Releva Raúl Castro a Fidel en el liderazgo del PCC

martes, 19 de abril de 2011 · 01:00

LA HABANA, 19 de abril (apro).- El presidente cubano Raúl Castro fue nombrado hoy líder del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC), consolidando así su poder político para sacar adelante un paquete de reformas económicas con las que busca salvar el sistema socialista.
El general, de 79 años, reemplaza como primer secretario de la única fuerza política de Cuba a su hermano Fidel Castro, de 83 años, expresidente y único que había ocupado el cargo desde su fundación en 1965.
De esta forma, con una abrumadora presencia de mujeres en el nuevo liderazgo de la organización, pero reducido en el número de dirigentes que integran los poderosos Buró Político y el Secretariado del Comité Central, concluyó este martes el VI Congreso del PCC.
“En lo que a mí respecta --sostuvo Raúl Castro Ruz al aceptar sustituir a su hermano Fidel como primer secretario del PCC--, asumo mi última tarea con la firme convicción y compromiso de honor de que el primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba tiene como misión principal y sentido de su vida: defender, preservar y proseguir perfeccionando el socialismo y no permitir jamás el regreso del régimen capitalista”.
José Machado Ventura, un histórico de la revolución y vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros fue elegido número dos del único partido en la isla.
El actual presidente de Cuba fue el último orador en el VI Congreso y el hombre que ocupó, durante los tres días de trabajo del cónclave, todos los espacios dejados por el líder de la Revolución, Fidel Castro, quien declinó seguir ocupando el máximo puesto en el partido que ayudó a fundar en 1965.
En casi todo su discurso de clausura, Raúl Castro no dejó de reconocer el trabajo histórico de su hermano, e incluso halagó su firmeza, entereza e inteligencia para llevar adelante a una nación asediada “por el imperialismo”, y dijo que él no “precisaba” de cargo alguno para ocupar siempre un lugar cimero en la nación cubana.
“El compañero Fidel Castro Ruz, fundador y comandante en jefe de la Revolución Cubana, nos dio el primer ejemplo de actitud consecuente en esta materia, al solicitar expresamente no ser incluido en la candidatura del Comité Central.
“Fidel es Fidel y no precisa de cargo alguno para ocupar, por siempre, un lugar cimero en la historia, en el presente y en el futuro de la nación cubana”, apuntó el nuevo primer secretario para luego señalar que su hermano se encuentra “en la plenitud de su pensamiento político” y continuará siendo “soldado de las ideas”.
Fidel Castro apareció sorpresivamente en la tercera y última sesión del Congreso y fue recibido con una gran ovación de los casi mil delegados asistentes a la cita.
El expresidente Fidel Alejandro Castro Ruz cumplirá 84 años el próximo 13 de agosto –medio siglo después del triunfo de la Revolución-- con una aparente recuperación de su salud que aún sigue siendo un secreto de Estado, pero con una agenda repleta de proyectos editoriales.
Su llegada fue silenciosa y lenta. Fidel Castro se hizo presente en el pleno del Congreso ayudado por un joven. La figura provocó el llanto de algunos de los presentes.
Por primera ocasión su nombre no apareció en el listado de los miembros del Buró Político, ni del secretariado del Comité Central.
La presencia del expresidente cubano en la clausura del Congreso sorprendió a todos, principalmente porque tiene serios problemas para caminar por un accidente que le ocurrió hace seis años en la provincia de Villa Clara y que ahora lo resiente en su pierna y brazo derechos.
Por su parte, Raúl Castro dejó en claro que su meta es “garantizar la continuidad e irreversibilidad del socialismo, el desarrollo económico del país y la elevación del nivel de vida de la población”.
El mandatario cubano hizo una defensa de la presencia de miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias en el Buró Político, “como podrán observar, se refleja una adecuada proporción de jefes principales de las FAR”, puntó.
“Es natural que sea así”, agregó y afirmó que todos los miembros de las FAR “nunca renunciarán a cumplir ese papel al servicio de la defensa del pueblo, del partido, de la Revolución y el socialismo”.
El presidente Raúl Castro se refería a cinco de los militares que lucharon en la Sierra Maestra: Abelardo Colomé Ibarra (72 años), Julio Casas Regueiro, 75; Ramiro Valdés Menéndez, 79; Leopoldo Cintra Frías, 68, y Álvaro López Miera, de 64 años.
En la tercera y última sesión del VI Congreso, los casi mil delegados decidieron reducir el número de miembros en el Buró Político y en el secretariado del Comité Central. Las dos instancias ahora en poder del propio presidente Raúl Castro.
En el Buró Político desaparecieron nueve puestos al aprobarse reducir de 24 a 15 sus miembros. De los 15, sólo tres son nuevos en la cúpula del PCC: Marino Murillo Jorge, exministro de Economía y hoy encargado de las reformas económicas; Lázara Mercedes López Acea, primera secretaria del partido en La Habana, y Adel Izquierdo Rodríguez, también responsable de las reformas emprendidas por el gobierno de la isla y aprobadas por el Congreso.
Los otros doce lo conforman los hombres más cercanos al mandatario cubano, entre ellos cinco altos mandos castrenses.
El VI Congreso decidió también eliminar a 50% de sus integrantes del secretariado del Comité Central del PCC. De 12 que formaban esa instancia partidista, sólo quedaron seis. Ahí destacan Esteban Lazo, Abelardo Álvarez Gil y José Ramón Balaguer.
En la misma sesión fueron elegidos por voto secreto 115 miembros del Comité Central. En la larga lista de sus miembros destaca la presencia de 48 mujeres (41.7%) y 36 negros y mestizos (31.3%).
En materia de política de cuadros, puntualizó Raúl Castro, con la elección del nuevo Comité Central, su secretariado y el Buró Político, “hemos dado un primer paso para cumplimentar lo que acordamos en el Congreso, muy especialmente en lo que se refiere a iniciar un proceso gradual de renovación y rejuvenecimiento de la cadena de cargos políticos y estatales”.
Esta nueva generación de políticos cubanos jóvenes, sin duda, lo encabeza Miguel Mario Díaz Canel Bermúdez (nacido el 20 de abril de 1960), miembro del Buró Político y ministro de Educación Superior, así como Margarita Marlene González Fernández (20 de julio 1964), la más joven de toda la estructura de gobierno de la isla.
Luego vienen María Esther Reus González (23 de mayo de 1962), actual ministra de Justicia, y Manuel Marrero Cruz (11 de Julio de 1963), uno de los ministros más jóvenes que ha tenido el Ministerio de Turismo.

