Reprime policía turca a manifestantes que exigen la dimisión del primer ministro
MÉXICO, D.F. (apro).- Con gases lacrimógenos y balas de caucho, la Policía de Turquía reprimió este viernes la protesta de miles de manifestantes que exigen la dimisión del primer ministro islamista conservador Recep Tayyip Erdogan, a quien acusan de negligencia en el caso del accidente minero en Soma, el pasado martes 13, con saldo de 300 muertos.
La cólera de los manifestantes se exacerbó después de que en la prensa turca circuló una imagen en la que se observa a un asesor de Erdogan dando una patada a un manifestante que había sido inmovilizado en el piso por dos militares.
Las protestas iniciaron el pasado miércoles –un día después de la tragedia– en varias ciudades del país, entre ellas su capital, Ankara, y Estambul, y la visita del primer ministro a Soma generó un gran descontento.
De acuerdo con un despacho de la agencia AFP, entre gritos de “asesino”, decenas de civiles le tiraron piedras y atacaron su vehículo. Y es que antes de arribar a la ciudad donde se registró la explosión, Recep Tayyip Erdogan dijo a la prensa que los accidentes ocurren “en todas partes del mundo” y desdeñó las críticas contra su administración.
De acuerdo con corresponsales extranjeros, la prensa turca enfureció cuando, en un intento por minimizar la tragedia, el primer ministro citó varias catástrofes mineras ocurridas en los siglos XIX y XX.
“Tomen Estados Unidos y toda su tecnología… en 1907, 361 mineros fallecieron. Son cosas habituales”, apuntó.
La muerte de los mineros ocurre en el peor momento para Recep Tayyip Erdogan: Hace tres semanas el Partido de la Justicia y del Desarrollo (AKP, por sus siglas en turco), al que pertenece el primer ministro, impidió que el Parlamento turco formara una comisión para inspeccionar y fiscalizar las minas en el país. Y ayer los sindicatos llamaron a una huelga general.
Sobre los 18 desaparecidos que contabilizó el gobierno tras la tragedia, un minero confió al periódico británico The Guardian que en la mina “hay mucho más de 18 cuerpos atrapados”.
“Asesinato”
La compañía extractora de carbón, Soma Kömür, rechazó cualquier responsabilidad en el accidente, y consideró que una explosión de pólvora provocó la “increíble tragedia”.
El director de la minera, Alp Gürkan, dijo que la compañía respetó todas las consignas de seguridad, y desechó que la explosión hubiera sido causada por un cortocircuito en un transformador, como se dijo inicialmente.
Hace dos años, de acuerdo con AFP, el mismo Gürkan presumía haber reducido los costos de producción de 130 a 24 dólares por tonelada en su mina de Soma.
Por separado, The Guardian informó que en algunas de las pancartas que portaban los manifestantes se leía: “No fue un accidente, fue un asesinato”.
Muchos de ellos, según el rotativo, acusaron al gobierno turco de haber concesionado las minas a grupos privados, que a su vez subcontrataron a otras empresas para realizar diversas tareas, sin tomar en cuenta las condiciones laborales de los mineros.
“No existía nada de seguridad en esta mina. Los sindicatos son puros títeres y la dirección sólo piensa en su dinero. Hay gente muriendo ahí dentro, heridos, todo esto por historias de lana”, dijo a Reuters un trabajador.
Y más: el periódico británico dio a conocer un reporte publicado por la Cámara Turca de Arquitectos e Ingenieros en 2010, en el que se advertía sobre las graves deficiencias en la seguridad de las minas de Soma.
Según AFP, en Turquía se explotan más de 7 mil minas en las que laboran más de 120 mil empleados.