Los buenos oficios de Carter
LA HABANA, 1 de abril (apro).- Dos hombres que fueron claves en los significativos logros políticos y diplomáticos que lograron los presidentes Jimmy Carter y Fidel Castro, en los años setenta, volvieron a tomar el papel protagónico, ahora acercando alternativas para lograr el indulto de los cinco cubanos presos en el país del norte y del estadunidense detenido en una cárcel cubana.
Robert Pastor, ex consejero de Seguridad Nacional sobre América Latina de la Casa Blanca desde que Carter asumió la presidencia en 1977, y Ricardo Alarcón, ex jefe de la Oficina Diplomática de Cuba en Estados Unidos y actual presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento), fueron dos de las figuras invisibles que estuvieron en casi todos los encuentros que sostuvo el ex mandatario estadunidense con las autoridades de la isla esta semana.
“El presidente Barack Obama tiene el poder de indultar a nuestros cinco héroes presos injustamente en Estados Unidos” por el simple hecho de “alertarnos de actos terroristas” que organizaciones “contrarrevolucionarias organizaban contra el pueblo”, aseguró Alarcón en el programa de televisión La Mesa Redonda la noche del miércoles 30 de marzo.
“Su misión no era espiar a Estados Unidos, sino infiltrarse en grupos del exilio en Florida para evitar atentados contra la isla”, aclaró el también ex ministro de Relaciones Exteriores de Cuba; y retó a Obama a liberar inmediatamente, sin condiciones, a los “cinco patriotas” cubanos presos “injustamente” en Estados Unidos.
Las declaraciones de Alarcón se difundieron apenas una hora antes de que el mismo programa televisivo repitiera la conferencia de prensa convocada por el exp residente Jimmy Carter en la que exigió la excarcelación de cinco agentes cubanos condenados a largas penas de cárcel en Estados Unidos acusados de espiar para La Habana y que las autoridades cubanas consideran “héroes”.
Carter fustigó que el gobierno estadunidense mantenga “injustamente'” en prisión a cinco agentes cubanos presos desde 1998 y condenados en 2001.
“Creo que la detención de los cinco cubanos no tiene sentido. Ha habido dudas en Estados Unidos, en los tribunales estadunidenses y también entre las organizaciones de derechos humanos en el mundo.
“Ahora ellos han estado en prisión 12 años y yo espero que en un futuro cercano sean liberados para que regresen a sus hogares. Espero que en el futuro sean liberados según el derecho estadunidense”, puntualizó Carter en la conferencia de prensa, primero, y posteriormente en una entrevista exclusiva para el mismo programa de televisión.
El expresidente también recibió a familiares de los cinco agentes de inteligencia, a quienes les expresó su deseo de que pronto sean liberados. El canje de presos está en la mente de todos los familiares.
Los detenidos son Antonio Guerrero Rodríguez, sentenciado, en principio, a una cadena perpetua más 18 años; Gerardo Hernández Nordelo, dos cadenas perpetuas más 15 años; Ramón Labañino Salazar, una cadena perpetua más 18 años de cárcel; Fernando González Llort, 19 años y René González Sehwerert, 15 años.
Ricardo Alarcón, ex embajador de Cuba en la Organización de Naciones Unidas (ONU) es la cabeza de la estrategia político-diplomática a favor de la liberación de los cinco agentes, pero se convirtió públicamente en la principal figura del gobierno cubano en una posible negociación con Estados Unidos.
Robert Pastor, uno de los hombres más importantes de la administración de Jimmy Carter (1977 a 1981) en el tema cubano, es un convencido de que la experiencia del gobierno de Carter con el de Fidel Castro pudiera ayudar a mejorar las relaciones ahora con Raúl Castro.
La última vez que Pastor estuvo en La Habana con la representación presidencial fue enero de 1980, de acuerdo con el Diario de Carter en la Casa Blanca, de reciente publicación. El funcionario estadunidense ya había estado en Cuba en 1978 para negociar la liberación de cuatro prisioneros de Estados Unidos.
El ahora ex mandatario envió a Robert Pastor, que entonces tenía el cargo de consejero de Seguridad Nacional sobre América Latina, y a Peter Tarnoff, asistente especial del secretario de Estado Cyrus Vance, a una reunión con el presidente Fidel Castro.
Los funcionarios informaron a Carter su largo encuentro (11 horas) con el presidente cubano y le expresaron que Fidel Castro había sido muy sincero.
Ahora Robert Pastor vuelve aparecer en un momento en que Washington y La Habana podrían lograr el intercambio de presos espías a partir del indulto por motivos humanitarios.
Pastor y Jennifer McCoy, directora del Programa de las Américas en el Centro Carter en Atlanta, fueron las dos personalidades que formaron parte de la delegación estadunidense que desde el lunes 28 al miércoles 30 de marzo realizaron una visita a La Habana por una invitación del gobierno de la isla.
Robert Pastor, quien fue el hombre clave en la Casa Blanca en la administración Carter, estuvo presente en todas las reuniones del ex presidente estadunidense en la capital cubana. A decir de un diplomático de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, Pastor sostuvo encuentros paralelos con funcionarios cubanos sobre el caso del estadunidense Alan Gross.
En la misma conferencia de prensa transmitida por la televisión cubana el 30 de marzo, Carter informó que habló con Alan Phillip Gross --condenado por un Tribunal Provincial de La Habana a 15 años de prisión por espiar para Washington--, pocas horas antes de partir hacia Estados Unido e informó que tras la condena dada a conocer a mediados del mes el estadounidense se apresta a apelar la sentencia ante la justicia cubana.
Alan Gross, de 61 años, vecino de Potomac, Maryland, “parece todavía de buen ánimo, y sostiene que es inocente”, señaló, puntual, el ex mandatario.
“Espero que esos tribunales (a los que Gross apelará) lo declaren inocente del delito por el que se le juzgó, entonces posiblemente en el futuro se emita una orden ejecutiva para concederle un indulto por motivos humanitarios.
“Ha perdido unos 40 kilogramos de peso, pero parece estar de buen ánimo”, subrayó Carter, quien dejó en claro que el trabajo que realizaba Gross en la isla no constituía una amenaza seria para el pueblo y autoridades de Cuba.
“Habrá una apelación de sus abogados ante los tribunales de nivel superior. Espero que declaren que es inocente”, precisó.
Carter aclaró que él no venía con la expectativa de llevárselo “a casa”; de hecho, reveló que desde antes de viajar a Cuba funcionarios isleños le dijeron que la liberación de Alan Gross no sería concedida. Y así fue. Carter, de 86 años de edad, regresó a su país por la tarde del 30 de marzo sin Alan Gross.