Francia: Campañas online

viernes, 20 de abril de 2012 · 21:26
PARÍS (apro).- Los diez candidatos a la presidencia de Francia –cuyas elecciones se celebran este domingo 22-- no sólo llevaron a cabo los imprescindibles mítines, debates y entrevistas, sino que aprovecharon las herramientas en línea para movilizar a sus electores. Sin embargo, los internautas no se dejaron inundar por la propaganda virtual: mediante la práctica de la verificación de hechos (fact checking), sometieron a los candidatos a una exigencia de rigor y de transparencia jamás vista. En un país donde el 75% de los electores tiene acceso a Internet y donde uno de cada tres ciudadanos tiene una cuenta en la red social Facebook, los diez aspirantes a la presidencia francesa no podían dejar de lado la campaña online. Para el público francés, la red se ha convertido en la segunda fuente de información política, sólo después de la televisión. Compartir artículos, comentar noticias, consultar las páginas de los candidatos o sus videos se convirtió en una práctica diaria para millones de ciber-ciudadanos. Los partidos políticos entendieron la importancia de este vivero de electores potenciales al duplicar, en promedio, el presupuesto de campaña electoral para Internet en comparación con la contienda de 2007. “Tenemos conciencia de la importancia de la red”, afirma Romain Pigenel, uno de los responsables del sitio internet del candidato socialista François Hollande. El sitio afirma que “50% del contenido es participativo, como artículos en blogs, videos y dibujos”. “De los 20 millones de euros del presupuesto total para la campaña, 2 millones fueron dedicados a la red”, detalla Pigenel, en entrevista telefónica con Apro. Por su parte, el equipo de campaña del presidente Nicolas Sarkozy, candidato de Partido Unión por un Movimiento Popular (UMP), contrató a 12 jóvenes con promedio de edad de 26 años para hacer “ruido” en línea. Impulsó, entre otras iniciativas, el concepto de “caja de ideas”, ya experimentado en noviembre de 2009 durante el muy controvertido debate acerca de la “identidad nacional”. En esa ocasión, el Ministerio del Interior abrió una plataforma oficial para recibir los comentarios de los internautas. Alrededor de 10% de los comentarios fueron borrados debido a que eran xenofóbicos. Para el 2012 el equipo de campaña de Sarkozy abrió una plataforma en Facebook con el propósito de recibir las “ideas” de los ciudadanos. “Recibimos alrededor de 2 mil ideas, publicamos 500 de ellas”, explica Axel Calandre, miembro de dicho equipo de campaña, en cuya sede recibió al reportero. “Los diez internautas con las ideas más compartidas en Facebook ganaron una entrevista con la portavoz de Nicolas Sarkozy”, explica. Hecho notorio: en el sitio del candidato Sarkozy, los internautas sometieron a plebiscito la propuesta de legalizar el matrimonio para las parejas de mismo sexo, una reforma a la que se opone la derecha francesa. Marketing territorial Yves-Marie Cann, director de Estudios Políticos en el Instituto de Encuestas Públicas CSA, observa una diferencia de estrategia entre los dos principales candidatos. Según él, el equipo de Sarkozy privilegia la difusión de los logros de su quinquenio, mientras que el Partido Socialista busca movilizar una red de activistas. “Se hace marketing territorial. Es la verdadera novedad de 2012”, apunta Yves-Marie Cann, en entrevista con Apro. Y es que ambos candidatos han utilizado datos geográficos para establecer una cartografía de Francia. El sitio de campaña de Sarkozy, llamado La France Forte (Francia Fuerte), propone un mapa del territorio francés. Cada internauta puede hacer clic en el departamento de su elección para abrir una página sobre el “balance de la acción de Nicolas Sarkozy cerca de su casa”. Aparecen cifras detalladas de la evolución inseguridad, de las inversiones públicas y del balance social en cada uno de los 101 departamentos con los que cuenta Francia. La utilización de los datos geográficos de la abstención permitió al Partido Socialista dirigirse prioritariamente a las zonas donde los electores se movilizaron poco en 2007. “Internet permitió rejuvenecer el viejo método de la campaña electoral puerta a puerta que siempre hacían los socialistas”, explica Pigenel. El método es el siguiente: en cada zona de altos niveles de abstención, el Partido Socialista organiza sesiones de visitas a domicilio. Cada internauta puede saber dónde y cuándo ocurrirán para participar en ellas con los militantes del partido. “Con este método tocamos 2 millones de puertas”, afirma Pigenel, quien dice que este partido se fijó la meta de 5 millones de domicilios. Además, el Partido Socialista afirma que recaudó donativos por un monto de 600 mil euros a través del sitio Tous Hollande. Batalla en las redes Sin embargo, el impacto de estos sitios en internet es por el momento limitado. Según los propios equipos de los candidatos, la frecuencia diaria de visitas es de alrededor de 10 mil. El verdadero efecto multiplicador lo generan los correos electrónicos y las redes sociales. El equipo de campaña de Sarkozy afirma tener una lista de 900 mil contactos, mientras el Partido Socialista (PS) afirma disponer de una base de correos electrónicos de 700 mil personas. Un verdadero tesoro de guerra que el PS constituyó durante su elección interna en otoño de 2011. La batalla se libra sobre todo en Facebook y Twitter: ahí miden el número de seguidores de las cuentas de