La última sesión

En la tercera y última sesión, los delegados ratificaron que el sistema económico que prevalecerá en el país “continuará basándose en la propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de producción”.
En la síntesis de la resolución sobre Lineamientos de la política económica y social, los delegados aseguran que se actualiza el modelo económico cubano “con el objetivo de garantizar la continuidad e irreversibilidad” del socialismo, el desarrollo económico del país y la elevación del nivel de vida de la población”, conjugados, resaltan, con la necesaria formación de valores éticos y políticos de los cubanos.
“La política económica del partido se corresponderá con el principio de que sólo el socialismo es capaz de vencer las dificultades y preservar las conquistas de la Revolución. En el modelo económico privará la planificación, la cual tendrá en cuenta las tendencias del mercado.
“Estos principios deberán ser armonizados con mayor autonomía de las empresas estatales y el desarrollo de otras formas de gestión.
“El modelo reconocerá y promoverá, además de la empresa estatal socialista, forma principal de la economía nacional, a las modalidades de la inversión extranjera, las cooperativas, los agricultores pequeños, los usufructuarios, los arrendatarios, los trabajadores por cuenta propia y otras formas que pudieran surgir para contribuir a elevar la eficiencia”.
El documento leído por Marino Murillo, el hombre que coordina todo el proceso de las reformas económicas, resalta en su resolutivo que ningún cubano “quedará desamparado”, pues aseguran que el socialismo significa “igualdad de derechos y de oportunidades”.
Los casi mil delegados que participaron en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, clausurado este martes 19 en la capital cubana, pidieron a la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento) y al gobierno que elaboren y aprueben las normas jurídicas necesarias para crear la base legal que respalden las modificaciones funcionales, estructurales y económicas decidida por el cónclave del PCC.
En un segundo documento sobre el perfeccionamiento de los órganos del poder popular, el sistema electoral y la división político administrativo, los delegados propusieron buscar fórmulas para “una mejor delimitación” de las atribuciones de los parlamentos (provincial y nacional) con los organismos de la administración central del Estado y las unidades presupuestadas y empresariales.
Reconocieron que es necesaria la integralidad de un ajuste a la división política y administrativa para corregir limitaciones presentes, y principalmente se manifestaron por varios procedimientos, términos legales y realizar otras adecuaciones al sistema electoral del país.
“Los cambios requerirán modificar un conjunto de normas jurídicas para ajustarlas al escenario actual”, concluyó Ricardo Alarcón, delegado del Congreso y presidente del Parlamento cubano.
El tercer y último documento sobre la resolución del informe central discutido durante tres días fue leído por el delegado y ministro de la Educación Superior, Miguel Díaz Canet.
En la síntesis del resolutivo se hace énfasis en las deficiencias que padece el gobierno y la sociedad de la isla, pero resalta que a esta situación difícil se suman factores externos adversos como la desorganización, la burocracia, el paternalismo y la falla de previsión y exigencia.
“La información precisa y honesta sobre cada asunto, por sensible que sea, acompañada de la crítica oportuna y el amplio intercambio de criterios, constituyen puntos de partida para sumar a todos a la resolución de los problemas, lo que demanda además actuar con orden, disciplina , exigencia y el ejercicio riguroso del control”, se destaca en el texto.
También se hace énfasis en la “extraordinaria labor” en el campo de la defensa realizada “por nuestro pueblo” firmemente convencido de que “su preparación y disposición a rechazar cualquier aventura militar del enemigo” es la mejor forma de evitarla.
Y se ratifican los principios que sirven de guía a la política exterior del país, la vocación integracionista y solidaria hacia América Latina y el Tercer Mundo, así como la voluntad de diálogo con el gobierno de Estados Unidos sobre cualquier asunto, siempre, concluye el texto, de manera respetuosa, sin condicionamiento, “sin sombra para nuestra soberanía, independencia y autodeterminación”.

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