Fidel Castro: La retirada

domingo, 21 de noviembre de 2010 · 01:00

LA HABANA, 21 de noviembre (apro).- El expresidente Fidel Castro Ruz abandonará, por sus propios pies, el próximo mes de abril, el último cargo que aún ostenta: el de primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), aunque sus numerosos opositores aún no lo creen.

Fidel Castro dejará la dirigencia del PCC tan lúcido que se dará a la tarea de redactar libros y asesorar al gobierno de su hermano Raúl.  

Se apartará del último rescoldo del poder que mantuvo casi medio siglo gozando de buena salud; con una apretada agenda política nacional e internacional; ileso de los múltiples atentados (más de 100, según la inteligencia cubana) contra su vida y con una presencia mediática envidiable.

“Yo no estoy hablando como primer secretario. Cuando me enfermé hice lo que debía hacer: sencillamente delegué mis atribuciones", expresó el pasado 17 de noviembre en una reunión con estudiantes.

“Yo sólo soy un soldado de las ideas y, conforme y satisfecho, no vacilé ni un segundo (en delegar el poder), y tal vez estuve demasiado tiempo. ¡Vaya!, no quiero hacerme la autocrítica porque en definitiva eso es lo que quieren los medios masivos", expresó de forma socarrona.

Sorprendió a todos cuando dijo que fue atinada su decisión de ceder el poder a su hermano Raúl y, sin ser preciso, dejó entrever que podría, incluso, dejar el cargo de primer secretario del Partido Comunista de Cuba. La información después fue confirmada a Apro por un dirigente del PCC.         

 

Se va en momentos de crisis

En su amplia reunión con estudiantes, el líder de la revolución cubana tocó, por primera vez desde hace casi dos años, un tema de la agenda interna de Cuba: la grave situación económica de la isla y las reformas a la economía socialista.

En el encuentro con los colegiales fue claro al expresar su apoyo a las medidas económicas implementadas por su hermano Raúl, que incluyen la reducción del papel del Estado y la expansión del pequeño sector privado.

“Estoy contento, y creo que el país está marchando, lo que tiene son todos estos desafíos”, sintetizó el expresidente de la isla caribeña.

Se refería al hecho de que la Cuba comunista iniciará, el próximo 1 de diciembre, un debate nacional para cambiar su sistema económico --pospuesto por ocho años--, pero dejará intacta su estructura política.

En un documento base para la discusión nacional y su eventual aprobación por el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), único partido en la isla, que se celebrará en la segunda quincena de abril, por primera vez desde 1997, los cubanos decidirán si su nuevo sistema económico se parecerá más a un sistema de mercado, sin renunciar al socialismo.

La propuesta presentada por el presidente Raúl Castro da mayor autonomía a las empresas públicas y deja crecer al pequeño sector privado, con el que intenta absorber al millón de empleados públicos que serán despedidos en los próximos años para recortar gastos.

El "Proyecto de Lineamientos de la Política Económica", como se tituló el texto de 32 páginas del Partido Comunista de Cuba, puede adquirirse en los puestos de periódicos y las oficinas de correos de las 14 provincias de Cuba.

Propone avanzar hacia la unificación monetaria (en Cuba existen dos monedas: el peso, con el cual los cubanos obtienen su salario y se pagan algunos servicios, y el CUC, moneda equiparada a la divisa) o la revisión del sistema de precios para eliminar subsidios.

Reconoce que se busca un país que promueva la inversión extranjera, que logre ampliar el sector privado, cumplir sus obligaciones de deuda, pero sin renunciar al socialismo instalado hace medio siglo tras la revolución liderada por Fidel Castro.

“La política económica en la nueva etapa se corresponderá con el principio de que sólo el socialismo es capaz de vencer las dificultades y preservar las conquistas de la revolución, y que en la actualización del modelo económico privará la planificación y no el mercado”, señala el documento.

El gobierno cubano y el PCC buscan crear un amplio sector de empresarios cubanos privados que tendrán acceso a créditos bancarios y podrán adquirir insumos en mercados mayoristas, subraya el documento.

Pero habrá altos impuestos para poder financiar el gasto público y los servicios gratuitos como la salud y la educación; y menciona la posibilidad de liberalizar el mercado inmobiliario. El gobierno comunista intenta hacer un equilibrio entre apertura y control estatal de la economía.

 

Un videojuego desata la ira

Una persona armada entra a una habitación en donde se encuentra el expresidente Fidel Castro Ruz vestido con su tradicional traje verde olivo.

Una bala dorada le impacta en el entrecejo y logra su objetivo: asesinar al máximo líder de la revolución cubana, considerado enemigo histórico del gobierno de Estados Unidos.

