Tíbet: Inmolaciones ante la desesperanza

viernes, 26 de septiembre de 2014 · 19:53
MÉXICO, D.F. (apro).- Fuerzas de seguridad chinas disparan contra una manifestación pacífica en el pueblo tibetano de Shukpa, prefectura de Kardze. El saldo: un muerto, varios heridos. Momentos antes, un centenar de personas exigía la liberación del líder comunitario Wangdak, quien tuvo que recibir junto a su pueblo a funcionarios del gobierno chino que visitaban el lugar. Wangdak interpuso una queja contra los funcionarios chinos por molestar a las mujeres que integran el grupo de la danza tradicional del pueblo. Después, convocó a una carrera de caballos y un rezo tradicional, prohibidos por el gobierno. El líder fue detenido la medianoche del lunes 11 de agosto. Cinco días después –17 de agosto-- un joven de nombre Lo Phelsang se suicidó en protesta por falta de atención médica. También, ese mismo día murió otro joven de 22 años por heridas. Tres días después morían dos personas más. Dos centenares y medio de efectivos militares chinos se mantuvieron en el pueblo. La comunicación fue cortada. Los hechos solamente fueron narrados mediante portales como FreeTibet. Casi un mes después, frente a una estación de policía de la ciudad de Tsoe, al noreste de China, Lhamo Tashi, un joven tibetano de 22 años, se prendió fuego como lo hiciera el tunecino Mohamed Bouazizi en la antesala de los levantamientos árabes del 2011. El cuerpo de Tashi fue cremado por la policía china para después devolverlo a su familia sin explicaciones. El día del sacrificio de Tashi, el nuevo presidente y secretario general del Partido Comunista Chino, Xi Jinping, hacía su primera visita a la India. La inmolación de Lhamo Tashi es la número 132 desde el 2009, pero la primera en cinco meses, durante los cuales, según fuentes tibetanas, han aumentado las manifestaciones contra diversas políticas del gobierno chino, que han recibido como respuesta la represión. Las inmolaciones “son acontecimientos tan dramáticos que los chinos no pueden manipularlos de forma alguna. Los tienen que aceptar. Representan un llamado y grito por parte de la población tibetana”, opina Marco Antonio Karam, presidente y fundador de Casa Tíbet en México. “Es una manera en que los tibetanos, respetando el espíritu de la no violencia de la cultura budista, exteriorizan la inconformidad radical para lo que acontece hoy en el Tíbet y lo hacen sacrificando sus propias vidas”, dice. La “solución final” La política que el gobierno de China mantiene sobre el Tíbet y que el Dalai Lama, líder espiritual de los tibetanos, llama desde hace décadas la “solución final” mediante la “asimilación”, continúa hasta el grado, asevera Karam, que el gobierno chino está relegando la enseñanza del tibetano en las escuelas oficiales desde el 2010. “Una de las cosas que más molestan a los tibetanos es la política que China implementa en torno a la educación del tibetano en el sistema educativo”, señala Karam. El 22 de octubre del 2010 una serie de protestas estudiantiles se esparcieron desde Qinghai hasta Beijing por las reformas que imponían al chino mandarín como idioma oficial escolar y al tibetano sólo como un idioma para usar en clase. Además, se impuso la educación en chino para escuelas de nivel primario en áreas rurales. Profesores tibetanos abogaron entonces por una “auténtica educación bilingüe”, de acuerdo con una noticia del sitio SaveTibet del 25 de mayo de 2011. “Representa la estrategia final China para erosionar la cultura tibetana; al erosionar el lenguaje se erosiona la cultura”, denuncia Karam. “Como lengua secundaria incluso se enseña el inglés, no el tibetano”, añade. En 2011 el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas emitió una “apelación urgente” al gobierno chino sobre restricciones impuestas que detectó sobre el uso del tibetano en las escuelas de la Prefectura Autónoma del Tíbet. Actualmente, agencias de noticias como Xinhua publican notas con titulares como: Enfoque de China: China se esfuerza por