Siria e Irak: Los mercenarios británicos

viernes, 28 de noviembre de 2014 · 22:50
LONDRES (apro).- "Esta no es una guerra religiosa ni una guerra racial, es una guerra del bien contra el mal, es de una simplicidad magnífica". Así describieron dos “mercenarios” británicos en su cuenta de la red social Facebook su participación armada en el conflicto bélico contra los yihadistas del Estado Islámico (EI) en Siria e Irak. "No podemos seguir de brazos cruzados mientras hombres, mujeres y niños inocentes son torturados y masacrados por el EI, y la comunidad internacional se queda sin hacer nada y observa desde el lujo de sus oficinas o sus tanques desde la colina", agregaron en los comentarios escritos en el sitio durante el 5 y el 20 de noviembre. Cada vez más "mercenarios" británicos a sueldo se suman a las filas de combatientes occidentales que deciden viajar a Siria e Irak para luchar contra el creciente número de fuerzas yihadistas del EI, las cuales contarían con al menos con 2 mil británicos musulmanes. Entre ellos se encuentra el inglés James Hughes, de 26 años y oriundo del condado de Worcestershire, quien se trasladó a Rojava (norte de Siria) para ayudar a defender la ciudad atacada de Kobani. A través de su cuenta personal de Facebook, Hughes dijo ser un "mercenario de facto" que lucha para las unidades de protección del Pueblo Kurdo o YPG, en sus siglas en inglés. El exsoldado británico había combatido en el pasado tres veces en Afganistán, pero dejó el Ejército inglés este año luego de cinco años en servicio. Junto a él se encuentra el británico Jamie Read, de 24 años y del condado escocés de Lanarkshire, quien en su página de Facebook dijo que tras entrenarse con el Ejército francés, está luchando contra yihadistas del EI en Siria. En uno de los comentarios manifestó que a mediados de noviembre se enfrentó a balazos con yihadistas. Por el momento se desconoce cuánto dinero reciben estos “mercenarios” británicos para luchar con las fuerzas kurdas contra los yihadistas, o qué tipo de entrenamiento han recibido. Lo cierto es que tanto Hughes como Read son propietarios de una empresa privada de seguridad en Gran Bretaña y prefieren decir que no son “mercenarios” sino más bien “voluntarios” en la batalla "del bien contra el mal". La Policía Metropolitana de Londres confirmó por su parte en su sito web que investiga el paradero de una joven de 17 años oriunda del barrio de Haringey, al norte de Londres, quien viajó a mediados de este mes a través de la red ferroviaria Eurostar vía Bélgica con destino a Siria, y quien se habría convertido en la primera británica en combatir como "mercenaria" contra el EI. Los agentes investigan si la adolescente, de descendencia kurda, planea ofrecer asistencia humanitaria o se sumó a las filas de la Unida de Defensa de Mujeres, que batalla contra las fuerzas del EI en Kobani. Además, otros dos británicos, ambos residentes en Londres, murieron este mes mientras trataban de defender Kobani del avance de los yihadistas. Ambos exsoldados habrían viajado para sumarse como "mercenarios". Abu Abdullah al-Habashi, de 21 años, y Abu Dharda, de 20, murieron al sumarse a las filas del YPG, que sólo en Kobani ha perdido más de 300 combatientes. Tanto Hughes como Read sirven con el YPG, que recibe asistencia financiera, logística y militar de Estados Unidos y de la coalición internacional, como también de las fuerzas kurdas peshmergas. Los mercenarios británicos habrían sido reclutados a través de un ciudadano estadunidense llamado Jordan Matson, en representación de los "Leones de Rojava", que está organizado por el YPG y cuya página de Facebook exhorta a jóvenes a sumarse a sus filas y ayudar "a enviar a los terroristas al infierno y salvar a la humanidad del EI". Matson, quien resultó herido en un combate armado contra los yihadistas, confirmó que Hughes y Read están junto a él. En su página de Facebook, Read afirma que ha estado combatiendo en el norte de Siria. El británico habría arribado a la región en las últimas semanas, luego de haberse sometido a sesiones de entrenamiento en octubre pasado en la República Checa. En otro mensaje en Facebook, fechado el 5 de noviembre, Read escribió: "Todo parece que el trabajo duro ha dado sus frutos, recibí buenas noticias, la mayoría de ustedes sabe lo que estoy haciendo, pero para aquellos que no, deberán esperar. No puedo decirlo aquí, pero todo lo que puedo decir es que la semana próxima estaré viviendo mi sueño". Junto al mensaje aparece una imagen de Read acompañado por Matson, ambos vestidos con traje de combate. El activista de derechos humanos kurdos Mark Campbell afirmó el 22 de noviembre al dominical The Observer que está al tanto de que Read y Hughes se enrolaron con el YPG en Rojava, que otros kurdos en Gran Bretaña están ahora viajando a Siria e Irak para combatir contra el EI. Aman Banigrad, del Centro Comunitario Kurdo de Londres, confirmó que algunos de esos británicos "viajan por razones humanitarias, pero otros están yendo al frente de combate junto al YPG. “Hay gente que ha resultado muerta, uno de nuestros integrantes perdió un primo luchando en Kobani hace dos semanas", afirmó