La escena del asesinato del aún primer secretario del Partido Comunista de Cuba forma parte de un videojuego virtual con alta tecnología conocido como Call of Duty: Black Ops que fue lanzado, a principios de noviembre, por la empresa Activision.

El videojuego desató la ira dentro de las estructuras de poder en la isla caribeña.

“Lo que no logró el gobierno de los Estados Unidos en más de 50 años --en referencia a los planes de la CIA para eliminar al líder cubano-- ahora pretende alcanzarlo por vía virtual”, señala un texto publicado el 9 de noviembre por el portal oficial Cubadebate, considerado el diario digital producido por un grupo de periodistas e intelectuales cercanos a Fidel Castro y en donde habitualmente publica sus artículos conocidos como “Las reflexiones del compañero Fidel”.

El videojuego no es conocido por el ciudadano común de la isla, aunque fue comentado en diversos portales del país. Se desarrolla en la época de la “guerra fría”.

Los rusos (soviéticos en los años sesenta) son los enemigos y la primera misión es asesinar a su principal aliado: Fidel Castro Ruz.

La reacción del gobierno cubano no se hizo esperar. El portal oficial Cubadebate criticó ácidamente a la empresa Activision, una compañía de videojuegos con sede en California.

“La lógica de este nuevo videojuego es doblemente perversa: por un lado, glorifica los atentados que de manera ilegal planificó el gobierno de Estados Unidos contra el líder cubano --Fidel ha sobrevivido a más de 600--, y por el otro, estimula actitudes sociópatas de los niños y adolescentes norteamericanos, principales consumidores de estos juegos virtuales.

“Los niveles de violencia que impregnan este tipo de productos ya han producido la alarma en Estados Unidos. En 2006 uno de los juegos más agresivos, el ‘GTA San Andreas’, fue denunciado en los tribunales de Alabama de haber provocado que un adolescente asesinara a tres hombres, dos de ellos policías”.

Fidel Castro Ruz cumplió, el pasado 13 de agosto, 84 y cuatro años de edad de puro milagro. Por lo menos ocho de los cientos de atentados en su contra  han tenido probabilidades reales de quitarle la vida en los últimos cincuenta años.

El expresidente Fidel Castro Ruz ha vivido entre la vida y la muerte no sólo por los más de cien atentados planificados, según documentos desclasificados en Estados Unidos e investigaciones de especialistas de la contrainteligencia cubana, sino por la complicada enfermedad intestinal (diverticulitis) que lo obligó a dejar el poder presidencial, pasar varias veces por el quirófano y perder casi 20 kilos.

Probablemente el hombre nacido en Birán, ahora provincia de Holguín, el 13 de agosto de 1926, y que ha desafiado a más de 11 presidentes de Estados Unidos –desde Dwight David Eisenhower hasta Barack Obama-- morirá en la cama.

En uno de sus artículos publicados en el portal oficialista CubaDebate, en julio de 2008, Castro Ruz reconoció que un grupo de cubanos americanos encabezados por Luis Posada Carriles intentó asesinarlo justo cuando paseaba por las coloniales calles de la ciudad colombiana de Cartagena de Indias con el escritor Gabriel García Marqués y su esposa Mercedes Barcha.

El convaleciente expresidente cubano recuerda en su escrito que tituló “El descanso” que los anfitriones de la IV Cumbre Iberoamericana habían organizado un paseo en coche por el recinto amurallado de Cartagena.

La seguridad a cargo de su protección le sugirió no hacerlo porque existían datos de un posible atentado.

“Llamé al Gabo, que estaba cerca, y le dije bromeando: ‘¡Monta con nosotros en este coche para que no nos disparen!’ Así lo hizo. A Mercedes, que quedó en el punto de partida, le añadí en el mismo tono: ‘Vas a ser la viuda más joven.’ ¡No lo olvida!”

Meses después las autoridades de Colombia confirmaron lo que su seguridad le había advertido: en Cartagena habían personas en el recinto amurallado con fusiles telescópicos y armas automáticas listos para emboscar al presidente cubano.

Castro asegura que al igual que en Santiago de Chile, los hombres que habrían de jalar el gatillo “temblaron” con el pretexto de que la  “cabeza del Gabo” se interponía obstruyendo la visión.

Manuel Hevia, del Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado, y el general retirado Fabián Escalante, exjefe del contraespionaje cubano, aseguran que de acuerdo con el recuento oficial, los atentados preparados y que tenían probabilidades para su ejecución, con armas y hombres dispuestos, fueron 167. Ocho estuvieron a punto de quitarle la vida al polémico líder cubano

 

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