LA PATAGONIA, Argentina (apro).- El millonario inglés Joseph Joe Lewis propone financiar un aeropuerto en El Bolsón, alternativo al de Bariloche, que ha sido cuestionado a raíz de que sufre los efectos de las cenizas volcánicas chilenas. Grupos de pobladores se oponen y reclaman libre acceso al Lago Escondido, que domina su campo en la frontera con la Comuna vecina de El Manso. Se trata de 12 mil hectáreas que constituyen una de las grandes reservas de agua y vegetación en la Patagonia.
Muchos le atribuyen a Joe estar detrás de un proyecto depredador de recursos naturales y que usurpa tierras de propiedad pública para construir un gran centro de ski en las laderas del cerro Perito Moreno.
Lewis no da entrevistas, pero su mano derecha en Argentina, Nicolás Van Ditmar, niega la versión. Los adversarios del proyecto redoblan las acusaciones.
“Desde que Joe compró el campo en 1996, viene aportando dinero todos los meses. Sus inversiones son transparentes y respetan el medio ambiente, no hay nada oculto”, afirma Van Ditmar, presidente de Hidden Like SA, empresa argentina de Lewis propietaria de su finca, entre Bariloche y El Bolsón.
Al borde del Lago Escondido se despliega la mansión con helipuerto del acaudalado hombre de negocios. En sus terrenos existen canchas deportivas, confortables caballerizas, un chalé para invitados, anfiteatro, oficinas, una dotación para combatir incendios forestales, puentes, silos y dependencias de infraestructura trajinadas por la centena de trabajadores empleados en el complejo.
Nicolás Van Ditmar, en bermudas y distendido, habla en el comedor del personal a la hora del almuerzo. Descendiente de holandeses antinazis, exdirector del equipo nacional de ski, conoció a Lewis en la inmobiliaria que tenía su padre en Bariloche, un cliente de los tantos que se han sumado para nutrir la leyenda de los ricos y famosos extranjeros que buscan donde montar sus residencias secundarias en la mítica Patagonia: el magnate de comunicación, Ted Turner ; Luciano Benetton, de la célebre marca de ropas italianas, y los artistas Michael Douglas, Sylvester Stallone, Richard Gere, Robert Duvall, Matt Damon y Bruce Willis.
“Localizamos el campo de la familia de Eliseo Montero, a 30 kilómetros de El Bolsón, al sur de Bariloche, y negociamos la compra durante dos años. La mayoría de los 14 herederos vendieron a Joe las 12 mil hectáreas en 3 millones 500 mil dólares. Joe me nombró presidente de la compañía dueña”, resume Van Ditmar.
En 14 años Hidden Like SA edificó la impresionante vivienda para Lewis y sus huéspedes, atracaderos, jardines, emplazamientos deportivos, dos turbinas hidroeléctricas para alimentar el complejo con energía natural limpia que se extrae del río Escondido, cuyo cauce lleva las aguas del lago hacia el Océano Pacífico, y un camino de ripio de 17 kilómetros para conectar con la carretera de la ruta 40, que atraviesa la Patagonia.
Y entonces empezaron los problemas.
“Servidumbre de paso”
Eliseo Montero, el anterior propietario y de presunta ascendencia chilena, había pactado con sus vecinos un sendero para ganar la Ruta 40 por Tacuifí, en la zona de El Manso, un trayecto desechado por Lewis, que hizo un camino propio enteramente dentro de su estancia. No obstante, habilitó una “servidumbre de paso” para que cualquiera pueda disfrutar del lago y sus costas. A tal efecto acondicionó una senda de 800 metros situada en el extremo opuesto del lago al de su morada, una vía transitable a pie o en parte a caballo, que vincula con la arteria pública de montaña más próxima.
Sin embargo, el dispositivo fue puesto en crisis por la legisladora provincial del ARI, Magdalena Odarda, que lo denunció en tribunales. El proceso judicial aceptó la “servidumbre de paso”. Asimismo, declaró válido el acceso por Tacuifí, hoy impracticable por falta de mantenimiento y debido al deterioro causado por las inclemencias del tiempo.
Para desatascar el caso, Lewis ofreció utilizar su camino, pero puso condiciones. Exigió que la gente se identifique y acuerde día y hora para entrar.
“Queremos que el Consejo de Medio Ambiente (Codema) de la provincia fije las reglas para las visitas al Lago. Quizás el modelo de referencia sea el de Ecuador con las Galápagos, donde nadie puede entrar y sacar nada, y está prohibido tirar basura”, opina Van Ditmar, inquieto por los estragos que podría ocasionar la irrupción irrestricta de los visitantes en el paisaje, preservado por Lewis en derredor del Lago Escondido.
