MÉXICO, D.F. (apro).- Las campanas del Vaticano y de todas las iglesias de Roma repicaron al unísono este jueves para marcar el fin del pontificado de Benedicto XVI, quien antes de partir hacia la residencia de Castelgandolfo prometió “obediencia incondicional" a su sucesor.
A primera hora de la mañana, el máximo líder de la Iglesia católica se despidió personalmente de los cardenales presentes en la Santa Sede, que a partir del próximo 4 de marzo iniciarán sus reuniones para elegir al nuevo Papa.
En un discurso inesperado, Benedicto XVI pidió a los llamados “príncipes” de la Iglesia que dejen de lado sus diferencias cuando elijan a quien lo sucederá en el pontificado.
Asimismo, instó a los cardenales a trabajar unidos, de manera que el Colegio de Cardenales sea "como una orquesta" donde, añadió, se puedan lograr "el acuerdo y la armonía", pese a la diversidad de opiniones.
Agregó que rezará por los cardenales en los próximos días mientras eligen a su sucesor.
"Entre ustedes también está el futuro Papa, a quien yo prometo mi reverencia y obediencia incondicional", dijo Benedicto XVI en su discurso final.
Después del mediodía se despidió de sus colaboradores en el Patio de San Dámaso de la Guardia Suiza y enseguida se trasladó en automóvil al helipuerto del Vaticano.
Luego de su arribo a Castelgandolfo, 15 minutos más tarde, se asomó al balcón de la residencia para saludar a las decenas de fieles allí reunidos, a quienes aseguró que este día es distinto de otros, “después seré un simple peregrino que comenzará la última etapa de su camino. Mi amor, mis rezos y mi corazón siempre estarán para el bien de la Iglesia. Me siento apoyado por su entusiasmo y amor, gracias y buenas noches".
A las 13:00 horas (8 de la noche hora de Roma), Benedicto XVI dejó de ser Papa y la Guardia Suiza en la entrada de Castelgandolfo dejó su simbólico puesto.
Repican las campanas de Roma y del mundo
En el momento en que el helicóptero que llevó a Benedicto XVI a Castengandolfo emprendió el vuelo, no sólo sonaron las campanas de las iglesias de Roma, también repicaron las de la catedral de la Almudena de Madrid y de otras ciudades españolas.
En Alemania, donde nació Joseph Ratzinger y donde hay 25 millones de católicos, también sonaron las campanas de las iglesias católicas.
Además, se realizaron misas extraordinarias en un gran número de templos religiosos, como en la catedral católica de Santa Eduvigis de Berlín, donde los fieles oraron por el Papa alemán en el momento de su retiro.
Francia rindió un homenaje de despedida a Benedicto XVI con dos grandes misas, una en París, oficiada por el arzobispo André Vingt-Trois, y la otra en Lyon.
Los fieles polacos agradecieron hoy el pontificado de Benedicto XVI con una oración conjunta y celebraciones religiosas en las principales iglesias del país.
En América, el continente con mayor número de católicos en el mundo, las campanas de la Catedral Metropolitana de la capital mexicana sonaron 60 veces.
Las parroquias de la Archidiócesis de Asunción, Paraguay, hicieron repicar sus campanas como signo de gratitud por el pontificado de Benedicto XVI, en tanto que la archidiócesis de Sao Paulo celebró una misa en la Catedral de Sé, en el corazón de la ciudad, oficiada por el obispo auxiliar Tarcísio Scaramussa.
En Río de Janeiro, ciudad que acogerá en julio próximo la Jornada Mundial de la Juventud, a la que se espera la presencia del nuevo Papa, se celebró el pasado viernes una misa de acción de gracias para Benedicto XVI.
En el Reino Unido, el arzobispo de Liverpool, Patrick Kelly, ofició una misa en la catedral de la ciudad inglesa a la misma hora que Ratzinger renunció a su pontificado.
La Catedral de la Inmaculada Concepción de Moscú, el principal templo católico de Rusia, también celebró una misa en ruso dedicada a Benedicto XVI.
En tanto, el patriarcado de la Iglesia católica Maronita en Bkerke (el Líbano) pidió a los fieles encender una vela en el balcón de sus casas y los animó a seguir por televisión el último día del pontificado de Benedicto XVI.
Las iglesias latinas en el Líbano celebraron un rezo especial en honor al Papa en la última misa del día.