preservar idioma tibetano (26 de febrero de 2014). Un traductor de nombre Genqub Tenzin dice en la nota: "Tenemos que actuar más rápido para actualizar el léxico tibetano. Esperanzadoramente, también promoveremos el tibetano ordinario para reemplazar los dialectos en diferentes partes del Tíbet y en otras comunidades tibetanas en la parte occidental de China". Además del envío de millones de chinos de etnia Han a territorio tibetano, del cual no hay cifras oficiales pero el Dalai Lama ha denunciado desde la década de los ochenta que supera a la población autóctona, el gobierno chino comenzó en 2009 una política que los medios de comunicación llamaron “reubicación”. De acuerdo con una nota de Xinhua de enero de ese año titulada “Tibetanos aprenden a vivir en sus nuevas casas”, la reubicación de la población en una reserva llamada Sanjiangyuan tenía la intención de “proteger” la Reserva Natural del Nacimiento de Tres Ríos en la provincia de Qinghai, fuente de los ríos Yang Tse, Amarillo y Lancang. De acuerdo con Karam, es en estos territorios donde se conserva la cultura precomunista del Tíbet, basada en el pastoreo de cabras y yaks, con los que se produce leche y mantequilla. Ahí no hay una forma de vida agrícola debido a la pobreza de humus de la tierra, por lo que la vida es trashumante. “Los nómadas han logrado por mil 800 años convivir de forma sustentable con este medio ambiente”, dice el director de Casa Tíbet. “Ahora los obligan a abandonar esa forma de vida y establecerse en centros urbanos, como Lhasa (capital del Tíbet)”. Tinley Namgyal, de 32 años, fue el tibetano que se inmoló hace cinco meses, antes de Lhamo Tashin. Namgyal era de una familia semi-nómada forzada a migrar a las ciudades por la construcción de una hidroeléctrica en Dawu, también en la prefectura de Kardze. En julio las fuerzas de seguridad abrieron fuego en contra la población de Dawu que había decidido celebrar el cumpleaños del Dalai Lama, de acuerdo con el perfil de Namgyal que existe en el portal de FreeTibet. La casa del tesoro en el Oeste Los chinos llaman Xizang al Tíbet, que significa “la casa del tesoro en el Oeste”. La meseta tibetana es la más larga y alta región en la tierra fuente de 10 sistemas de ríos que promueven irrigación, energía y agua potable a mil 300 millones en el planeta, de acuerdo con la agencia de noticias en inglés ChinaDialogue mediante su proyecto ThethirdPole (el tercer polo, como se le llama al Tíbet por sus reservas de agua). El artículo de investigación “El auge de la construcción de presas en China: una agresión a los sistemas fluviales” , publicado por el catedrático Charlton Lewis de la Universidad de Yale el 14 de noviembre de 2013, detalla los efectos que la construcción de represas ha tenido sobre ríos que nacen en el Tíbet como el Amarillo, el Yang Tse (el tercer mayor río del mundo que alberga la presa de Las Tres Gargantas) y los posibles efectos de construcción de presas en el Nu y el Yarlung Tsangpo-Brahamaputra (los dos últimos ríos de caudal libre). El texto detalla que se tienen proyectados 130 embalses en ríos que parten del Tíbet con los que para el 2020 China espera poder generar 120 mil megavatios de energía renovable. En mayo de aquel 2009, por ejemplo, seis mujeres fueron heridas con arma de fuego por la policía por oponerse a la construcción de una hidroeléctrica rn Tawu, provincia de Sichuan. Además de los proyectos hidroeléctricos, en marzo de 2010 el gobierno chino anunció que explotaría 3 mil reservas minerales en El Tíbet. Ese año se dieron diversas protestas en Huatailong (junio) y Kham (agosto). Durante esta última la represión del Ejército causó tres muertes, de acuerdo con el artículo “Minería, la nueva colonización del Tíbet”, del sitio TibetOffice. Que hayan pasado cinco meses en los que no hubo inmolaciones no quiere decir que no hayan existido otras formas de suicidios como una manera de protestar en el Tíbet. Phakpa Gyaltsen, de 32 años, mostró su oposición a un proyecto minero en el pueblo