Estados Unidos: la revuelta de burócratas

miércoles, 9 de marzo de 2011 · 01:00

SAN DIEGO, 9 de marzo (apro).- Considerada la mayor manifestación en el estado de Wisconsin, desde la época de la guerra de Vietnam, al menos 100 mil trabajadores de todo el país se reunieron el pasado 26 de febrero en Madison, la capital de ese estado, para protestar contra el intento del gobernador republicano, Scott Walter, de restringir el derecho de negociación colectiva de los sindicatos al servicio del estado. 

Se calcula que más de 75 mil burócratas se verían afectados con la propuesta, entre ellos choferes, jardineros, maestros universitarios y personal administrativo. Los agentes de la policía y del Departamento de Bomberos están exentos de la iniciativa.

Con el pretexto de reducir un déficit presupuestal de 137 millones de dólares, el gobernador Walter, electo en noviembre pasado con el apoyo del Partido del Te, ha propuesto que a los sindicatos que representan a los trabajadores del sector público se les quite el derecho a negociar de manera colectiva sus contratos de trabajo, incluyendo prestaciones, seguros médicos y pensiones, de manera que lo único que podrán negociar es el salario.

Con el Congreso y el Senado estatal ampliamente dominados por los republicanos, los legisladores demócratas recurrieron hace dos semanas a una estrategia insólita para evitar el quórum en la legislatura: salieron de Wisconsin y se refugiaron en el estado de Illinois.

De esa manera han podido detener, hasta el cierre de esta edición (viernes 4), la votación que pondría en jaque no sólo a los trabajadores del sector público, sino a toda la estructura de apoyo financiero del Partido Demócrata.

Ni las heladas lluvias ni las nevadas han impedido que decenas de miles de trabajadores sindicalizados de toda la Unión Americana sigan llegando hasta ese estado, ubicado en la región de los grandes lagos, para solidarizarse con los trabajadores del sector público.

Y es que en el fondo saben que la ola conservadora, de no ser detenida aquí, correrá como pólvora en otros estados dominados por el movimiento conservador impulsado por el Partido del Te. 

Wisconsin, que es cuna del sindicalismo moderno en Estados Unidos, se ha convertido en el laboratorio conservador para desmantelar el movimiento sindical. Actualmente los estados de Ohio, Tennessee, Idaho, Indiana, Iowa y Kansas, han lanzado propuestas similares.

"Si esto está pasando en Wisconsin, entonces puede ocurrir en cualquier lugar", dice a Apro Ramiro Withman, miembro de la Unión de Trabajadores Marítimos en San Diego. "Los republicanos están presionando muy fuerte, y si los trabajadores de ese estado ceden, el resto de los trabajadores de todo el país estaremos en problemas... esto puede provocar un retroceso de 100 años en nuestros derechos", afirma.

Wisconsin tiene una larga historia de luchas sindicales y derechos laborales. En 1959 aprobó el Acta de Negociación Colectiva de los Trabajadores al Servicio del Estado, que fue la primera ley estatal de la Unión que otorgaba a los trabajadores del sector público el derecho a negociar colectivamente sus condiciones de trabajo. En los setenta también se convirtió en el primer estado en otorgar ese derecho a los maestros.

La primera ley estatal de compensación a trabajadores fue aprobada en Wisconsin en 1911, y fue el modelo para las leyes de compensación del resto del país. En 1932, Wisconsin estableció el primer seguro de desempleo de Estados Unidos.

 

Ataque conservador

 

"Sólo estoy tratando de balancear el presupuesto del estado", dijo el gobernador, en conferencia de prensa, el 26 de febrero.

"A aquellos que se pregunten por qué no negocio en esto, les digo que no tengo nada que negociar. No tenemos nada que ofrecerles, como ocurre en prácticamente todos los estados de la Unión, estamos quebrados", añadió.

La realidad es que hay mucho más de fondo.

La organización "National Republican Trust PAC", con sede en Washington, que se dedica a impulsar a candidatos republicanos conservadores, está recaudando fondos para pagar una campaña de publicidad dirigida a que el público cambie su percepción sobre los sindicatos al servicio del estado. 

"Los sindicatos son el último recurso al que se aferra (Barack) Obama y el Partido Demócrata para mantener la presidencia. Tenemos el plan para detenerlo", asegura el organismo en su página de internet.

A diferencia del sector privado, donde apenas 7% de la fuerza laboral está sindicalizada, entre los trabajadores al servicio del estado el índice de participación en los sindicatos pasa de 30% y es una de las principales fuerzas que apoyan la agenda del Partido Demócrata.