los respectivos candidatos, lanzan frases de 140 caracteres para desprestigiar a sus adversarios, cubren en vivo y de manera masiva los mítines para dominar los “temas de moda” (trending topics) que aparecen en portada de Twitter; o simplemente difunden ideas sin el prisma de la prensa. Estas redes permiten a los candidatos comunicarse directamente con decenas de miles de ciudadanos. Una manera también de desviar las muy estrictas reglas del Consejo Superior para el Audiovisual francés, que exige que las televisoras y las radios dediquen exactamente el mismo tiempo de exposición mediática para cada uno de los diez candidatos de esta elección. Con más de 600 mil seguidores en su cuenta de Facebook, Sarkozy es el político francés que tiene más éxito en la red social utilizada por cerca de 30% de los franceses. Mientras la página de su principal contrincante, François Hollande, se limita a una compilación de sus apariciones en los medios de comunicación, la de Nicolas Sarkozy agrupa la serie de reformas que emprendió durante su mandato, y también otros grandes acontecimientos políticos y sociales que marcaron al país, como la entrada en vigor del euro o la copa mundial de futbol de 1998. De los detalles personales de la vida del presidente, los internautas no sabrán nada ni tampoco de los escándalos que marcaron su mandato. La página solamente indica la fecha de nacimiento, 1955, y el nombre de su esposa, Carla Bruni-Sarkozy. Contrariamente a la de Enrique Peña Nieto, candidato del Partido Revolucionario Institucional, donde aparecen fotos de su primera comunión y de su primer auto. “Fact checking” Algunas prácticas de los partidos políticos, muy lejanas del espíritu colaborativo y de diálogo de la Red, desataron polémica. En septiembre de 2011, durante la elección interna del Partido Socialista, el equipo de apoyo a Hollande utilizó una aplicación que convierte en robots a los usuarios de Twitter. Mediante un simple clic, se les solicitaba a los usuarios “apoyar a François Hollande”. De aceptar la propuesta, el usuario ponía su cuenta a disposición del equipo para retomar automáticamente algunos mensajes. “Hoy no hemos vuelto a utilizar esta función que estaba destinada a los más fanáticos, pero la gente lo hace sin que se le pida”, comenta Pigenel. Más polémica todavía fue la llegada de Sarkozy a Twitter. Al abrir una cuenta oficial, su equipo obtuvo de la compañía Twitter, basada en Estados Unidos, el cierre de una decena de cuentas. Algunas, como “@_NicolasSarkozy”, podían “inducir a la gente a error”, argumentó la dirección de Twitter en un comunicado. Sin embargo, algunas organizaciones –entre ellas Internet Sin fronteras—señalaron que ello fue un acto de censura dado que algunas cuentas de Twitter satíricas o contra Nicolas Sarkozy fueron también cerradas. Para una clase política poco acostumbra a la crítica y al debate, el riesgo de verse desbordado por las diversidad de opiniones de información que fluye en la red es grande. La principal innovación de esta campaña es la generalización de la revisión de las declaraciones de los candidatos. Cifras, fechas, hechos y promesas son sometidos a la regla del método llamado “fact checking”, es decir de la revisión detallada para detectar imprecisiones o mentiras flagrantes. Esta práctica fue popularizada por el sitio estadunidense Politifact, ganador del prestigioso premio Pullitzer en 2009, por haber revisado 750 declaraciones políticas durante la carrera presidencial de Estados Unidos en 2008. En 2012, gran parte de los medios electrónicos franceses abrieron también semejantes secciones. Y con éxito, ya que el tema de la crisis económica y financiera europea suscitó peleas de cifras entre los candidatos. El portal en línea del diario Liberation propone una rúbrica Pinnochio y el sitio de noticias Owni y el canal de información continua Itélé unieron sus fuerzas para crear el Véritomètre (medidor de la verdad) y atribuir calificaciones a los candidatos. De 1037 citas revisadas, 379 fueron consideradas como “correctas”, 385 “incorrectas” mientras que las otras son “imprecisas”, indican los periodistas del portal. Por ejemplo, la candidata de la ultra derecha Marine le Pen afirmó que Francia “es el país que recibe más migrantes en Europa”. Pero el dato es falso ya que Reino Unido, España e Italia se ubican delante de Francia en materia de inmigración, apuntan los autores del Véritomètre, poniendo así en entredicho la existencia de una “ola incontrolada” de migrantes que se desplegaría en Francia, tal y como lo repite el Frente Nacional. El propio Sarkozy fue agarrado in flagranti al decir varias veces que había ido a Fukushima, la ciudad de Japón donde, tras un terremoto y un Tsunami, se produjo una catástrofe nuclear el 11 de marzo de 2011. El presidente esgrimía este argumento para probar su supuesto conocimiento de la catástrofe, y por oposición, exponer el amateurismo del candidato socialista. Según el observador de opinión política, Yves-Marie Cann, el fact checking constituye una nueva coacción para los candidatos porque les incita a ser más rigurosos con los datos y las cifras. “Esto es un beneficio para el debate público”, considera. Pero advierte del riesgo que hace pesar en la vida política: “no debe abrir la puerta para reforzar la desconfianza de los electores hacia sus representantes. Debe sanear el debate, pero no esterilizarlo”, concluye.

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