Razones políticas detrás de canonización de Juan Pablo II, acusan expertos
MÉXICO, D.F. (apro).- La canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII el próximo domingo 27 de abril está impulsada por razones políticas más que religiosas, coincidieron sacerdotes, exlegionarios de Cristo y teólogos.
En conferencia conjunta como parte del Observatorio Eclesial, coincidieron en que la ceremonia de canonización será histórica “por tratarse de dos personajes claramente antagónicos, representantes de dos modelos de iglesias a todas luces opuestos, y porque la ‘santidad’ de uno de ellos, la del papa polaco, está en el telón de juicio de la iglesia contemporánea, ya que al amparo de su pontificado ocurrió el mayor número de casos de pederastia clerical conocido hasta ahora en toda la historia del catolicismo”.
José Barba --exlegionario de Cristo y quien desde 2007 ha denunciado públicamente los abusos sexuales cometidos por el líder legionario Marcial Maciel contra él y otros siete seminaristas--, acusó que El Vaticano se ha “lavado las manos” con la negativa de saber de los casos de pederastia y, al mismo tiempo, ha brindado protección a los curas abusadores. “Hay una sistemática voluntad de no saber”, aseguró.
Al cardenal Norberto Ribera y al exobispo Onésimo Cepeda, el exlegionario los señaló como “encubridores” de su victimario por hacer caso omiso de las denuncias.
José Marroquín, sacerdote jesuita y director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro, aseguró que la iglesia católica ha obstaculizado la rendición de cuentas y las críticas con la intención de esquivar la atención a los casos de pederastia.
Carlos Fazio, analista político, consideró que durante su pontificado tal vez Juan Pablo II no controlaba todo lo que sucedía en El Vaticano; sin embargo, aseguró que junto a “su jefe de la inquisición”, el entonces cardenal Ratzginger, sí conocía lo que pasaba al interior de la iglesia, en particular las denuncias pederastas en contra del líder de los Legionarios de Cristo.
Maricarmen Montes, del Observatorio Eclesial, criticó el “show” de las televisoras previo a la ceremonia de canonización y el hecho de que sólo se resalte la figura del llamado “papa viajero” y se ignore la vida de Juan XXIII. Incluso, acusó que con estas transmisiones se intenta desviar la atención de los ciudadanos en torno a la discusión de las reformas en materia de telecomunicaciones, energética y política.
A decir del Observatorio Eclesial, la doble canonización es leída “como una estrategia del papa Francisco para atenuar el fervor exacerbado hacia Juan Pablo II, cuando han salido a la luz las sombras de su pontificado”.
Más: “Detrás del interés espiritual de poner a una persona como modelo a seguir en la iglesia, la canonización entraña también intereses políticos, sociales e inclusive económicos”.
Ayer, Bernardo Barranco, investigador especialista en el tema de la iglesia católica, publicó un artículo en La Jornada, titulado “La canonización de Estado de Juan Pablo II” en el que llamó la atención de “la dimensión política de las canonizaciones pontificales”.
El especialista aseguró: “Tanto en la canonización de Juan pablo II como en la de Juan XXIII, se infringieron las normas. En el caso del papa Wojtyla, Benedicto XVI decidió no esperar los cinco años de su muerte para iniciar el proceso canónico. Y en el de Roncalli, Francisco decidió no presentar el segundo milagro para santificarlo. En ambos casos no sólo se brincaron las pautas, sino que hubo prisa. Pone de manifiesta la falta de rigor de la Congregación para las Causas de los Santos, de la que tanto presume su prefecto, el cardenal Angelo Amato. Es evidente para todos que Francisco optó por una inédita doble canonización de pontífices como una medida política de contrapesos”.