Chile-México: La conexión "anarco-insurreccionalista"
SANTIAGO DE CHILE, 20 de febrero (apro).- El ataque a la embajada de México en Chile, ocurrido el pasado miércoles 10, pone en evidencia que los grupos anarco-insurreccionalistas chilenos se expanden con inusitada fuerza y que tienen amplias conexiones internacionales, especialmente con sus pares de Argentina y México.
A pesar de que el ataque se registró a las 18:20 horas, a pasos de la muy concurrida avenida Apoquindo, en la elegante comuna de Las Condes, los autores, que se identificaron por medio de panfletos como pertenecientes al Frente de Liberación Total, no han sido capturados.
Las investigaciones policiales están sumergidas en la más completa confusión: no hay sospechosos ni pistas que permitan encontrar a los responsables.
Las grabaciones registradas por las cámaras de seguridad de la embajada muestran a ocho o nueve individuos encapuchados como partícipes del ataque. Mientras algunos arrojaban piedras y golpeaban los vidrios con martillos, otros lanzaban botellas con pintura contra los muros. Había también quienes esparcían volantes en el antejardín del edificio, que no cuenta con empalizada de protección. El accionar de cada uno de los participantes de esta “acción directa” --que duró 60 segundos-- parecía perfectamente coordinado.
En el momento de ocurrir los hechos, la embajada no contaba con protección policial. Esto a pesar de las obligaciones internacionales de Chile y de los numerosos atentados que se vienen repitiendo en el “barrio alto” (sector más pudiente) de la capital. En entrevista con la agencia Notimex, el embajador de México en Chile, Mario Leal, dijo que a mediados de 2009 solicitó a la Policía de Carabineros que diera mayor resguardo a la sede diplomática.
Según su versión, Carabineros le contestó que no era necesario tener una vigilancia permanente, y que “tenían otras cosas que atender, por lo que no podían acceder a esa solicitud”.
El embajador protestó por estos hechos y recordó que, de acuerdo con la Convención de Viena, es responsabilidad de los Estados brindar seguridad a las embajadas extranjeras. Añadió que esperaba que luego de estos hechos se le diera mayor seguridad a su representación.
La investigación policial de este atentado se encuentra a cargo del fiscal Albert Aguilera, quien contará con el apoyo de una docena de agentes de la Dirección de Inteligencia Policial de Carabineros (Dipolcar).
Liberación Total
De acuerdo con la versión entregada por los atacantes que es posible ver en su web: Liberación Total (http://liberaciontotal.entodaspartes.net), y que no es muy distinta a la proporcionada por la Policía y el citado embajador, “pasadas las 6 de la tarde del miércoles 10, en el sector burgués de Escuela Militar, en la comuna de Las Condes, allí con nuestras manos y rostros cubiertos nos abalanzamos contra dicha institución (la embajada). Los ventanales fueron nuestro primer objetivo y los reventamos a martillazos, luego se bajó la bandera mexicana del asta y se arrojó al piso. Para finalizar lanzamos bombas de pintura en toda la fachada y dejamos panfletos. Todo esto lo realizamos en menos de un par de minutos, tiempo en el cual rompimos con la monótona tranquilidad en que descansa el orden de la dominación de los burgueses”.
Continúan: “Las fuerzas del orden llegaron con el retardo que estimábamos y no encontraron a nadie. Asquerosos verdugos, otra será la ocasión en que nos volvamos a enfrentar, por esta vez nuestro objetivo fue alcanzado, atacamos y burlamos la seguridad que prometen a las embajadas”.
Según la versión de los autores, fueron 15 los participantes del operativo. De acuerdo con relatos entregados por taxistas, los activistas se cambiaron de ropa antes de abandonar el lugar de los hechos. Todo esto ocurrió a plena luz del día.
El atentado a la embajada de México había estado precedido por una decena de otros atentados reivindicados por células anarquistas. El lunes 8, un local de venta de vehículos Subaru, ubicado en Vitacura --otro sector acomodado de Santiago--, fue incendiado. Esta acción, al igual que la anterior, se enmarcaba en la “Jornada de Agitación Anticarcelaria por lxs compañerxs presxs en Mexico y en todo el Mundo”, que tuvo lugar entre el 1 y el 12 de febrero.
En la misma página web antes mencionada, sus autores describen este ataque: “Aprovechando la oscuridad de la noche y la falta de cámaras de vigilancia, forzamos una ventana por donde rociamos combustible al interior de una oficina, dejando también paños de algodón para luego iniciar el incendio de forma directa. Por unos segundos contemplamos el rápido avance del fuego para luego desaparecer sin dejar huellas”.
