Los costos del desencanto

lunes, 1 de noviembre de 2010 · 01:00

Las encuestas anticipan una debacle para Barack Obama y el Partido Demócrata en las elecciones intermedias de este 2 de noviembre. Ahora, aseguran varios expertos, el presidente se verá obligado a gobernar sin mayoría en el Congreso. Su agenda política, dicen, no deberá enfocarse a las grandes iniciativas que enarboló como candidato y que propuso en los inicios de su gestión, sino a las tareas concretas que la realidad impone para sacar a Estados Unidos del marasmo en que está desde la crisis de 2008.

WASHINGTON, 1 de noviembre (Proceso).- Las elecciones intermedias de estemartes 2 en Estados Unidos serán un referéndum de los primeros dos años de la presidencia de Barack Obama, quien, de acuerdo con las encuestas, será el gran perdedor de los comicios, pues su administración no dio los resultados que prometió al electorado en cuanto a recuperación económica.

Expertos en temas electorales consideran que el presidente y los legisladores federales demócratas pagarán las consecuencias de la incompetencia de George W. Bush, toda vez que, afirman, la gestión de éste en la Casa Blanca es la responsable de que Estados Unidos padezca la peor recesión económica en varias décadas.

Con una tasa de desempleo de 9.6%, 8 millones de empleos perdidos en dos años, una deuda pública de 16 mil 634 billones de dólares, un déficit de 1.4 billones de dólares, crecimiento anual del PIB de 1.7% y un gasto anual de 113 mil millones de dólares en operaciones militares sólo en Afganistán, los electores se sienten desconcertados y abandonados por el gobierno federal.

“La recesión económica no es culpa de Obama, pero él y los demócratas, como mayoría en el Congreso, son responsables de resolver la crisis económica y no lo han hecho”, dice a Proceso uno de los principales asesores políticos –quien optó por el anonimato– de John Boehner, legislador federal por Ohio y líder de la minoría republicana en la Cámara de Representantes. De acuerdo con los sondeos, a partir del próximo miércoles 3 éste podría convertirse en el segundo político más importante de Washington después del presidente.

A dos años de la histórica y apabullante elección de Barack Hussein Obama como el presidente numero 44 de Estados Unidos, el mandatario y su partido son víctimas de la apatía del electorado –incluidos los hispanos– porque incumplieron sus promesas.

Ofrecieron bonanza económica, regulación financiera y bancaria, reforma migratoria, ampliación de programas sociales, eliminación de burocracia y recortes tributarios a los ricos, y que pondrían fin a las guerras en Irak y en Afganistán, entre otras cosas.

Thomas E. Mann, académico y experto en materia electoral y asuntos gubernamentales de la prestigiosa organización de análisis político Brookings Institution de Washington, explica en entrevista que a Obama y a los demócratas se les complicará el panorama en caso de que pierdan los comicios del próximo martes 2.

“El gobierno de Obama tendría que ajustarse y enfrentar el hecho de que el Congreso dominado por los republicanos no estará dispuesto a cooperar en lo mínimo con la Casa Blanca. Por ello el presidente deberá realizar su mayor esfuerzo para tratar de gobernar sin empeñarse en proponer nuevas legislaciones”, pronostica el experto.

En estas elecciones intermedias estarán en disputa 435 escaños de la Cámara de Representantes, 34 de la Cámara de Senadores, 37 de las 50 gubernaturas y dos territorios del país. Asimismo están en juego algunas legislaturas estatales, así como representaciones y alcaldías en los condados de cada entidad federativa.

Actualmente la Cámara de Representantes está formada por 255 legisladores demócratas y 178 republicanos, más dos independientes. La Cámara de Senadores la integran 57 demócratas, 41 republicanos y dos independientes que siempre se alinean con los demócratas.

 

La debacle

 

Al cierre de esta edición la ultima encuesta de Gallup –del jueves 21 al domingo 24–, con una muestra de 3 mil 51 estadunidenses mayores de 18 años, confirma el pronóstico de que Obama y los demócratas serán derrotados en las urnas.

Entre los votantes registrados 48% aseguró que votaría a favor de los candidatos republicanos al Congreso federal, frente a 44% que lo haría por los demócratas.

