últimos datos de dicha Comisión, dados a conocer una semana antes de la catástrofe, señalan que durante el primer semestre de 2009, las parejas italianas adoptaron niños de 13 distintos países, siendo Rusia el país principal de adopción, seguido por Ucrania, Colombia, Brasil, Polonia, Etiopía, Vietnam, India, Bulgaria, Camboya, Congo, Hungría y Perú, en ese orden.
Pese a que las autoridades italianas hicieron un llamado a la prudencia, al aconsejar que se esperara a que existiera una verdadera coordinación internacional para tratar el tema de la adopción en Haití, apenas el pasado viernes 22 de enero, el Consejo de Ministros tuvo una reunión extraordinaria para tratar el tema, donde anunció que simplificará y acelerará los procedimientos de autorización para las adopciones internacionales, mismas que según los interesados llega a ser de hasta tres o cuatro años una vez que se comienza todo el trámite.
“Adoptar un hijo se convierte en un verdadero vía crucis, pues además de que cada pareja debe comprobar una serie de requisitos, que obviamente son justos porque estamos hablando de niños, no de manzanas, y se tiene que pagar prácticamente por todo, los tiempos llegan a ser absurdos y, además, no está dicho que siempre se tenga éxito, pues hay miles de motivos por los que una adopción no llega a su fin”, señala Chiara N., una residente de Roma que desde hace dos años está a la espera de un niño proveniente de Bulgaria, nación que entregó a Italia a 64 niños durante el primer semestre del año pasado.
--¿Ahora con lo que pasó en Haití adoptarías a un niño de allá?, se le pregunta.
--Absolutamente, sólo que desafortunadamente tenemos que esperar que concluya el trámite que iniciamos para nuestro hijo de Bulgaria. Comenzar otro trámite ahora no nos sería posible.
En un comunicado de Palazzo Chigi se informó que Italia es el país líder en el mundo para las adopciones internacionales y que cada año alrededor de 4 mil niños provenientes de 62 países extranjeros son adoptados por parejas italianas.
El año pasado, 3 mil 950 niños fueron adoptados, 2.5% menos que en 2008.
Entre el deseo y la crisis
Una semana antes del terremoto en Haití, Giovanardi señaló que durante el año 2009 comenzó a tomar forma un nuevo fenómeno entre las parejas italianas que desde algunos años atrás habían iniciado los trámites para la adopción de un hijo: habían renunciado a la adopción de infantes debido a la crisis económica.
“Desgraciadamente es verdad, muchos comenzaron a renunciar a esta responsabilidad debido a la crisis económica que comenzó a influir en la decisión de algunas parejas”, explicó Giovanardo en los primeros días de enero.
Y es que aunque Italia es uno de los pocos países que sigue manteniendo ayudas fiscales a las familias que deciden dar este paso, el costo de la adopción representa para cada pareja unos 10 mil euros, es decir más de 14 mil dólares o casi 183 mil pesos.
A principios de noviembre pasado, el Instituto de Política Familiar presentó en el Parlamento Europeo el informe de evolución de la familia en Europa en 2009, exponiendo un panorama poco prometedor: un aumento del número de abortos (1.2 millones durante el 2009), que se ha convertido en la primera causa de mortalidad; la disminución de la natalidad (775 mil nacimientos anuales menos), y la explosión de la ruptura familiar (un millón de divorcios anuales). A esto se suma el desplome de los matrimonios: 725 mil menos al año.
Y el pasado martes 20, Maurizio Sacconi, ministro del Welfare –dependencia responsable de las políticas sociales--, anunció ante la Cámara de Diputados una serie de beneficios fiscales para las familias, pero antes dijo que habría que incentivar los matrimonios y, sobre todo, la procreación en las nuevas parejas.