La citada declaración da señas de las razones que originan su violento accionar: “Ante el avance de la civilización, que inseparablemente trae muerte y destrucción para seres y el entorno, no podemos quedarnos indiferentes, viendo cómo los explotadores nos asesinan día a día. La industria de las máquinas es una de las grandes responsables de la destrucción de la Tierra, extrayendo combustible para alimentarlas, asfaltando y matando el suelo para construir sus caminos, y contaminando aire y agua a su paso (…) Incendiamos parte de este maldito negocio y también, a su vez, prendimos fuego a sus asquerosas bases ideológicas de dominación. Atentamos contra la autoridad que nos intenta domesticar”, según se afirma en el sitio de internet de Liberación Total.
Este grupo también atacó la embajada de México en Argentina, ubicada en la calle Arcos 1650 en el barrio de Belgrano, Buenos Aires. Lo hizo el mismo día en que atacó a la embajada de Chile. La acción consistió en el despliegue de un lienzo que decía: “Contra la sociedad carcelaria: un saludo internacional a lxs presxs antiautoritarixs en México”.
Posteriormente los atacantes hicieron explotar una bomba de humo color rojo, lanzaron panfletos y envases con pintura que manchó la muralla de entrada del edificio. Al igual que en Santiago, no hubo heridos ni detenidos. Un relato de este ataque aparece en la web de Liberación Total.
Los atentados contra las embajadas de México tuvieron como fin reclamar la liberación de cuatro anarquistas mexicanos --detenidos entre octubre y diciembre pasados-- acusados de realizar daños a propiedad privada, así como por delitos de subversión y violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos. Se trata de Víctor Herrera, Emmanuel Hernández, Abraham López y Fermín Gómez. Los dos últimos aparecen vinculados al Frente de Liberación de la Tierra (FLT), la más importante de las organizaciones que practican “ecosabotajes” a nivel mundial.
Anarquismo en Chile
En entrevista con Apro, el estudioso de los movimientos anarquistas y asesor de Carabineros de Chile, Erik Marín, afirma que una de las claves para comprender la propagación del movimiento anarquista se encuentra en el uso que le han dado a Internet.
Esta “ha sido una herramienta tremendamente poderosa que ha permitido configurar las redes anarquistas, darle una mayor cohesión, una mayor rapidez en términos de la información que manejan y de elementos que les permiten ordenarse al momento de poder realizar acciones reivindicativas”, sostiene.
Marín, quien es psicólogo social, con estudios de doctorado en la Universidad de Granada, se ha concentrado en el estudio del anarco-insurreccionalismo, “que es lo que antiguamente se conocía como anarquismo de acción directa, en la cual los anarquistas utilizan la violencia como elemento de destrucción del Estado y de toda jerarquía o de toda opresión respecto del ser humano”.
El investigador social señala que existen muchas vertientes de anarquismo que no ocupan la violencia en su accionar, aunque compartan las mismas ideas de quienes sí realizan acciones radicales.
Sostiene que esta corriente del anarquismo busca destruir el sistema capitalista e históricamente lo ha intentado por medio de la colocación de artefactos explosivos o del ataque directo, que es lo que ha estado ocurriendo en Chile desde el año 2004.
Respecto de las causas del atentado a la embajada de México, Marín especula --no tiene antecedentes concretos, como tampoco los tiene la Policía-- que los autores tienen vínculos con anarquistas chilenos que están en México “y también porque hay un fuerte trabajo de solidaridad entre las plataformas anarquistas internacionales”.
Desde que el anarquista chileno Mauricio Morales murió al activarse antes de tiempo una bomba que llevaba en la mochila, la madrugada del 22 de mayo de 2009, en el centro de Santiago, se han registrado en diversas partes del mundo numerosos atentados que reivindican su nombre. El 15 de julio, en la ciudad de Rovereto (provincia de Trento), un grupo de activistas rompió las vidrieras de una agencia inmobiliaria. Los autores escribieron en las murallas del edificio afectado: "El G8 se acabó, la revuelta continúa, Mauricio Morales vive".
El grupo Conspiración de las Células del Fuego se responsabilizó del atentado con un artefacto explosivo contra el consulado de Chile en la ciudad griega de Tesalónica, el pasado 22 de julio. Lo hacía “como un gesto de honor mínimo… en memoria del compañero Mauricio Morales”, según una proclama difundida en la red.
La madrugada del 26 de mayo la célula del FLA-CPV (Frente de Liberación Animal–Conspiración por Venganza) quemó dependencias de una feria de pieles llamada “Exibipiel”, en la colonia Coyoacán, en México, D.F. En el comunicado dado a conocer por los autores de este ilícito se sostenía que se hacía en homenaje a Mauricio Morales, “compañero chileno caído en acción”.
