Grecia: La moratoria de los pobres
MÉXICO, .D.F., 18 de mayo (apro).- Ante la tragedia económica griega, miles de manifestantes formulan en las calles de Atenas esta consiga: La plhroro (no pago). La razón: consideran que la culpa de la crisis de su país no la tienen los trabajadores, sino los propietarios de las empresas y la especulación financiera internacional.
“La gente está muy molesta por la ayuda del Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea. Vienen con medidas duras que mandarán al país en la pobreza por muchos, muchos años”, explica a Apro Sotiris Kontogiannis, activista miembro del Partido Socialista de los Trabajadores de Grecia (SEK).
Las medidas de austeridad que afectarán a los trabajadores son sorpresivas por venir del gobernante PASOK (Partido Socialista Panhelénico) y del premier Yoryos Papandreu, quien derrotó el año pasado a los conservadores de Nueva Democracia, cuestionados por realizar un rescate bancario de 28 mil millones de euros en diciembre de 2008 y ocultar las deudas del Estado.
“Los sacrificios de hoy son duros pero necesarios. Si no los hacemos, Grecia irá a la bancarrota.”, advirtió Papandreu el pasado 3 de mayo.
El mandatario dijo que los “sacrificios” son indispensables para evitar una moratoria de pagos, lo cual significaría quedarse sin dinero para pagar los salarios y las pensiones de los trabajadores.
Sin embargo, Kontogiannis piensa que es una treta: “Todo mundo sabe que mienten. El asunto del paquete de austeridad no es salvar los salarios y las pensiones; de todos modos los cortarán, sino salvar al sector bancario de Europa y al euro del colapso”.
El nuevo gobierno griego debe ahorrar 30 mil millones de euros y reducir el déficit público que dejó el gobierno conservador de 13 a 3% para 2014.
Para ello, el gobierno de Papandreu subirá el IVA a cerca del 23 por ciento y aplicará un impuesto del 10 por ciento al alcohol, tabaco y gasolina. Se congelarán los salarios públicos y las contrataciones por tres años.
A los funcionarios que cobren más de tres mil euros mensuales, se les eliminarán dos pagas extras (15% de su salario); se liberalizarán profesiones protegidas por gremios, como la de los taxistas; se establecerá la edad mínima de jubilación a los 60 años y aumentará de 63 a 65 años la edad para jubilarse de las mujeres; recortarán el número de municipios, de 1,300 a 340, y privatizarán empresas paraestatales.
En tanto, Papandreu no ha anunciado medidas para aumentar los impuestos a las ganancias de los grandes empresarios y, además, inyectará 17 mil millones de euros para los bancos que rescató el gobierno conservador de Nueva Democracia.
“De los 110 mil millones de euros que Grecia va a obtener de FMI y la UE, 10 mil irán a los bancos griegos !sí!, los mismos bancos privados que especularon con los bonos del país”, denuncia Kontogiannis.
“¿Por qué tenemos que pagar el dinero? Se pregunta la gente. No robamos el dinero. No tenemos nada de él ¿Por qué debemos hacer sacrificios por una injusta e inútil causa?”, sostiene.
De acuerdo con Kontogiannis, la oposición griega tiene una larga y combativa tradición de resistencia, por lo que el paquete de ajuste fue buscado con desesperación por el gobierno para aumentar la competitividad económica del país.
Entre 1973 y 1974, la presión popular derrocó a la “Dictadura de los Coroneles” instaurada en 1967. Desde entonces hay algunas organizaciones de oposición que se reactivaron, como el Partido Comunista (KKE), que se encontraba en el exilio, además de la creación de sindicatos independientes.
En las siguientes décadas varios gobiernos trataron de incorporar o reprimir esta tradición, pero fue parcial o fallaron. Ahora, la oposición se agrupa en el KKE y el SYRIZA, la coalición de la Izquierda eurocomunista más fuerte del país.
“Además, hay un movimiento de estudiantes y trabajadores poderoso, no en términos electorales, pero sí en fuerza”, explicó Kontogiannis.
Estos grupos realizan varias huelgas desde febrero de 2010, aunque existe un clima de insurrección desde finales de 2008 por el asesinato del joven Alexis Grigoropoulos. Entonces, grupos de estudiantes ocuparon las universidades durante cuatro semanas.
De acuerdo con Kontogiannis, los medios de comunicación y el gobierno deslegitimaron este movimiento estudiantil: “El gobierno y los medios trataron de retratarlos como anarquistas, hooligans y terroristas, pero eran jóvenes que se rebelaron contra los bajos salarios, la falta de trabajo y las esperanzas nulas para el futuro”, señala.
“El espectro del ‘diciembre estudiantil del 2008’ persigue a la clase gobernante en Grecia. Hay un constante pánico acerca de un posible ‘diciembre de los trabajadores’, con mayores consecuencias para 2010”, dice.
