Niños migrantes, un problema de seguridad para EU: Biden
MÉXICO, D.F., (apro).- El gobierno de Estados Unidos anunció una ayuda de 253.6 millones de dólares para Guatemala, El Salvador y Honduras, e informó que enviará a 150 agentes a Valle del Río Grande, en el sur de Texas, para controlar el flujo de migrantes.
El vicepresidente estadunidense, Joseph Biden, detalló que de los 253.6 millones de dólares, 9.6 millones se destinarán para la reinserción de los migrantes que sean repatriados y el resto (244 millones) para programas de desarrollo social y seguridad en la zona.
De visita oficial en Guatemala, donde se reunió con funcionarios de la región –entre ellos el secretario de Gobernación mexicano, Miguel Ángel Osorio Chong--, para analizar el creciente número de menores que viajan solos y de manera ilegal a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades de vida, Biden señaló que la migración ilegal de los infantes es “un tema humanitario” y que el problema es compartido entre su país, México y Centroamérica.
“Estados Unidos reconoce que el flujo de chicos y muchachos ha acrecentado un peso y (es) un peligro enorme en seguridad y en materia económica”, subrayó en conferencia de prensa.
Por separado, el secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, afirmó que el gobierno de Barack Obama busca toda opción posible para responder a una multitud de migrantes que está cruzando la frontera sin autorización en el sur de Texas, por lo que enviarán más agentes a la frontera con México para ayudar a manejar el flujo de niños indocumentados que ingresan al país, en su mayoría provenientes de Centroamérica.
Unos 150 agentes experimentados fueron enviados desde zonas menos activas al Valle del Río Grande, y otros 150 se les unirán a partir de una revisión de las operaciones en la región de la última semana, dijo Johnson, en un testimonio preparado para una audiencia en el Congreso este martes.
En el año fiscal que culminó en septiembre de 2013, los agentes estadunidenses encontraron a más de 24 mil niños sin acompañante en la frontera sur del país.
Desde octubre de 2013 y hasta mediados de junio de este año aumentaron a más del doble, superando los 52 mil, y las autoridades han estado evaluando cómo lidiar mejor con la crisis.
“Estamos hablando de grandes cantidades de niños sin sus padres que han llegado a nuestra frontera hambrientos, sedientos, exhaustos, asustados y vulnerables. Cómo tratamos a los niños, en particular, es un reflejo de nuestras leyes y nuestros valores”, manifestó Johnson en su testimonio.