El conflicto ha prendido las señales de alarma entre los sindicatos de todo el país. En las tres semanas transcurridas desde que estalló en Wisconsin, se han organizado manifestaciones de apoyo en 66 ciudades de la Unión americana, incluyendo las capitales de cada uno de los 50 estados, según informa en un comunicado de prensa la organización MoveOn.org, promotora de las marchas.

"El pretexto es el déficit", dice a Apro Nativo López, activista sindical y dirigente de la Hermandad Mexicana Nacional. "La verdad es que la ofensiva conservadora busca debilitar a los sindicatos, que constituyen la principal base de apoyo del partido Demócrata con miras a la sucesión presidencial en el 2012".

Y es que de ser aprobada, y todo indica que sí lo será, la propuesta hará mucho más difícil para los sindicatos colectar las cuotas sindicales, debido a que el estado podría dejar de retenerlas directamente de los cheques, como ocurre actualmente.

Además, promovería referendos anuales, en los que los trabajadores podrían votar, de manera secreta, para determinar si desean seguir perteneciendo al sindicato o no. A mediano plazo el resultado será que los sindicatos tendrán muchos menos recursos para contribuir políticamente a las campañas y causas del Partido Demócrata.

Esto es sumamente importante para las aspiraciones de reelección del presidente Barack Obama, ya que si bien en el Partido Republicano las principales contribuciones provienen del sector privado, en el caso de los demócratas el financiamiento llega precisamente de los sindicatos de trabajadores al servicio del estado.

De acuerdo con una nota del 11 de marzo de 2010, publicada en el periódico The Washington Examiner, la Federación de Empleados de Estados, Condados y Municipios (AFSCME por sus siglas en inglés) contribuyó con 400 millones de dólares durante las campañas demócratas del 2008.

El gobernador Walker y los líderes republicanos han puesto a los trabajadores contra la pared y han buscado que la opinión pública respalde la propuesta. "Si no logramos que los sindicatos acepten la propuesta, entonces tendremos que balancear el presupuesto de una manera más radical, tendremos que despedir a por lo menos 6 mil trabajadores estatales y tendremos que eliminar el seguro médico a cientos de miles de niños de familias de bajos recursos".

El movimiento conservador ha sabido aprovechar con toda precisión la creciente frustración de la población por la lenta recuperación económica que no termina de sentirse en los bolsillos de las familias trabajadoras, y que se ha canalizado en contra de las supuestas elevadas prestaciones que tienen los trabajadores del sector público.

El libro Unsustainable, por ejemplo, de James E. MacDougald, que ha sido un éxito de ventas y publicado en junio de 2010 por Marsden House Publishers, asegura que las prestaciones a los burócratas son en parte causantes del gigantesco déficit presupuestal que enfrenta Estados Unidos.

"Los maestros se retiran a los 50 años, con salarios que muchas veces rebasan los 100 mil dólares anuales, además de que cuentan con seguro médico gratuito", dice la reseña del libro. "El caso de los policías y bomberos es todavía más ilustrativo”, ya que "se retiran a la edad de 40 años con pensiones de más de 100 mil dólares anuales". 

T.J. Polinsky, un obrero no sindicalizado del área de la construcción en el condado de Riverside, en California, refleja con toda claridad el sentimiento anti sindical que ha ido fomentado el partido republicano en los últimos años.

"Yo trabajo de sol a sol, te aseguro que mucho más que cualquier empleado del gobierno, pero yo no tengo, como ellos, garantizado el seguro médico, ni mi pensión de retiro, ni otras prestaciones a las que ellos si tienen derecho", declara a Apro.

"No es justo. Me parece que está bien lo que está haciendo el gobernador de Wisconsin, ojalá lo hicieran también aquí en California", agrega.     

La propuesta, que en otros tiempos podría haber parecido descabellada y políticamente incorrecta, en este momento tiene muchos simpatizantes, los mismos que apoyan retirar la ciudadanía a los hijos de los inmigrantes indocumentados, o los que se oponen a las leyes que favorecen el aborto, o los que combaten el matrimonio entre homosexuales, o que pugnan en favor de la enseñanza en las escuelas de la teoría de la creación y el rechazo a la teoría primera de la evolución, entre otros muchos temas.

George Lakof, autor de los libros The political mind, Moral politics y Don't think of an elephant, comenta a Apro que en Wisconsin se está jugando el futuro del movimiento sindical de Estados Unidos, pero también el del Partido Demócrata. 

"Si el plan de Wisconsin de desmantelar los sindicatos de trabajadores funciona, los sindicatos tendrán mucho menos dinero para apoyar al Partido Demócrata, mientras que los conservadores van a poder recaudar fondos de campaña prácticamente sin oposición en la mayoría de las campañas, incluyendo las elecciones presidenciales. Esto significara que la ola conservadora se extenderá a prácticamente todos los demás temas de interés nacional”, dice Lakof.

Comentarios