Pablo Milanés, el incómodo
LA HABANA, 16 de abril (apro).- En el habanero Teatro Mella, Suylén Lynn y Haydé interpretan glamorosas los mayores éxitos de su padre, el cantautor Pablo Milanés. Pero su felicidad no es total, pues consideran que el autor de “Yolanda” no se le ha hecho un “gran homenaje” por todo lo aportado a la música y a la Revolución cubana.
Suylén, Lynn y Haydé, acompañadas del trovador Raúl Torres, son los únicos famosos que participaron el pasado 22 de marzo en un pequeño homenaje que la Casa de la Cultura del municipio Plaza de la Revolución, de La Habana, organizó en honor de Milanés.
Ningún alto funcionario del gobierno asistió. En las butacas del Teatro “Mella” sólo había familiares, amigos y admiradores del músico nacido en Bayamo, provincia de Granma.
“Estamos felices de cantar las canciones con las que crecimos. Cantarle a un gran músico que merece un gran homenaje”, expresaba glamorosa Lynn Milanés mientras pedía a los presentes un gran aplauso para su padre que se encontraba en esos momentos en una gira por España.
Lo que Suylén Lynn y Haydé no sabían es que unas declaraciones hechas, diez días antes, por el fundador de la Nueva Trova Cubana a la prensa española habían provocado irritación en más de un funcionario a cargo de organismos culturales de la isla.
En pocas palabras, Pablo Milanés se había convertido en un “Revolucionario incómodo”, a decir de Enrique Rodríguez, uno de los asistentes al homenaje en el “Mella”.
El 13 de marzo, en una gira por Valladolid, Pablo Milanés aceptó una entrevista con el periódico español El Mundo. Algunas de sus respuesta, tres en particular, molestaron a funcionarios de la cultura cubana. El gobierno de Raúl Castro simplemente guardó un silencio sepulcral.
A una pregunta sobre qué merece (Raúl) Castro si (Guillermo) Fariñas muere de hambre. Milanés respondió que era necesario condenarlo “desde el punto de vista humano”. Esas cosas, agregó, no se hacen. “Las ideas se discuten y se combaten, no se encarcelan.”
Sobre lo que habían hecho los dirigentes con la Revolución, la respuesta fue más contundente e incómoda:
“Quedarse en el tiempo. Y la Historia debe avanzar con ideas y hombres nuevos. Se han convertido en reaccionarios de sus propias ideas. Por eso he dicho que hace falta otra revolución, porque tenemos manchitas. El sol enorme que nació en el 59 se ha ido llenando de manchas en la medida en que se va poniendo viejo.”
Las declaraciones cayeron como un balde de agua fría en el Ministerio de Cultura, el Instituto Cubano de la Música y en organismos promotores de la cultura como la Asociación Hermanos Saíz.
Para sorpresa de los propios cubanos, la respuesta a Pablo Milanés vino del portal oficial Cubadebate, una página en la red dedicada a la defensa del gobierno cubano y en donde se pueden leer artículos, reportajes o noticias contestatarias a las campañas mediáticas en contra de la isla.
“Me duele creer que a ese Pablo de Cuba lo hayan podido utilizar El Mundo cualquiera de los corifeos de la anti Cuba que a través de los años se mellaron los dientes contra la insobornable voluntad de un hombre.
“Me niego a creer que ese Pablo que sabe cuánto vale su nombre para una juventud que no se cansa de soñar y de luchar por un mundo mejor, se preste, en un momento de indudable peligro para la Patria cuyas glorias siempre cantó, a ser utilizado por nuestros enemigos.
“Me resisto a creer que un hombre que hizo crecer a Cuba con su canto y que creció con ella frente al mundo hasta deberle su actual estatura, se disminuya en la hora de los hornos”, escribió el 16 de marzo, tres días después de la entrevista, Carlos Rodríguez Almaguer, miembro de la Dirección Nacional de la Asociación Hermanos Saíz y presidente nacional del Movimiento Juvenil Martiano.
En el artículo intitulado “No ha sido fácil, Pablo, pero seguimos siendo”, el representante de la Asociación Hermanos Saíz le recuerda al autor de “El breve espacio” que la juventud cubana nunca flaqueó ante algún obstáculo que creían difícil o por alguna injusticia de la que eran objeto, producto de las relaciones humanas naturalmente contradictorias.
Siempre, agrega, “nos reconfortaba escuchar a esa voz tan clara y entrañable” que cantaba: “No vivo en una sociedad perfecta / yo pido que no se le dé ese nombre, / si alguna cosa me hace sentir ésta / es porque la hacen mujeres y hombres”.
Y ahora, remata, en el aire mefítico de la prensa europea, lo “hacen aparecer haciendo cabriolas políticas” para decir a la vez “que sí” pero “que no”, o tal vez sólo “sí”, o tal vez sólo “no”.
No es la primera vez que el trovador Pablo Milanés hace declaraciones críticas e incómodas. En una entrevista con otro periódico español, El Público, realizada el 29 de diciembre de 2008 en Madrid, Milanés dijo no confiar en ningún dirigente cubano que tenga más de 75 años, porque todos, puntualizó, pasaron sus momentos de gloria, que fueron muchos, pero que ya están listos para ser retirados.
El pasado 11 de abril, artistas e intelectuales asistieron a la Tribuna Antimperialista en La Habana para participar en un concierto organizada en “defensa de la Patria” y en rechazo a la campaña mediática que mantiene el gobierno de Estados Unidos y la Unión Europea en contra de Cuba, según los organizadores.
El concierto inició con las palabras de una de las figuras emblemática del movimiento de la Nueva Trova, Silvio Rodríguez, de 63 años. La otra gran figura del movimiento de la nueva trova nunca apareció, es un cubano incómodo para muchos, su nombre: Pablo Milanés.
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