Concluye cumbre nuclear en EU; el consenso: destruir uranio enriquecido en 2014
WASHINGTON, 13 de abril (apro).- Los 47 países que acudieron a la Cumbre de Seguridad Nuclear en Washington, D.C., acordaron destruir en el año 2014 a más tardar cientos de miles de toneladas de uranio enriquecido, material básico en la construcción de armas atómicas, para evitar que grupos terroristas puedan adquirir arsenal de destrucción masiva.
“No son simples promesas, es un compromiso para lograr progresos efectivos para la seguridad de nuestra gente”, declaró el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en la conferencia de prensa con la que dio por concluida la Cumbre, a la que asistieron 36 jefes de Estado y de Gobierno, de los 47 países convocados por el gobierno estadunidense.
La declaración conjunta que firmaron las delegaciones de los países asistentes es, básicamente, un compromiso formal con los acuerdos de no proliferación de armas establecidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña están excluidos de estos acuerdos, ya que pueden mantener un arsenal nuclear actualizado y utilizarlo cuando consideran amenazada su seguridad nacional, lo cual, técnicamente, no elimina la amenaza de que se produzca una guerra nuclear con consecuencias catastróficas para todo el planeta.
En términos generales, la declaración conjunta reafirma el compromiso mundial de reducir o eliminar cualquier proyecto de desarrollo de energía atómica con propósitos armamentistas, por lo cual se suscriben en el acuerdo algunas salvaguardas de hacer lo que sea necesario para evitar que los materiales nucleares y las fórmulas para transformarlas en armas de destrucción masiva lleguen a manos de grupos terroristas como Al-Qaeda, dirigido por el saudita Osama bin-Laden.
Los casos de Irán y Corea del Norte, dos países que amenazan con seguir adelante con sus proyectos de energía nuclear --pese a las amenazas de sanciones económicas auspiciadas por el Consejo de Seguridad de la ONU--, no fueron abordados directamente en la declaración final de la cumbre.
En la conferencia de prensa, Obama respondió solamente a 8 preguntas, todas formuladas por reporteros estadunidenses. Aclaró que la imposición de sanciones económicas a países como Irán y Corea del Norte, forman parte del menú de acciones internacionales que se deberán tomar para contener cualquier amenaza nuclear.
El acuerdo de acabar con los programas de enriquecimiento de uranio o cambiarlo por proyectos de uso de energía nuclear con fines pacifistas o como energías alternativas, no es obligatorio para ninguno de los países que lo aceptaron, pero el plazo de cuatro años que se definió ya había sido negociado desde antes de que iniciara la Cumbre de Seguridad Nuclear.
La declaración conjunta no prohíbe a los países que asistieron al llamado del presidente Obama, realizar programas pacifistas de desarrollo de energía nuclear, siempre y cuando estas acciones puedan ser verificadas y supervisadas por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Obama logró imponer en la declaración conjunta la advertencia de su gobierno al resto de los países del planeta, de que aunque cada nación es independiente y soberana para desarrollar energía nuclear siempre y cuando cumpla con los acuerdos para sus controles y fines pacifistas, también corren el riesgo de que grupos terroristas que no tienen restricciones en sus actos de violencia, puedan robar u obtener por cualquier otro medio la energía nuclear o armas atómicas para amenazar a la estabilidad y paz del mundo.
Además de la declaración conjunta, Estados Unidos logró concretar más de una docena de acuerdos con distintas naciones sobre las garantías que necesita Washington para eliminar amenazas terroristas a su seguridad nacional, y a la de sus países aliados.