MÉXICO, DF (apro).- Una semana después de que el primer ministro Benjamín Netanyahu despidiera a dos de sus ministros “centristas” y se acercara al ala más radical de la derecha, el Parlamento israelí votó hoy su disolución y convocó a elecciones anticipadas para marzo próximo. El martes 2, Netanyahu rompió su coalición gubernamental al deshacerse de sus ministros de Finanzas y Justicia, Yair Lapid y Tzipi Livni, respectivamente, acusándolos de haber fomentado un “golpe de Estado” en su contra. Enseguida afirmó que “no tolerará ninguna oposición en su gobierno”. Los dos ministros habían criticado de manera pública la política colonialista del primer ministro, así como su proyecto de definir a Israel como el “Estado-nación del pueblo judío” en sustitución del “Estado judío y democrático”, tal como lo plantea la actual Constitución. Este texto pretende reservar los derechos colectivos y los símbolos nacionales a los judíos, y sólo dejar los derechos personales a la población árabe, que representa aproximadamente 20% de la población israelí. Al romper definitivamente su relación con Hatnuah y Yesh Atid, los partidos del centro, de los que forman parte los dos exministros, resulta probable que Netanyahu y su partido, el Likud, estrechen más aún sus lazos con las facciones de ultraderecha, entre las cuales Israel Beitenou y Hogar Judío favorecen la extensión de las colonias judías en los territorios palestinos. Sin embargo, según una encuesta que publicó el Jerusalem Post el viernes anterior, cerca de 60% de los israelíes contestó que no quería que Netanyahu permaneciera como primer ministro después de los próximos comicios.