A pesar de la estrategia de los medios de comunicación griegos para hacer ver a los empleados públicos griegos como “corruptos” e “ineficientes” y de que el primer ministro calificara, el 3 de mayo, al sector público como un “hombre enfermo”, el movimiento tiene ya notoriedad en medios internacionales.
Paros y manifestaciones
Centrales obreras como la estatal ADEDY y la privada GSEE convocan continuamente a paros y manifestaciones. El pasado 13 de marzo, el mismo día en que el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) llamó a huelga política nacional, los sindicatos griegos llamaron a una huelga general y paralizaron las vías de comunicación.
El pasado 1 de mayo las marchas se tornaron violentas por el uso de bombas molotov por parte grupos más radicales. Tres días después, manifestantes del KKE colgaron en la Acrópolis una manta con esta leyenda: “Pueblos de Europa, levántense”.
“El 5 de mayo se dio la mayor manifestación en décadas en Atenas
--señala Kontogiannis--. La policía repetidamente atacó la marcha. La parte trágica de los ataques fue la muerte de tres empleados del banco Marfin-Egnatia, que fueron quemados por bombas molotov”.
En Grecia, los bancos son siempre blanco de ataques. Las autoridades sugirieron a los banqueros cerrar y evacuar las sucursales que están en las rutas de las marchas. Marfin-Egnatia se negó.
“Los trabajadores, asustados, pidieron permiso para salir, pero les fue negado. Cualquiera que intentara salir fue amenazado con el despido. Las puertas fueron cerradas con los trabajadores adentro.
“Había un grupo de inmigrantes en la marcha que pasaba frente al banco cuando el humo salía de las ventanas y los trabajadores lloraban”, relata el activista. “Los inmigrantes trataron de extinguir el fuego con botes de agua, pero fueron atacados por la policía con gases lacrimógenos”.
Señala:
“El gobierno trató de usar este evento trágico para debilitar al movimiento, pero falló. OTOE, el sindicato de los empleados de los bancos, responsabilizó a los jefes por las muertes.
“Cuando la marcha pasó frente al Parlamento, miles gritaron: `¡Ladrones!, ¡ladrones!`. Algunos trataron de irrumpir en el recinto. La principal consigna, lo que la gente dice, es muy simple: `¡no pagaremos!`”
Las centrales obreras ya preparan otra huelga masiva para el próximo 19 de mayo.
Talón de Aquiles
De acuerdo con el economista de la Universidad de París, Kostas Vergopolous, la crisis griega es resultado de tres factores: un mal manejo del gobierno, la poca adecuación de las instituciones monetarias europeas y la actual fase de la globalización financiera.
Pero Grecia no es el único país europeo que enfrenta esta situación.
“Puedes encontrar muchos países en el mundo con mucho mayor déficit fiscal y de deuda pública en relación con el PIB que Grecia que no viven un momento de crisis”, explica Vergopolous a Apro.
De acuerdo con el economista, la economía griega se mantiene extremadamente frágil y está particularmente expuesta a malos manejos del gobierno, lo cual aplica para Irlanda, Portugal, España e Italia.
Pero la causa de la crisis actual se encuentra en la pertenencia de todos estos países al sistema monetario del euro, lo que implica la completa pérdida de su política monetaria y fiscal, las dos principales herramientas para ajustar cualquier política de gobierno.
“Están más expuestos a las fluctuaciones internacionales; son más sensibles y frágiles”, señala Vergopoulos.
“El anhelo del gobierno griego de ser miembro del sistema euro desde 2001 ha hecho que los costos laborales sean el único y exclusivo factor de ajuste de la economía nacional al entorno internacional; es decir, la única forma de ser competitivo a nivel internacional es abaratar la mano de obra”, advierte Vergopoulos
“Así –señala--, volvemos al siglo XIX, cuando la rigidez monetaria del estándar oro determinaba a una sociedad civil en extremo débil”.
El economista explica la reacción de los jóvenes griegos en 2008: “Es todo el cuerpo social el que reacciona porque una vez más los ajustes del gobierno operan a través de la deflación, como en el siglo XIX, rompiendo todas las perspectivas para el futuro y destruyendo los logros sociales alcanzados en el pasado”.
En su análisis La trampa de la deflación, publicado en abril pasado, el economista explica que reducir el tamaño de la economía a través de la deflación --caída de los precios y la demanda mediante la pérdida del consumo de la gente – generará un desastre social.
Afirma que los planes del FMI y la UE son inútiles, ya que una economía no puede ser ajustada o contraída cuando ya se está colapsando, como en el caso griego.
El pasado 10 de marzo, el Deutsche Bank estimó que las cifras que dio el gobierno griego sobre la caída de la economía se quedarían cortas: el crecimiento no sería del 3 por ciento, sino del 4 por ciento; además, aumentará el desempleo a 20 por ciento para 2012, no al 10 por ciento como había estimado el gobierno.
Analistas de medios independientes también ven otras razones. El 7 de febrero, el columnista francés Georges Sidéris publicó en Le Monde el artículo Comprender la crisis griega, en el que afirma que la crisis podría ser un ataque de los círculos financieros europeos al decretar bajas calificaciones a la capacidad de pago de gobiernos menos pro-empresariales, como los de España, Irlanda y Portugal.
