Apela Garzón sentencia que lo inhabilita

miércoles, 22 de febrero de 2012 · 15:08
MADRID (apro).- Baltasar Garzón solicitó hoy al Tribunal Supremo la nulidad de la sentencia de once años que le impuso por ordenar la intervención de las comunicaciones en prisión a la cúpula del caso Gürtel, la mayor trama de corrupción política de España que implica a miembros del gobernante Partido Popular (PP). “La sentencia es arbitraria, irrazonable y manifiestamente injusta” e incurre en “contradicciones internas insalvables”, dijo hoy el exjuez de la Audiencia nacional. En su alegato, Garzón sostiene que la sentencia ha “vulnerado la exigencia de imparcialidad subjetiva y objetiva exigible a todo órgano jurisdiccional”. Un día antes que el Consejo General del Poder Judicial celebre la reunión donde concretará su salida de la vida judicial, Garzón presentó el recurso por considerar la sentencia “gravísimamente errónea”. A través de un comunicado, el exjuez de la Audiencia Nacional sostiene que, en “la práctica”, la mayoría de estas demandas de nulidad “son desestimadas por los tribunales”, no obstante, debido al fallo que lo inhabilita de la carrera judicial, interpondrá dicho recurso de amparo ante el tribunal. Conocido a nivel internacional por sus actuaciones judiciales contra dictadores –como Augusto Pinochet—, terroristas –de ETA y Al Qaeda— y miembros del crimen organizado a nivel global, Baltasar Garzón se defiende diciendo que la condena del Tribunal Supremo es “por una acción que no se encuentra tipificada como delito en las leyes”. De acuerdo con las consideraciones que esgrime en su petición de nulidad, dice que se le condena por una acción que “no se encuentra tipificada como delito en las leyes”. Afirma también que dicha condena representan una “desnaturalización absoluta del Código Penal”, con un “grave quebranto de la seguridad jurídica”. Ni siquiera, sostiene, el Tribunal Supremo sopesó bien el concepto de la prevaricación –delito por el que se le condenó, que es tomar una decisión judicial a sabiendas que es injusta— en “aspectos esenciales del mismo”. Garzón dice que el delito de de prevaricación que se le aplica, esta construido “a la medida” para él. Sostiene: “La sentencia desnaturaliza por completo la excepcional figura de la prevaricación”. Baltasar Garzón afirma, asimismo, que, en los términos en que se determinó sentenciarlo, “supone la puerta abierta a cualquier juicio y condena por prevaricación por cualquier discrepancia jurídica seria de cualquier juez con el juez instructor y luego con la sala sentenciadora”. En su opinión, el tribunal prejuzgó su culpabilidad por el solo hecho de ser Baltasar Garzón. Sostiene: “La cuestión de la culpabilidad del acusado a la luz de consideraciones ajenas al acto del juicio, ya que de la lectura de la sentencia parece que incluso no se ha celebrado prácticamente juicio alguno o que de éste ha sido por completo irrelevante para la sentencia, que sigue literalmente el criterio de los autos del juez instructor”. En un duro comunicado, Garzón añade que la sentencia “vulnera la independencia judicial” porque “supone la criminalización de la posición jurídica contraria a la del tribunal superior”. El pasado 9 de febrero, Garzón fue expulsado de la carrera judicial con el fallo del Tribunal Supremo que le condenó a once años de inhabilitación por encontrarlo culpable del delito de prevaricación, por ordenar la intervención de comunicaciones de los jefes de la trama Gürtel, que utilizó dinero negro para corromper algunos cargos públicos del PP, en comunidades autonómicas y en el interior de este partido político de derechas. A Garzón se le sobreseyó el juicio por supuestamente obtener fondos de grandes empresas y bancos españoles que financiaron unos cursos en la universidad de Nueva York, pero tiene aún pendiente la sentencia por otro juicio, el de los llamados crímenes del franquismo, sobre los cuales él se declaró competente para enjuiciarlos.

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