El sucre, moneda antimperialista del Alba

lunes, 1 de febrero de 2010 · 01:00

LA HABANA, 29 de enero (apro).-- Con pequeñas transacciones comerciales entre Venezuela, Cuba y Bolivia se estrena el nuevo sistema monetario de la Alianza Bolivariana para Nuestra América (Alba), conocido como Sucre, la moneda que sustituirá al dólar en las operaciones comerciales de nueve países, donde viven cerca de 75 millones de personas.

          Con una semana de diferencia, los gobiernos de Venezuela y Cuba promulgaron leyes y ratificaron el Tratado Constitutivo del Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos (Sucre), el nuevo sistema monetario del Alba, con el que intenta realizar un comercio del sur para el sur y sacudirse el control de Estados Unidos en la región.

          Con el fin de avanzar en una nueva arquitectura financiera internacional, los tres países iniciaron la primera compraventa con el uso del Sucre: Venezuela vendió arroz a Cuba y cemento asfáltico a Bolivia; a cambio Bolivia venderá a Venezuela, teniendo como base la nueva moneda, madera y textiles.

          El pasado 13 de enero, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, promulgó la ley que aprueba el llamado Sucre y da vida al Banco del Alba, con sede en Caracas, el cual cobijará las relaciones comerciales de Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Honduras, Nicaragua, San Vicente y las Granadinas y Venezuela.

          Chávez comparó el nacimiento del nuevo sistema monetario del bloque regional con el proceso de integración monetaria, financiera y comercial de la Unión Europea (UE). “Demoró 50 años y ahora es una de las monedas (el euro) más fuertes del mundo”, recordó en su programa dominical “Aló Presidente” el pasado 25 de enero.

          “Aquí seremos más rápidos, aunque tampoco se trata de un año. No hay que desesperarse”, dijo y aseguró que el propósito es continuar ultimando detalles del instrumento encaminado a fortalecer los nexos de cooperación y desterrar la dependencia del dólar estadunidense en las transacciones comerciales.

            El gobierno de Cuba depositó, el pasado 22 de enero, ante el Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores de Venezuela la ratificación que realizó el Consejo de Estado de la isla, presidida por Raúl Castro Ruz, del instrumento que da vida al Sucre. Hizo lo mismo el país gobernado por Evo Morales.

         El gobierno cubano ratificó su apoyo total al nuevo sistema monetario del Alba, el cual, aseguró en un comunicado, constituye un paso de suma importancia en el fortalecimiento de las relaciones de cooperación entre los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP).

 

La experiencia del euro

 

Para Cuba, esta alianza se ha convertido en los últimos cinco años en la vía económica, social y política más importante para la unión e integración de los países latinoamericanos. El mecanismo fue constituido oficialmente el 14 de diciembre de 2004 por nueve países.                          

           Así, los países del Alba inician el año con un nuevo método de intercambio comercial intentando no depender de las  reglas comerciales de países desarrollados y, sobre todo, del dólar estadunidense, y con la meta de emular la experiencia del euro en el Viejo Continente.

          El ministro de Finanzas venezolano, Alí Rodríguez Araque, explicó que el Sistema Único de Compensación Regional será justamente “un mecanismo de compensación y no propiamente una moneda. Hará operaciones virtuales sin moneda física y contarán con el respaldo de las monedas locales como contraparte”.

          El propósito del encuentro, dijo, es fortalecer los nexos de cooperación y desterrar la dependencia del dólar estadunidense.

          Para el presidente del Banco Central de Cuba, Ernesto Medina, las transacciones comerciales en esa moneda virtual se harán inicialmente entre cinco de las nueve naciones miembros del nuevo organismo regional.

          La principal ventaja del Sucre, puntualizó, es permitir a estos países liberarse del dólar en las transacciones, ahorrar divisas y disminuir entre ellos las asimetrías, ya que contribuiría a incrementar los fondos exportables.

         También se evitan o reducen los llamados riesgos cambiarios a nivel empresarial, señaló Medina. Precisó que en su primera etapa será una moneda electrónica, cuyos fondos estarán bajo la rectoría del Banco del Alba. El valor de un Sucre será equivalente a 1.25 dólares.

          La iniciativa no es bien vista por algunos países de América Latina, principalmente Colombia y Chile. Otros aplauden la iniciativa, pero lo cierto es que su futuro es una interrogante considerando que la mayoría son países poco acostumbrados a la disciplina fiscal.

             La promulgación de la ley en Venezuela y la ratificación, de inicio, de Cuba y Bolivia, generó la aprobación de una avalancha de nuevas empresas regionales (sur-sur) que tienen como objetivo desmarcarse de las grandes trasnacionales que controlan la salud, la agricultura, los alimentos, la educación y los energéticos.

          El mismo día que el gobierno venezolano aprobó la nueva ley que da vida al Sucre, el doctor Rafael Pérez Cristia, especialista del Buró Regulatorio para la Protección de la Salud Pública de Cuba, anunció la consolidación del Proyecto Grannacional ALBAMED, la alternativa del Alba para competir con las empresas, primordialmente de Estados Unidos, que mantienen un férreo control de las medicinas en América Latina.

         El proyecto garantizará a sus integrantes y a otros países del Sur el acceso a medicamentos de calidad.

         “La calidad de los medicamentos conlleva aspectos como la aptitud del producto para el uso al cual se destina. La seguridad y la eficacia deben ser vigiladas. Existe un marco regulador que garantiza los análisis y estará al tanto del efecto de los medicamentos a largo plazo”, puntualizó.

          En tanto, los ministros de Agricultura de los nueve países miembros del Alba confirmaron, el pasado 27 de enero, la creación de la empresa Alba-Alimentos y el fortalecimiento de los proyectos de la Alianza en el área agroalimentaria.

 

Mr

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