Cadáver de Bin-Laden, al mar; "el mundo es más seguro", festina Obama

lunes, 2 de mayo de 2011 · 01:00

WASHINGTON, 2 de mayo (apro).- “El mundo está ahora más seguro”, sostuvo el presidente estadunidense Barack Obama menos de 24 horas después de que sus tropas asesinaran a Osama Bin Laden, líder y fundador de Al Qaeda, en un operativo llevado a cabo con 79 comandos en una casa de seguridad ubicada en Abbottabad, una zona residencial a 56 kilómetros al norte de Islamabad, la capital de Pakistán.

Obama, quien la noche del domingo 1 presumió el éxito de la operación, sostuvo este lunes, en una ceremonia para otorgar medallas de honor a dos soldados asesinados en la guerra de Corea, que la muerte de Bin Laden no sólo hace del mundo “un lugar más seguro”, sino que el fin de la cabeza de Al Qaeda representó “un buen día para Estados Unidos”.

Mientras Obama festejaba jubiloso la muerte de Bin Laden, autor intelectual de los ataques del 11 de septiembre de 2001 a Estados Unidos, funcionarios de su equipo de seguridad y de inteligencia exponían detalles, a cuentagotas, sobre cómo se realizó el operativo que terminó con la vida del terrorista saudita.

Un funcionario de la CIA destacó que las pruebas de ADN que se hicieron después del ataque a la casa de seguridad son “virtualmente ciento por ciento positivas” de que Bin Laden falleció en la redada del comando militar, después de recibir un tiro en la cabeza.

También dijo que después de los 40 minutos de refriega, durante los cuales no está aún claro si el propio Bin Laden se defendió del ataque, una de las esposas del líder terrorista saudita identificó su cadáver.

Sin embargo, los funcionarios del equipo de seguridad e inteligencia de Obama que hablaron con la prensa se negaron a hablar sobre si hay fotografías o video-grabaciones del cuerpo sin vida de Bin Laden.

Lo que sí confirmó John Brennan, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, fue que, en cumplimiento de las leyes y tradiciones musulmanas --que exigen el entierro de un cuerpo sin vida en las primeras 24 horas de su fallecimiento--, los restos de Bin Laden fueron llevados al norte del Mar Arábigo, a bordo del portaviones estadunidense Carl Vinson.

En rueda de prensa en la Casa Blanca, Brennan explicó que, para evitar que sus seguidores hicieran un santuario del lugar donde fuese sepultado Bin Laden, se tomó la decisión de lavar el cuerpo, envolverlo en una sábana blanca y colocarlo dentro de una bolsa pesada para después arrojarlo al mar.

Antes de arrojar al mar el cuerpo de Bin Laden, un capellán militar leyó el rito religioso musulmán para que quedara claro que se cumplía con las costumbres islámicas, aun cuando se tratara del cadáver del enemigo más odiado y buscado por Estados Unidos.

“Su hubiésemos tenido la oportunidad de capturarlo vivo, lo hubiésemos hecho”, acotó Brennan.

Además, comentó que “aparentemente en el ataque Bin Laden usó como escudo a una mujer”, quien falleció por los disparos del comando de los navy seals.

La mujer fue identificada por Brennan como una de las esposas (la más joven) del saudita que hace 22 años fundó la organización terrorista de Al Qaeda.

La ubicación de la casa de seguridad donde se escondía Bin Laden se logró gracias a la información obtenida de algunos integrantes de las células de Al Qaeda, detenidos después del 11 de septiembre de 2001 y presos en la base militar de Guantánamo, Cuba.

En agosto del año pasado, la información de los detenidos en Guantánamo señalaba a un “mensajero”, quien aparentemente era de la confianza absoluta de Bin Laden y de dos de sus más cercanos colaboradores: Khalid Sheikh Mohammed y Abu Faraj al-Libbi, ambos arrestados por las fuerzas de seguridad estadunidenses.

Una vez identificado el mensajero, los servicios de inteligencia del Pentágono y la CIA lo rastrearon y lo ubicaron, a él y a su hermano, en una casa en la zona residencial de Abbottabad.

En este suburbio de Islamabad viven varios militares paquistaníes jubilados.

El complejo residencial, cuyo valor estimó el gobierno de Obama en un millón de dólares, tiene bardas de entre 3.6 y 5.4 metros de altura, con alambre de púas alrededor.

La mansión no tenía conexión telefónica ni de Internet, lo cual incrementó las sospechas de los servicios de inteligencia de que ahí se ocultaba alguien importante de la red de Al Qaeda.

Otro elemento de confirmación fue que los residentes de la casa quemaban la basura en lugar de entregarla a los camiones que la recogen en la zona residencial.

Previo al ataque que ordenó Obama el viernes pasado por la mañana, el mandatario estadunidense había tenido cinco reuniones con el Consejo de Seguridad para hablar del objetivo de atrapar vivo o muerto a Bin Laden.

Las reuniones de Obama para preparar el ataque se realizaron el 14 y 29 de marzo de este año, y el 12, 19 y 28 de abril pasado.

Los 79 comandos y un perro adiestrado llegaron este 1 de mayo a la casa de seguridad a bordo de helicópteros de ataque, sin dar aviso al gobierno de Pakistán.

Y Obama se encontraba en la Casa Blanca con su equipo de seguridad, monitoreando minuto a minuto la operación militar. 

La Casa Blanca indicó que aunque se tenía la opción de destruir la casa de seguridad con misiles, se decidió mandar a las fuerzas especiales con el objetivo de evitar “daños colaterales” (la muerte de civiles inocentes) y capturar vivo a Bin Laden.

En el enfrentamiento, los comandos mataron a Bin Laden, al mensajero, al hermano de éste, a un hijo adulto del terrorista saudita, y a una de sus esposas. Dos mujeres más resultaron heridas. Obama sabía que en la casa había mujeres y niños.

El complejo donde se refugiaba Bin Laden se localiza a poco más de medio kilómetro de distancia de una academia militar de Pakistán.

Brenan y otros funcionarios del gabinete de seguridad de Obama, así como la propia secretaria de Estado, Hillary Clinton, rechazaron especular sobre si la ubicación de la casa de seguridad significaba que el gobierno de Pakistán protegía a Bin-Laden o por lo menos las autoridades locales tenían conocimiento de dónde se ocultaba el líder saudita.

Incluso, admitió Brennan, el operativo estadunidense tomó por sorpresa al gobierno de Pakistán, ya que otro de los objetivos era que “nuestra gente pudiera salir al término de la operación a bordo de los aviones sin tener que enfrentarse a las fuerzas de seguridad de Pakistán, y así ocurrió”.

También confirmó que uno de los helicópteros que se utilizaron en la acción sufrió fallas mecánicas a la hora de la retirada y fue destruido ahí mismo por los militares estadunidenses.

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