Francia considera "un claro éxito" la intervención militar en Libia
MÉXICO, D.F., 21 de marzo (apro).- El ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, afirmó hoy, al término de una reunión con sus homólogos de la Unión Europea, en Bruselas, que la intervención militar internacional en Libia tuvo "un claro éxito" y evitó un "baño de sangre" en Bengasi, la segunda mayor ciudad del país y fortaleza de la oposición al régimen de Muamar Gadafi.
Los cancilleres de la UE reiteraron su llamado para que Gadafi "abandone el poder inmediatamente" y manifestaron su condena a la "sistemática violación de los derechos humanos, la violencia y la brutal represión perpetrada por el régimen (del coronel) contra el pueblo libio".
En tanto, Muamar Gadafi acusó a los países aliados –encabezados por Estados Unidos-- de violar el alto al fuego al que se sometió el viernes 18, tras la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, mientras las fuerzas internacionales continuaron con las ofensivas “quirúrgicas” para proteger a la población civil.
El viernes 18, cuando se decretó el alto al fuego, los rebeldes denunciaron ataques de las tropas gadafistas en Misurata y, al día siguiente, Francia inició los ataques en Trípoli, la capital de Libia. Cercado, Gadafi, anunció un nuevo alto al fuego pero los países aliados no cesaron en sus ataques.
Además de Estados Unidos, Francia participó en las acciones militares del fin de semana y España se estrenó hoy en la operación militar internacional para establecer la zona de exclusión aérea en Libia ordenada por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Dos de los cuatro cazabombarderos F-18 cedidos por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero realizaron su primera misión de patrulla en el cielo libio.
Los disparos de las baterías antiaéreas de Trípoli se volvieron a oír por la noche, por tercera vez desde que comenzaron los ataques aéreos de la coalición internacional, informó desde la capital libia Al Jazeera.
Fuertes explosiones se registraron desde el centro de Trípoli a las 19:45 horas, seguidas del fuego de baterías antiaéreas, informó la televisora.
En tanto Jana, la agencia oficial libia, aseguró que los ataques de los “imperialistas cruzados lanzan bombas y misiles sobre algunas zonas de Trípoli” pero que eso no les aterroriza. “Es una operación fracasada, no es más que un juego”, señaló.
En defensa del régimen, Jana refirió también que el pueblo libio ha construido su gloria y desde hace décadas está acostumbrado al enfrentamiento continuo “contra estos enemigos cruzados”.
Los ataques de las fuerzas aliadas destruyeron la noche del domingo un edificio administrativo ubicado dentro del palacio de Gadafi de Bab el Aziza, en Trípoli. Según las fuerzas de la coalición internacional, el inmueble albergaba un centro de comunicaciones militares del régimen libio.
Un portavoz del Ministerio libio de Exteriores dijo que, contrario a lo que se afirma, las fuerzas aliadas “bárbaras y terroristas bombardean efectivamente zonas donde se encuentran civiles”.
"Las otras partes no respetaron el alto al fuego. Las bombas y los misiles (de la coalición) siguen cayendo sobre Libia, mientras los terroristas de Al Qaeda (rebeldes) prosiguen sus ataques armados", señalaron fuentes del Ministerio defensa, citadas por EFE.
En respuesta a los ataques de los países aliados Gadafi convocó a una marcha pacífica a la que denominó “marcha verde” hacia la ciudad de Bengasi con ramas de olivo en las manos en señal de paz y para protestar por la “agresión extranjera”, informó la agencia Jana.
El llamado de Gadafi --a civiles desarmados, parlamentarios y decenas de tribus de todas las regiones de Libia— es a unirse y frustrar los planes de la coalición extranjera de “dividir y saquear el petróleo de Libia”.
Abdelhafid Ghoga, vicepresidente del Consejo Nacional Libio rechazó cualquier acercamiento “al dictador y sanguinario Gadafi” para arreglar de forma pacífica el conflicto, por lo que adelantó que todas las personas del régimen que lleguen a Bengasi en el marco de esa marcha “serán consideradas como enemigos”.
Después de los ataques dirigidos al régimen, se dijo que Khamis Muamar Gadafi, hijo del líder libio, había muerto en un hospital del Trípoli a causa de heridas provocadas por los ataques de los aliados. Más tarde, tal versión fue desmentida.
Khamis es el hijo más joven del segundo matrimonio de Gadafi y líder de la Brigada 32, considerada la mejor equipada y más capaz para defender al régimen.
También trascendió que en un ataque kamikaze había resultado herido Gadafi Saadi, otro de los hijos de Gadafi, lo que fue desmentido oficialmente.
Las fuerzas aliadas que entraron en operación para que Gadafi no llegue a Bengasi, extendieron hasta Trípoli la zona de exclusión de vuelos, afirmó Carter Ham, jefe del Mando Unificado Africano de Estados Unidos. Indicó que desde el inicio de las operaciones aliadas no se ha observado actividad de aviones libios y afirmó que no se pretende capturar al líder libio.
El objetivo de la misión, señaló, es proteger a la población civil y, aclaró, las operaciones que desarrollan las fuerzas aliadas no son para apoyar a la oposición.
“No es nuestra misión ni intención el darle cobertura aérea a sus operaciones” (de la oposición), los ataques "han sido de gran precisión y con un elevado grado de preocupación por evitar las bajas civiles", sostuvo.
En tanto, funcionarios del Pentágono afirmaron que la coalición encabezada por Estados Unidos logró dispersar y aislar a las tropas gadafistas como resultado de las incursiones del fin de semana.
William E. Gortney, vicealmirante estadunidense, destacó que los ataques aéreos fueron "muy efectivos", y que el Pentágono cree que los militares de Gadafi están "bajo un estrés muy considerable".
El ataque del domingo incluyó bombarderos sigilosos B-2, aviones de combate, 120 cohetes crucero Tomahawk y otros proyectiles de alta tecnología. Gortney subrayó que no hubo pérdidas de aviones por parte de los países aliados y que todos sus pilotos han regresado a salvo.
Mientras, Robert Gates, Secretario de Defensa de Estados Unidos, dijo que su país entregará el control de la misión "dentro de unos días".
Los miembros de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) se reunieron este lunes para intentar resolver diferencias relacionadas con la incursión a Libia.
Este domingo lograron aprobar un plan de operaciones tendientes a aplicar el embargo de armas impuesto por la ONU a Libia, pero les falta llegar a un acuerdo para implementarlo y para saber cuál será el rol de la alianza en la zona de exclusión aérea.
De gira por Chile, el presidente de Estados Unidos Barack Obama aseguró que la transición en Libia es cuestión “de días y no de semanas”. Insistió en que Gadafi tiene que irse y que para cumplir esa meta cuenta con una “amplia gama de herramientas, como la ofensiva militar y el congelamiento de sus activos”.
Destacó que en esta operación convinieron Estados Unidos y otros países de la Unión Europea y árabes, además que está sustentada por un mandato del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.