MÉXICO, D.F., 22 de septiembre (apro).- El presidente del Banco Vaticano, Ettore Gotti Tedeschi, a quien se le sigue una investigación por supuesto lavado de dinero, señaló que las acusaciones en su contra son una maniobra sin fundamento, únicamente para atacar a la Santa Sede.
    En declaraciones publicadas este miércoles en el diario italiano Il Sole 24 Ore, Gotti afirmó categórico:
    “Se está usando un error de procedimiento como una excusa para atacar al Banco Vaticano, a su presidente y al Vaticano en general”.
     El presidente del banco agregó que se siente “humillado” por la investigación emprendida por las autoridades fiscales italianas, las cuales sospechan que Gotti está blanqueando dinero, por lo que al Banco Vaticano le fueron incautados 23 millones de euros como medida preventiva.
    Las acusaciones contra Gotti señalan que éste hizo una transferencia, presuntamente irregular, de 20 millones de euros a una sucursal alemana de un banco estadounidense, y otra más de 3 millones de euros a un banco italiano.
     En la entrevista con Il Sole, Gotti se defiende señalando que no hubo irregularidades en esas transferencias:    
    “Fue una operación normal de tesorería e implicaba una transferencia desde cuentas del Banco Vaticano a otras cuentas del mismo Banco Vaticano”.
    De acuerdo con el banquero de la Santa Sede, en los últimos 10 meses el Banco Vaticano “ha estado adaptando todos sus trámites internos para estar en armonía con los estándares de transparencia internacional”.
       De ahí que en todo caso, dijo, solamente pudiera existir un error de procedimiento mientras el Banco Vaticano se adapta a dichos estándares.
    Ayer martes, la Santa Sede emitió un comunicado en el que externó su “perplejidad y asombro” por la sorpresiva investigación, pero aclaró que está dispuesta a colaborar, puesto que hay “plena transparencia” en las operaciones financieras de su banco, cuyo nombre formal es Instituto para las Obras de la Religión (IOR).  
    El IOR es la institución que administra, principalmente, los fondos del Vaticano y de las instituciones religiosas de todo el mundo, desde congregaciones religiosas de sacerdotes y monjas, hasta organizaciones benéficas presididas por laicos católicos.