Tropas de la OTAN bombardean residencia de Gadafi
MÉXICO, D.F., 10 de mayo (apro).- Tras los últimos bombardeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), varios de los cuales han caído en el lugar donde reside el líder libio Muamar Gadafi, se desconoce si el dictador está vivo o muerto, dijo el brigadier general aliado Claudio Gabellini.
En rueda de prensa en Nápoles, Gabellini dijo que desconocía la situación actual de Gadafi, a quien últimamente no se le ha visto en público.
"No tenemos ninguna prueba (sobre si está vivo o muerto), no sabemos lo que Gadafi está haciendo ahora mismo. Y si les digo la verdad, no estamos realmente interesados. Nuestro mandato es proteger a los civiles amenazados por los ataques, y no miramos a individuos", manifestó el general.
Uno de los últimos bombardeos en Trípoli, capital libia y principal bastión del gobierno, impactó en una de las residencias de Gadafi y causó la muerte de su hijo menor y tres de sus nietos.
Tras ese ataque, un portavoz del gobierno afirmó que el coronel estaba vivo, pero desde entonces no ha hecho ninguna aparición pública.
Según el funcionario de la OTAN, aviones aliados volvieron a atacar la noche del lunes y la madrugada de este martes varios centros de mando y control del régimen libio, pero no detalló si éstos afectaron la residencia de Gadafi.
Insistió en que los objetivos de las bombas de la OTAN son militares y que cada ataque es “necesario, legal y moral”, y se lleva a cabo de forma tal que se minimicen los daños colaterales.
No obstante, una fuente del servicio de ambulancias en la línea, citada por AFP, indicó que en los ataques que se efectuaron entre Ajdabiya y Bengasi murieron al menos seis rebeldes y alrededor de 10 más resultaron heridos.
Es posible que los seguidores de Gadafi hayan tenido muchas bajas, agregó la fuente.
En tanto, en el occidente del país los rebeldes avanzaron unos 15 kilómetros al oeste de Misrata, levantaron barricadas y se acercaron a Zliten, ciudad que se encuentra a aproximadamente 150 kilómetros de Trípoli.
De continuar así, las fuerzas rebeldes podrían llegar este miércoles a las puertas de Zliten, dijo un ex coronel del ejército, Haj Mohamed, después de la toma de la localidad de Burqueya.
El avance, dijo, también dependerá de la eficacia de los bombardeos de la Alianza Atlántica.
Por separado, la secretaria adjunta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) encargada de los Asuntos Humanitarios, Valerie Amos, indicó que el conflicto, la destrucción de la infraestructura del país y la escasez de dinero y gasolina “causan serios problemas a la población libia”.
En los próximos meses, advirtió, la situación tendrá un impacto grave sobre la población, esencialmente sobre los más pobres y vulnerables.
Amos destacó que en Misrata algunos no tienen alimentos, agua u otros productos de primera necesidad, además de que las unidades médicas necesitan material y personal calificado.
Según estimaciones de organismos defensores de derechos humanos, 746 mil personas han huido del país, cinco mil están bloqueados en las fronteras con Egipto, Túnez y Níger, y 50 mil más se encuentran en campamentos improvisados al este de Libia.
Además, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), alrededor de 50 mil refugiados libios han pasado por el sur de Túnez desde hace un mes.
El organismo también reportó que cientos de inmigrantes que huyen de los combates se han ahogado en aguas del Mediterráneo, aunque no ofreció una cifra exacta delas víctimas.
"Estamos muy preocupados por lo que está ocurriendo en el mar Mediterráneo, donde estamos teniendo noticias de muchas muertes debido a embarcaciones que vuelcan. Desgraciadamente no conocemos el balance completo de víctimas", señaló la portavoz de ACNUR, Melissa Fleming.
Uno de los últimos accidentes de ese tipo ocurrió la semana pasada, cuando un barco con 500 o 600 personas se hundió cerca de Trípoli mientras trataba de llegar a la isla italiana de Lampedusa.
No se precisó cuántas personas murieron ahogadas pero, según Fleming, hasta el 25 de marzo, al menos 800 personas que trataron de huir de Libia –la mayoría de ellas inmigrantes de origen subsahariano--no consiguieron llegar a salvo.
Por esa razón, tanto la ACNUR como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) pidieron a los barcos aliados que se encuentran en el Mediterráneo, poner especial atención sobre las embarcaciones sobrecargadas que detecten, y dar la señal de alarma inmediatamente cuando estén en problemas.
"Reiteramos nuestro llamamiento a los países europeos a que pongan en marcha urgentemente mecanismos más fiables y efectivos para el rescate en el mar Mediterráneo", dijo la portavoz de ACNUR, quien destacó que los guardacostas italianos y malteses no pueden solos con la carga.