El sondeo entre quienes se manifestaron como “posibles votantes este 2 de noviembre” muestra mayor ventaja para los republicanos: 52% afirmó que votaría por los republicanos mientras que 43% dijo que lo haría a favor de los candidatos del Partido Demócrata. La encuesta tiene un margen de error de dos puntos porcentuales.

“La historia de las encuestas nos favorece”, plantea el asesor de Boehner. “Creo que sólo un milagro salvaría al presidente Obama y a los demócratas de una derrota contundente en los comicios de este martes”.

Para el politólogo de la Brookings Institution tampoco hay duda de que los vientos electorales están a favor de los republicanos. Aunque considera que la decisión que tomarán los electores no necesariamente será justa “porque están culpando a Obama y a los demócratas de incompetencia para solucionar una crisis económica de una gran envergadura que nadie podría resolver en dos años”.

Algunas de las prospectivas realizadas en varias universidades y centros de análisis político coinciden en establecer que es muy probable que la representante demócrata por el estado de California, Nancy Pelosi, deje de ser presidenta de la Cámara de Representantes para ser sustituida por Boehner.

Los pronósticos sobre el resultado de los comicios indican que el Congreso federal quedará integrado de la siguiente manera: en la Cámara de Representantes, 230 republicanos y 205 demócratas; en el Senado, 52 demócratas y 48 republicanos.

“Los demócratas tienen una posibilidad entre cinco de mantener la mayoría en la Cámara de Representantes, pero en el Senado la tendencia es a la inversa: los demócratas tienen cuatro de cinco posibilidades de perder menos de 10 curules”, destaca el profesor Mann, quien considera que los republicanos ganarán unos 50 escaños en la Cámara de Representantes.

La Casa Blanca desestima el argumento de que los electores están descontentos con Obama por su “larga y tediosa campaña para culpar a los republicanos del Congreso federal de la falta de logros en los primeros dos años de la presidencia demócrata”. El gobierno de Obama inclusive enfatiza que de todas las promesas que el mandatario hizo en su campaña se ha cumplido por lo menos 70%.

Sin embargo los ajustes hechos por el presidente para restablecer el curso económico de Estados Unidos, considerados por los republicanos como “proyectos socialistas”, no han encontrado entre los electores el eco que la administración Obama esperaba. La encuesta de Gallup consignó que la tendencia de los electores para estos comicios se guiará en 43% por la situación económica, en 23% por el sistema de salud publica, en 18% por el tamaño del sistema burocrático del gobierno federal, en 6% por lo que está pasando con la intervención militar en Afganistán y sólo en 6% por la ausencia de una reforma migratoria integral.

El voto hispano o latino que en 2008 ayudó a consolidar la victoria de Obama y de los demócratas sobre los republicanos, en esta ocasión y de acuerdo con los sondeos tendrá poca afluencia en las urnas.

El encargado de los asuntos hispanos en la Casa Blanca, Luis Miranda, niega que los votantes hispanos estén abandonando al presidente y a los demócratas por considerar que éste no cumplió con sus promesas, sobre todo en lo que se refiere al tema de la migración.

“El presidente nunca ha dudado de la importancia de una reforma migratoria amplia y durante los últimos 21 meses hemos trabajado fuertemente para lograrla”, destaca Miranda en la entrevista con este semanario en la sala de prensa de la Casa Blanca.

“Lo que ha sucedido es culpa del clima político que tenemos en este momento en Washington, en el cual los republicanos hasta para los procedimientos legislativos más básicos están pidiendo y forzando un voto de 60% del total de los senadores para que avance cualquier cosa”, remata.

Por su parte Mann tampoco compra el argumento de que los hispanos dejarán de acudir a las urnas por considerar que fueron traicionados. “Creo que los votantes hispanos están conscientes de que la agenda migratoria del presidente no ha avanzado por las marrullerías de los republicanos”, acota.

Con un panorama tan negativo para Obama y los demócratas en vísperas de los comicios, algunos análisis políticos consideran que la derrota de los demócratas en el Capitolio es lo mejor que puede pasarle al presidente, si busca la reelección en 2012. El argumento es que, al igual que les ocurrió a Ronald Reagan en 1982 y a Bill Clinton en 1994, gobernar con una mayoría opositora en el Congreso le daría a Obama la posibilidad de culpar al partido mayoritario de todo lo malo que le ocurra al país. Aunque los expertos dicen que Obama carece de la astucia y táctica política que tenia Reagan y que aún fluye a caudales en Clinton.

 

 

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