Vaticano crea órgano para evitar lavado de dinero
MÉXICO, D.F., 30 de diciembre (apro).- El próximo 1 de abril entrará en vigor una nueva legislación en El Vaticano para combatir el lavado de dinero dentro de sus instituciones.
Tres meses después de que el banco Vaticano fuese investigado por la violación de las normas antirreciclaje de Italia, el papa Benedicto XVI emitió un decreto que integra la ley general, cuyo objetivo es "prevenir y luchar contra el blanqueo de dinero proveniente de actividades criminales y para la financiación de terrorismo".
Entre las medidas más importantes de dicho decreto se prevé la creación de un organismo de control que será llamado Autoridad de Información Financiera (AIF), mismo que vigilará las transacciones económicas efectuadas a y por organismos del Vaticano y colaborará con las autoridades de otros países si se detectan delitos de carácter económico, según un comunicado.
De acuerdo con expertos, con esa nueva legislación El Vaticano pretende entrar en la llamada "white list" de los paraísos fiscales, es decir la lista de Estados que respetan las normas para la lucha contra el lavado de dinero de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y el Grupo de Acción Financiera (GAFI).
De hecho, la nueva legislación cumple con los requisitos requeridos por la Unión Europea con base en el acuerdo firmado entre esa entidad y el Vaticano el pasado 17 de septiembre de 2009, añadió la Santa Sede.
Las nuevas leyes –aprobadas después de que en septiembre pasado la fiscalía de Roma incautó 23 millones de euros depositados en una cuenta del banco Crédito Artigiano– prevén penas de cuatro a 12 años de cárcel y multas de hasta 15 mil euros para quienes laven dinero.
Sobre ese punto, el portavoz vaticano Federico Lombardi manifestó que dicha legislación evitará que se vuelvan a repetir incidentes de ese tipo.
"Se evitarán en el futuro aquellos errores que tan fácilmente se convierten en motivo de escándalo para la opinión pública y para los fieles. En resumen, la Iglesia será más creíble ante la comunidad internacional y sus miembros", dijo Lombardi.
"El Papa ha firmado un documento inusual para él, pero de gran valor y gran significado moral y espiritual. Es una buena forma de acabar este año, con un paso concreto en la dirección de la transparencia y la credibilidad", agregó.