Gran Bretaña: avanza la extradición de Assange

viernes, 4 de noviembre de 2011 · 20:07
LONDRES (apro).- El fundador de Wikileaks, el australiano Julian Assange, perdió el pasado miércoles 2 un recurso de apelación en el Alto Tribunal de Londres contra un pedido de extradición a Suecia, donde es buscado por supuesta violación y abusos sexuales a dos mujeres, acusaciones que el australiano considera tienen una motivación política: fueron lanzadas en represalia por la difusión de documentos de gobiernos y empresas que le fueron filtrados. Dos magistrados de la corte londinense dictaminaron que debe ser acatada una sentencia previa de un tribunal británico de primera instancia a favor de la extradición pedida inicialmente por la fiscal de Gotemburgo (centro de Suecia), Marianne Ny. Las autoridades suecas buscan interrogar a Assange, de 40 años de edad, por supuesta violación y abusos sexuales a dos mujeres en confusos episodios ocurridos el año pasado en Estocolmo. En uno de los hechos, una de las mujeres denunció que el australiano mantuvo sexo con ella sin consentimiento previo. Los abogados del fundador de Wikileaks indicaron que apelarán la decisión en la Corte Suprema de Gran Bretaña, la máxima instancia judicial del país. El equipo de juristas tiene ahora 14 días para armar su caso legal, basándose en que es de importancia pública general. Sin embargo, los abogados deberán pedir primero un permiso al Alto Tribunal para lanzar la segunda apelación, que en caso de ser denegada hará que el hacker sea trasladado en los próximos 10 días a Suecia. De lo contrario, el proceso judicial en el Reino Unido continuará en mayo próximo. En febrero pasado, el juez de primera instancia Howard Riddle, de la Corte de Westminster, en Londres, dictaminó que Assange debe ser extraditado a Suecia para enfrentar una investigación. El australiano niega todos los cargos en su contra y afirma que se trata de una causa “políticamente motivada”. El sitio Wikileaks ha publicado cientos de miles de cables diplomáticos secretos de Estados Unidos, que avergonzaron a varios gobiernos y a empresas internacionales. Sin embargo, los jueces del Alto Tribunal John Thomas y Duncan Ouseley indicaron que el sistema de extradición europeo (EAW, en sus siglas en inglés) que llevó a la detención de Assange, y que puso en marcha todo el proceso legal subsiguiente para lograr su extradición a Suecia, fue "legal" y "proporcionado". Los magistrados desestimaron los argumentos del fundador de Wikileaks acerca de que el pedido de extradición es "inválido" por haber sido emitido por un fiscal y no por una "autoridad judicial". También indicaron que la acción del fiscal estuvo sujeta al escrutinio independiente de jueces suecos, "que como magistrados de otro Estado miembro (de la Unión Europea) debemos respetar". Vestido con un traje azul y luciendo la insignia de la amapola en honor al Día del Armisticio –que marcó el fin de la Primera Guerra Mundial--, Assange fue rodeado por seguidores y fotógrafos cuando ingresaba a la corte. Agentes de la policía lo retiraron del lugar y lo introdujeron al Alto Tribunal por otra puerta, lejos de sus seguidores que portaban pancartas con letreros que decían: "¡Liberen a Assange!" "¡Liberen (al soldado) Manning!" y "Pongan fin a las guerras". El soldado estadunidense Bradley Manning está detenido en una prisión militar de su país supuestamente por haber filtrado a Wikileaks los cables diplomáticos de Washington. Luego del dictamen del miércoles 2, Assange dijo que no ha sido acusado "de ningún delito en ningún país". "A pesar de esto, el sistema de extradición europeo es tan restrictivo que impide que las cortes de Gran Bretaña puedan considerar los hechos de un caso", señaló. Y agregó: "Consideraremos nuestros próximos pasos en los días venideros". Por su parte, algunos de los activistas que apoyan a Assange dijeron estar "enfurecidos" por la sentencia del Alto Tribunal. "Assange es probablemente la persona más increíble de la historia reciente. Ha logrado encolerizar a tantas personas poderosas en tan poco tiempo que esta causa deja muchas dudas", declaró fuera del tribunal Ciaron O'Reilly, una simpatizante del creador de Wikileaks. Assange fue arrestado el 6 de diciembre pasado por agentes de Scotland Yard tras el pedido de captura europeo pedido por Suecia. Sin embargo, fue puesto en libertad bajo fianza por el Alto Tribunal de Londres el 16 de diciembre, tras pagar unos 312 mil dólares por su liberación y luego pasar nueve días en la prisión de Wandsworth (en el sureste de la capital británica), a la cual sus abogados calificaron como "Dickensiana" y "victoriana", por sus celdas oscuras y estrictas condiciones. Como parte de su libertad condicional, el fundador de Wikileaks debe permanecer en una lujosa mansión de campo en la frontera de los condados de Norfolk-Suffolk, Ellingham Hall, propiedad de su amigo y periodista Vaughan Smith, dueño del club de prensa Frontile Club. Assange tuvo que entregar su pasaporte, llevar un brazalete electrónico y todos los días debe presentarse ante una comisaría local, acatando una "hora de queda", de 10 a 14 horas y de 22 horas a 2 de la madrugada, que sin embargo no le ha impedido continuar en estrecho contacto con sus simpatizantes y dar entrevistas a la prensa internacional a cambio de dinero. La batalla judicial en Londres coincide con una advertencia del sitio Wikileaks, en el sentido de que podría desaparecer si no consigue terminar con el embargo financiero que le decretó en diciembre pasado las empresas Visa, Mastercard y Paypal, mediante las cuales recibía el aporte de sus seguidores. El sitio fundado por Assange decidió "suspender cualquier publicación nueva". "Sin recursos, ni siquiera nosotros, por más eficientes, podríamos continuar", dijo Assange el pasado 24 de octubre durante una rueda de prensa en el Frontline Club de Londres. El australiano se lanzó contra las "instituciones financieras corruptas" que decidieron "unilateralmente destrozar financieramente a Wikileaks”. Definió la medida como "sin precedentes", "ilegal" "antidemocrática" y un "ataque a la soberanía nacional europea", tomando en cuenta que esas tres empresas controlan "casi 100% de las transferencias de pequeñas sumas" entre los ciudadanos de Europa. Para el número dos de Wikileaks, Kristinn Hrafnsson, el tema no es relevante sólo para el sitio web, sino también para la "libertad de palabra" en general e involucra a otras organizaciones, como Amnistía Internacional y Greenpeace, que basan su capacidad operativa en las donaciones. Según Hrafnsson, Wikileaks ha perdido unos "40 a 50 millones de euros". Y ahora requiere de 3.5 millones de dólares para seguir operando en los mismos niveles de los últimos 12 meses, o será su fin. Assange sostuvo que la situación obligará a golpearle la puerta a una "constelación de personas adineradas", lo cual no es acorde con el sitio y podría "limitar su independencia y autonomía". La lucha ha pasado también a las oficinas antimonopolio de la Unión Europea, donde el equipo de Wikileaks expuso su caso. "Debemos tener fe", subrayó Hrafnsson, "no podría creer que la UE se quede si hacer algo”. Assange sacó un nuevo conejo de la galera, un "sistema nuevo de entrega electrónica" del material sensible, que será presentado el 28 de noviembre para marcar el aniversario de la difusión de la información confidencial de Estados Unidos. El sistema será "totalmente independiente" y desvinculado del código "https" que se usa hoy para las transacciones sensibles. "Las agencias de certificación han sido infiltradas por varios servicios secretos", dijo el australiano, "y no se puede confiar en ellas".

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