Banigrad al Observer. Fuentes kurdas estiman que decenas habrían partido de Gran Bretaña con destino a Oriente Medio, y “un número no identificado” de personas murieron en acción. El Ministerio del Interior británico confirmó por su parte que no cuenta con un listado de ciudadanos británicos que combaten junto a los kurdos en Irak y Siria, aunque sí indicó que al menos 500 británicos habrían viajado a esos países para sumarse a las filas del EI. Sir Edward Garnier QC, exdefensor general del Reino Unido, sostuvo que los “mercenarios” británicos podrían terminar en un limbo legal y enfrentar cargos de asesinato a su regreso. Garnier explicó que esos combatientes serían entrevistados por la Policía en caso de regresar al país. "Estamos en medio de una zona muy gris, principalmente porque no sabemos suficiente acerca de lo que están haciendo allá", explicó el jurista a la radio 4 de la BBC. "El Reino Unido está tratando de defenderse del EI. Pero combatientes a sueldo no están luchando en representación del Reino Unido. Podrían terminar siendo culpables de asesinatos u otros crímenes, o tal vez de ningún delito”, agregó. No sólo británicos y kurdos están viajando a Siria e Irak, también se habrían sumado a las armas contra las milicias del EI ciudadanos europeos, estadunidenses y canadienses. Una mujer de Canadá, Gill Rosenberg, de 31 años, fue identificada este mes como la primera mujer extranjera en sumarse a las filas kurdas para combatir a los yihadistas en Siria. Por su parte, el primer ministro británico, el conservador David Cameron, se apresuró a afirmar que existe una “diferencia fundamental” entre aquellos que luchan junto a los kurdos, y los que lo hacen por el EI. Aunque el Ministerio del Interior británico sostiene que participar de un conflicto en el extranjero puede ser un delito bajo las leyes antiterroristas del Reino Unido, clarificó que "La ley británica contiene disposiciones para lidiar con diferentes conflictos de distintas formas: combatir en una guerra extranjera no es automáticamente un delito, pero dependerá de la naturaleza del conflicto y de las actividades de cada individuo en particular". Cuando Cameron fue preguntado en septiembre cómo serían identificados los “voluntarios” que se sumaban a las filas de los kurdos y los combatientes del EI que regresaban al Reino Unido, el Primer Ministro dijo que "agentes de frontera, policías y los servicios de Inteligencia altamente entrenados" lograrían diferenciar entre “los extremistas” y aquellos que luchaban contra ellos. El anuncio acerca de que habría “mercenarios” británicos que viajaron a Siria e Irak se conoce justamente cuando el gobierno británico anunció en el Parlamento un polémico proyecto de ley para reforzar las medidas antiterroristas y darle más poderes a la Policía con el fin de detener y quitarle pasaportes a aquellos que viajen a combatir en el extranjero. La ministra del Interior, la conservadora Theresa May, que se puso al frente del borrador legislativo, confirmó el pasado 23 de noviembre en una ponencia en el centro de Londres que como parte del proyecto, la Policía lanzará una campaña nacional para concientizar a la población a ayudar a combatir el terrorismo, una amenaza que según ella está creciendo a niveles nunca antes vistos en el Reino Unido. Al menos 6 mil personas en escuelas, universidades, aeropuertos, centros comerciales, cines y granjas del Reino Unido recibirán información detallada de parte de agentes antiterroristas, acerca de cómo detectar a “lobos solitarios” que pudieran lanzar atentados. Otras medidas incluyen cancelar los pasaportes de sospechosos que viajen al extranjero para combatir junto a extremistas, obligar a escuelas, colegios y prisiones a trabajar para prevenir el terrorismo y forzar a las empresas proveedoras de telefonía o servicios de Internet a entregar información privada de usuarios a la Policía para poder identificar qué persona utilizó cierta computadora o teléfono celular en determinado momento. También se buscará prohibir a los yihadistas británicos a regresar al país por hasta dos años, e impedir que las aseguradoras paguen costos por rescates a terroristas para la liberación de rehenes secuestrados. Por su parte, el jefe de la estrategia antiterrorista de Gran Bretaña, el asistente del Alto Comisionado para Scotland Yard, Mark Rowley, afirmó ese mismo día a la radio 4 de la BBC, desde la sede de la Policía Metropolitana, que las fuerzas policiales por sí solas "no pueden combatir" la amenaza del terrorismo en el país. "En lo que va del año hemos desbaratado varios complots de ataque y efectuamos 271 arrestos, pero los ojos y oídos de las fuerzas de seguridad no pueden combatir solas la amenaza terrorista", agregó. Rowley sostuvo que la amenaza que presentan los extremistas violentos "ha evolucionado". "Ya no es un problema que surge de países como Irak y Afganistán, sino que está en nuestro país, en nuestras comunidades, de personas radicalizadas a través de imágenes y mensajes que leen en las redes sociales. Estas personas están ahora preparadas para matar por su causa", concluyó.

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