Fracaso policial
Desde 2004, cuando se realizó la cumbre de la APEC en Santiago, comenzaron a ser visibles los ataques anarquistas. Desde entonces se han registrado casi 150 atentados que pueden ser atribuibles a grupos de esta ideología.
Los resultados de las investigaciones policiales son nulos: no hay ningún detenido por estos hechos a los que se le haya comprobado su participación en los mismos.
Por ejemplo, el caso del escritor anarquista vasco Axel Luzárraga, detenido el 1 de enero pasado, acusado de poner una bomba en la Secretaría de Justicia de la ciudad de Temuco (600 kilómetros al sur de Santiago). Hasta ahora el Ministerio Público no ha mostrado ninguna prueba que lo vincule a los hechos. Luzárraga –que es defensor de la causa mapuche-- acusa a la Justicia y a la policía chilenas de realizar un montaje en su contra.
De acuerdo con estadísticas aportadas por El Mercurio en un artículo publicado el 29 de enero de 2009, entre 2004 y 2008 se registraron 85 atentados de origen anarquista. El mencionado artículo daba cuenta de un “informe clave” que fue preparado por Erik Marín por encargo de la derechista Fundación Simón Yevenes, y que fue utilizado por Xavier Armendáriz, jefe de los fiscales “antibombazos” que investigan las acciones de los anarco-insurreccionalistas.
El primero de los atentados de la actual ofensiva anarquista se registró el 23 de marzo de 2004 y afectó a la embajada de Brasil. El 18 de enero de 2006, integrantes de las Fuerzas Autónomas y Destructivas León Czolgoz detonaron una bomba en la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), dejando una persona herida.
En un comunicado distribuido por Internet, los autores de este atentado señalaron: “Con este ataque evidenciamos que la ‘inteligencia’ del Estado es tan frágil y destructible como estos cristales rotos. Los muros que construyen y los ojos electrónicos que instalan, para vigilarnos y encarcelar a quienes no siguen las pautas de comportamiento de un esclavo asalariado, nunca han logrado ni lograrán detener la agresión transgresora contra este delincuencial sistema burgués, cimentado en la explotación, muerte y depredación ambiental”.
En fechas posteriores grupos anarquistas han atacado con bombas incendiarias –a plena luz del día y en medio de manifestaciones- el Palacio de La Moneda y la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones. También han sido blanco de sus embestidas contestatarias los locales de Burger King, Banco Santander, tiendas de Falabella y diversos recintos eclesiásticos y militares.
Durante 2009, y de acuerdo a la web Observatorio del Anarquismo, diversos grupos anarquistas han realizado 40 atentados. Tres de éstos afectaron a recintos policiales.
El crecimiento del accionar anarco-insurreccionalista y el “éxito” de sus métodos tiene directa relación con sus formas de organizarse, que se caracterizan por no tener liderazgos, jerarquías, portavoces oficiales, y por ser completamente descentralizados. El modelo de acción es el promovido por el Frente de Liberación de la Tierra (FLT), con presencia en más de 30 países. Trabajan por medio de células que se adscriben a una filosofía que comúnmente son autofundadas.
En Wikipedia se expresa que la meta del FLT “es parar las prácticas que son increíblemente dañinas para el medio ambiente y ayudar a crear la sostenibilidad medioambiental”. Esta misma fuente sostiene que el FLT fue clasificado como la mayor amenaza terrorista doméstica los Estados Unidos por el FBI en marzo de 2001. Este grupo rechaza dicho calificativo.
Sus acciones de sabotaje incluyen la destrucción de todo aquello que los activistas creen que suele herir a los animales, gente o el medio ambiente. Sus ataques no consideran el provocar daños a personas.
Según Eric Marín, el proceder desjerarquizado de los anarquistas del FLT, que sería similar al que ocupan en Chile, “ha tomado en forma desprevenida todo el aparataje policial y judicial chileno, que no cuenta con conocimiento respecto de cómo operan esta redes y de quiénes son los anarquistas”.
Marín cree que los anarquistas chilenos “nacen especialmente en las universidades, son de clase media, gente que tiene años de estudio universitario o son profesionales”.
Dice que las policías han fracasado en su intento de esclarecer las responsabilidades de los numerosos atentados debido a que “la línea investigativa usada ha sido bastante reactiva en el sentido de que surgen a partir de hechos graves que acontecieron, como la muerte del anarquista Mauricio Morales. A partir de los hechos acontecidos, de las pistas que se lograron recavar, comenzaron a generar algunas hipótesis de trabajo, pero en términos de poder anticiparse a los hechos, de poder hacer un análisis que permita prever acontecimientos de carácter anarco terrorista, el trabajo ha sido bastante deficiente”.