Pacientes psiquiátricas en la India "son tratadas peor que animales": HRW
MÉXICO, D.F. (apro).- La organización Human Rights Watch (HRW) aprovechó hoy la celebración del día de las personas con capacidades diferentes para publicar un reporte en el que señaló la terrible situación que viven las mujeres y niñas con trastornos mentales en la India, ya que muchas de ellas fueron internadas a la fuerza en instituciones psiquiátricas, las cuales tienen más semejanzas a una cárcel que a hospitales.
En el informe, Tratadas peor que animales, HRW destacó que India sólo cuenta con tres psiquiatras por cada millón de habitantes, ya que tanto a nivel legislativo como cultural dicha población sufre de terribles estigmas, y en particular las mujeres y niñas, sobre quienes se enfoca el informe.
Así, según la ley india una persona de “mente insana” tiene prohibido el matrimonio, así como la adopción o la herencia. La legislación autoriza a los policías a detener a cualquier persona que parezca sufrir de un trastorno mental en la calle.
HRW recogió los testimonios de varias mujeres quienes fueron detenidas y golpeadas por policías por su aparente demencia. Luego las llevaron a hospitales mentales.
“Mucha gente piensa que las discapacidades psicosociales o intelectuales son resultado de pecados pasados, de una maldición o de la posesión por un espíritu”, abundó HRW.
La madre de una adolescente afectada narró: “Aún ahora, la gente me dice ‘Eres tan buena, ¿Por qué tuviste una hija como aquélla?’”, mientras que un integrante de una institución aseveró que los propios familiares de personas con trastornos mentales los abandonan en los hospitales y entregan datos erróneos para que los médicos no los devuelvan a sus hogares.
En un caso que documentó la organización, el esposo de una mujer aseveró a médicos que su pareja padecía de un trastorno psicológico. Algún día, tres personas ingresaron a su casa y, bajo el pretexto de realizarle una vacuna contra el dengue, la drogaron y la llevaron al instituto psiquiátrico, donde permaneció durante un mes. Luego se percató de que al tacharla de “demente”, su esposo quería divorciarse sin desembolsar un peso.
Debido a la discriminación que sufren las personas con trastornos mentales, el propio personal de salud no se especializa en psiquiatría. Una guardia nocturna de una institución psiquiátrica declaró: “Mi hermana se preocupa de que no me case porque trabajo con personas dementes”.
“La gente me ha dicho: ‘¿Por qué gastas tanto tiempo con ellos? Deberías apuntarles con una pistola. No contribuyen, son una carga para la sociedad”, reveló el integrante de una organización a HRW.
Según un psiquiatra indio, la esperanza de vida de las personas con discapacidad mental en India es de 15 años inferior al promedio nacional, y las propias autoridades médicas rechazan atribuirles camas en los hospitales públicos. “Por favor, piense si va a aportar algo en su vida al proporcionarle el tratamiento”, le dijo un médico una vez.
El gobierno indio únicamente dedica 0.06% de su presupuesto de salud a las personas con trastorno mental, mientras que los datos no oficiales sugieren que más de 187 millones de indios viven con un padecimiento de este índole –contra 1.5 millones, según el gobierno–.
Resulta de lo anterior, según HRW, que las instituciones de salud mental se encuentran atascadas por el número de residentes, quienes viven en pésimas condiciones de higiene y bajo la supervisión de un personal médico sin formación.
Ese personal obliga a las mujeres a ingerir sedativos, a veces mediante el uso de la fuerza, atestiguó HRW. Asimismo, proporciona a algunas pacientes terapia mediante dolorosos electrochoques, a veces sin anestesia, y esto sin el consentimiento de las internadas.
“Dije al doctor que ya no aguantaba los choques, ya no puedo más. Le dije otra vez hoy pero aún así recibí choques. ¿No se sentirá mal si le digo otra vez, o sí? A raíz de los choques, mi memoria está desapareciendo”, reveló una interna a HRW.
Los médicos utilizan el terror que inspira el electrochoque para forzar a sus pacientes a ingerir los sedativos, abundó HRW.
Además, varias mujeres denunciaron que el personal de las instituciones las pega con bastones cuando no obedecen órdenes, cuando no pueden interactuar o cuando emiten el deseo de abandonar la institución.
Según el reporte, durante sus visitas en instituciones psiquiátricas los visitadores de HRW atestiguaron que las mujeres no soportaban sus condiciones de vida y les imploraban: “Envíenme a casa” o “lléveme con ustedes”.
Las mujeres no tienen ninguna actividad para ocuparse, reveló HRW, lo que instaura un profundo aburrimiento que, a su vez, amplifica los casos de depresiones. Las pacientes “pasan sus días sin hacer nada más que dormir y errar sin objetivo”.
Así, HRW pudo constatar que en el mayor hospital para discapacitados mentales en Asia sólo existían 25 baños insalubres para más de mil 800 pacientes, y que la “defecación en el exterior es la norma”; y documentó que en los seis primeros meses de 2014 fallecieron 24 internas.
También reportó que la mayoría de las mujeres con las que pudo platicar estaba infestada de piojos. Pero en vez de proporcionar a las pacientes shampoo para eliminarlos, el personal les rapa el cabello.