“Casualmente, sólo al salir el gobierno de derecha (de Grecia), los círculos financieros se dan cuenta del déficit público. Es una estrategia para atacar a todos los asalariados a nivel mundial”, indica.
En febrero, el articulista inglés Fred Weston publicó en marxist.com el artículo titulado Paquete de austeridad provoca la ira de la clase obrera griega, en el que identifica el rescate de los banqueros griegos como la causa del déficit presupuestario.
“La sociedad griega está retrocediendo directamente al siglo XIX. El sentimiento es que la opción por la deflación es lo contrario a la vida; o sea, la muerte”, dice Vergopoulos. “Por eso puedes ver estas vastas olas de protesta social, en las que no sólo griegos, sino que ciudadanos de muchos otros países, puedes reconocerse”.
El economista no advierte un proceso de cambio social en Grecia, sino algo más grave: “Existirá algo peor que un proceso de revolución social, un muy radical proceso de revuelta contra el orden establecido, incluso ciego y sin ninguna perspectiva política y social definida, algo comparable al caso de Argentina en 2001”.
Los dioses del Olimpo
Los manifestantes griegos complementan el lema “no pago”, con otro que dice: “Que los ricos paguen”. Y es que en Grecia hay gente millonaria, especialmente en los sectores de la navegación, el turismo, las finanzas, las comunicaciones y la infraestructura.
Un ejemplo: Andreas Vgenopulos (llamado el nuevo Aristóteles Onassis), socio de Marfin Investment Group (el banco que no dejó salir a sus empleados ante las llamas), socio del Panathinaikos FC y presidente de la mayor aerolínea griega, Olympic Air, comprada al gobierno conservador en octubre de 2009.
La flota mercante griega es la mayor del mundo y agrupa a millonarios como las familias Chandris, Latsis (Spiro Latsis es el 51 hombre más rico del mundo) y la Niarchos, que desde la mitad del siglo pasado son magnates de la navegación y coleccionistas de arte.
“Operan bajo los favores y la protección del Estado”, denuncia Vergopoulos. “No pagan impuestos, lo que no es ilegal. Incluso, es bastante legal, ya que existen leyes especiales hechas para proteger y legalizar su evasión de impuestos con el argumento de la utilidad de los ricos para el país”.
Lex Mundi International, una asociación independiente de despachos jurídicos, publicó en 2002 el Greece Task Deskbook, un documento que esboza los beneficios que dan las leyes griegas para los empresarios. En el documento destaca la Ley de Impuesto 89/1967 (establecida en tiempos de la dictadura), que perdona totalmente los impuestos a las flotas mercantes.
Según el documento, las leyes griegas dan subsidios al interés aplicable a las deudas que contraigan para invertir, condonan impuestos del valor total de la inversión materializada, y perdonan todos los impuestos a proyectos de sectores como el turístico.
“A esa gente es a la que Papandreu está tratando de salvar, no a nosotros Los sectores más afectados serán, en una palabra, los pobres. El sector público de los trabajadores y los pensionados verán sus salarios colapsados”, dice Kontogiannis.
Considera que las medidas son como una terapia de choque como las que el FMI aplicó al final de la “Guerra Fría” en Europa del Este, que forzaron a miles de trabajadores calificados a buscar trabajos poco remunerados como trabajadores manuales.
“Los más afectados sectores de la sociedad caerán en la miseria y la exclusión social --afirma Vergopoulos--. Llevará sólo a la destrucción de toda la sociedad en el nombre de obtener una economía competitiva”.
Aplicar el paquete de medidas del FMI, la UE y el gobierno griego no es la única solución para salir de la crisis. De acuerdo con el economista y el activista, hay otras formas para rescatar a su país.
“Grecia necesita aplicar impuestos a los altos ingresos --recomienda Vergopoulos--. En este país puedes encontrar la más exagerada desigualdad en la distribución del ingreso en Europa (…) Un alto nivel de consumo coexiste con un alto grado de pobreza y de exclusión social. Así que, una redistribución del ingreso debe ser el principal y primer paso para la reorganización de las cuentas del Estado”.
Kontogiannis explica que una gran parte de los intelectuales de izquierda propone una moratoria de pagos inmediata. “Hay incluso neoliberales de renombre que refuerzan este llamado”, explica, “Grecia ha declarado dos veces esto, en 1893 y en 1932. En los dos casos la moratoria no terminó ni en colapso ni en miseria masiva; al contrario, revivió la economía”.
Aclara: “Queremos dinero para nuestros salarios, pensiones, hospitales y educación. No daremos un céntimo a los banqueros, griegos o foráneos. Si esto significa declarar la moratoria así lo haremos”.
Y agrega: “Lo importante que determinará el futuro es qué pasará en los lugares de trabajo. Si nos organizamos será difícil que Papandreu y sus aliados nos hagan pagar”.
mr
--FIN DE NOTA--