Tras la adquisición inicial, el magnate angloestadunidense desembolsó 133 millones de pesos argentinos en 15 mil 524 metros cuadrados de instalaciones, y en la tecnología para conservar la pureza de las aguas, la flora y la fauna, además de la cría de ganado vacuno, ovino y porcino, así como de conejos, equinos, camélidos y cérvidos, junto con la producción de miel, fruticultura y horticultura.
Lider del consorcio Tavistock, que gestiona un patrimonio de 2 mil 800 millones de dólares en 15 países, Lewis se ubica en el puesto 347 de las fortunas mundiales, según la revista Forbes. Está empeñado en hacer donaciones a El Bolsón, con suerte adversa: no le aceptaron un hospital, le devolvieron dos ambulancias, y una primera tentativa de hacer una pista de aterrizaje privada que fuera de uso público se la rechazaron por referéndum municipal en 2009.
Ahora insiste en un contexto diferente, la provincia y la intendencia son deficitarias, y la incertidumbre sobre la factibilidad futura del aeropuerto de Bariloche, jaqueado por las cenizas volcánicas, le abren a Van Ditmar la brecha de aconsejar a las autoridades barajar la posibilidad de otro aeropuerto.
Lewis pasa los meses de verano en Lago Escondido, deja estacionado su avión particular en Bariloche y se mueve en helicóptero. Dicen que ya perdió uno de sus pilotos en un accidente, y tener un aeropuerto a su disposición en las cercanías de El Bolson le simplificaría los viajes aéreos a bajo costo. Reflotarlo en torno a la Pampa de Luden, alrededor de mil hectáreas insertas entre El Bolsón y el Lago Escondido, probablemente requeriría una ley provincial, un plan que parecía seducir al gobernador de Río Negro, Carlos Soria, quien, en línea con la prensa regional, pretendía que Julio de Vido, ministro de Planificación de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, avalara el diseño. Con ello eludía la amenaza de un segundo plebiscito que podría serle hostil a Lewis.
Pero Soria murió el pasado 1 de enero en un hecho extraño: presuntamente su esposa lo asesinó de un disparo en la cabeza.
Galimatías inmobiliario
“Lo del aeropuerto no es un tema nuevo. En 2005, Van Ditmar reculó ante la férrea oposición de los vecinos, y en el 2009 volvió a arremeter convocando un plebiscito que nos dio la razón con 79% de los votos. Que el gobernador Soria lo haya recibido ni bien asumió, es un gesto pésimo y brutal hacia la democracia, pues se le acababa de elegir con esperanzas de cambio en Río Negro”, señala Manuel Langbehn, vocero de la Asamblea en Defensa del Agua y la Tierra, que nuclea en El Bolsón a los opositores de Van Ditmar, quienes lo consideran un portavoz de Lewis.
“El planteo del aeropuerto forma parte de algo mayor. Contempla un loteo para levantar barrios privados y cabañas de alquiler, centros de esparcimiento, supermercados, tiendas y hoteles en la Pampa de Luden, una villa contigua a las pistas de ski del cerro Perito Moreno, que no beneficiaría a El Bolsón y le quitaría las fuentes de agua a la labor agropecuaria de las inmediaciones”, precisa Langbehn.
También sospecha que una tercera turbina programada por Lewis para asentar en Lago Escondido, que sobrepasaría en 14 MW las necesidades del enclave, “se destinaría a la megaurbe” turística antes aludida.
En defensa de las costumbres campesinas y la vida rural, su organización movilizó alrededor de 3 mil personas el pasado 19 de noviembre, es decir 10% de los habitantes de esta comarca andina.
Las tierras involucradas en semejante trama eran fiscales. Algunas fueron inicialmente adjudicadas a un precio preferencial a una tal Mirta Soria, sin parentesco alguno con el gobernador. A los seis meses ella las vendió a Maximiliano Mazza, cuñado de Nicolás Van Ditmar y hermano de Vanesa Massa, directiva de Hiddden Lake SA, la sociedad titular del Lago Escondido.
Otras parcelas terminaron bajo control de Marcos Marcelo Mindlin, encargado de desarrollar la tercera turbina concebida por Lewis para su paraíso terrenal, y de Ana María Trianes, cónyuge de José Luis Martínez Pérez, supuesto allegado a los dos últimos. El loteo previsto, que debe aún aprobar el Concejo Municipal de El Bolsón, está en manos de Urruti y Asociados, siendo su agente en Bariloche la inmobiliaria Van Ditmar. Las transacciones habrían violado las normas vigentes y son investigadas por la justicia.
Nicolás Van Ditmar no asume haber intervenido en las operaciones y hace saber que Lewis es ajeno a este galimatías que crispa el mercado de bienes raíces en la apetecida Patagonia.