MÉXICO, D.F. (apro).- Barack Obama, el tercer usuario más popular de Twitter en el mundo -después de los cantantes Lady Gaga y Justin Bieber-, pasó de 9 millones 402 mil 898 seguidores que tenía la mañana del viernes a 9 millones 366 mil 634 la mañana de este sábado. El descenso se produjo después de que sus colaboradores que manejan su cuenta oficial, comenzaran a llenarla de tweets instando a los estadounidenses a que escribieran a los legisladores opositores para urgirles a alcanzar un acuerdo para ampliar el límite de la deuda antes del 2 de agosto. La cuenta @BarackObama se convirtió rápidamente en un listado de nombres de usuarios de cada uno de los congresistas republicanos, estado por estado, precedidos de mensajes como "asegúrate de que tu representante sabe que apoyas un acuerdo". La campaña tuvo el efecto deseado -pues muchos legisladores recibieron mayor cantidad de comentarios- pero no en la dimensión esperada ya que irritó a numerosos fieles seguidores del mandatario estadunidense. El equipo presidencial optó horas después por publicar todos los nombres de los republicanos en una única lista, enlazada en un tuiteo, y prometió moderar sus mensajes a partir de entonces. "Gracias por contactar a sus legisladores y por seguir con nosotros. Ya hemos terminado, lo juramos", se pudo leer en una de las últimas publicaciones. Esta no es la primera vez que la Casa Blanca acude a los ciudadanos para apresurar la decisión sobre un plan que permita subir el techo de la deuda. Días atrás, el propio Obama en un discurso pidió que llamaran a la central del Capitolio y que les escribieran a los congresistas para informarse sobre el congelamiento de las conversaciones. Las dos cámaras estarán reunidas durante todo el fin de semana para tratar de alcanzar un acuerdo de última hora que cierre la crisis. Los representantes aprobaron el viernes una propuesta respaldada por el líder republicano John Boehner, presidente de ese hemiciclo, que fue rápidamente bloqueada en el pleno del Senado, cuya mayoría demócrata dirige el demócrata Harry Reid.