Gewar, en la provincia de Zogang, apuñalándose y arrojándose de un edificio. Los hechos ocurrieron el 7 de mayo. Después de su muerte se realizó una manifestación para detener la actividad minera. De acuerdo con el portal AsiaNews, la policía china eligió a un miembro de cada familia del pueblo (60 en total) y los encarceló. En estos cinco meses la mayoría de protestas, salvo la de Shukpa, fueron contra proyectos mineros. El 4 de agosto hubo protestas en tres pueblos de la región de Nangchen, prefectura de Qinghai, contra minas de carbón propuestas para la región. El 1 de julio se realizó una en la aldea de Martag contra un proyecto de cobre que afecta espacios sagrados del pueblo. Alrededor de 100 policías golpearon a los manifestantes. Un mes antes 30 tibetanos fueron arrestados por protestar contra una mina de mármol en la región de Chabcha, de acuerdo con el portal RadioFreeAsia. “Está ligado a sus valores culturales. El sentido de la interdependencia del ser humano con la naturaleza es fundamental para el budismo. También eso están destruyendo”, asevera Karam. El 10 marzo de 2008 comenzó un levantamiento tibetano en el contexto de las olimpiadas de Beijing y el 49 aniversario del levantamiento de 1959. Las protestas las encabezaron monjes que pedían la liberación de compañeros suyos presos en 2007 por celebrar que al Dalai Lama se le había otorgada la Medalla del Congreso de Estados Unidos. Las noticias después del levantamiento fueron contradictorias. Por un lado las agencias chinas alegaban el asesinato de comerciantes chinos; por otro lado, las agencias tibetanas alegaban represión y violación de derechos humanos. La crisis sentó un precedente para que enviados del Dalai Lama se sentaran a la mesa con delegados chinos. En octubre el Dalai Lama dijo sentirse “decepcionado” por la actitud del gobierno chino ante sus propuestas. Al siguiente año comenzó la cadena de inmolaciones: “La más grande en la historia moderna del mundo”, asevera Karam. “¿Por qué los tibetanos incurren en una idea como esta? Para no dañar a otros. No agredir físicamente a la población china ni a las fuerzas de ocupación”, explica. Y agrega: “Es dramática pero ilustra el estado de desasosiego e inconformidad que tienen, el estado de desesperanza”. Tibetanos, en el exilio o dentro de su propio territorio, han realizado caminatas, peregrinaciones, marchas, detalla Karam: “Algunos tienen en su casa el retrato del Dalai Lama, a pesar de que está prohibido. Algunos se niegan a ser desplazados y reciben pena de muerte”, afirma. Sin embargo, los tibetanos también han recurrido a la rebelión armada (1956-1962) y existieron enfrentamientos durante el levantamiento del 2008, debido a la represión que la policía hizo de una manifestación pacífica en el templo Ramoche en la ciudad de Lhasa. Karam opina que en 2012 las inmolaciones llamaron la atención internacional. Sin embargo, considera que ya no es así: “No parece ser que China tenga intención de abandonar el Tíbet. Veo un problema que se deteriora casi minuto a minuto. Al mismo tiempo, debido a la política demográfica que Beijing denomina como la solución final, en pocos años no habrá mucho que salvar”. Karam aclara que el gobierno en el exilio y el Dalai Lama no han pedido la separación de China, sino respeto a su autonomía, el punto principal esbozado por los enviados del líder religioso tibetano en 2008, durante los diálogos que siguieron a las protestas. La autonomía del Tíbet está en el discurso de los propios chinos desde los 17 Puntos de 1951. Ocho años después el gobierno chino proclamó la Autonomía de la Nacionalidad Minoritaria, pero dividió el Tíbet en 13 áreas, comenzando con la denominada Región Autónoma del Tíbet y 12 áreas en provincias vecinas. Finalmente, el director de Casa Tíbet opina: “Dentro del marco y en el papel, la autonomía se tendría que respetar porque el Tíbet tiene ese estatus. Esto para mantener identidad, cultura y religiosidad; es decir, garantías primarias para preservar el idioma, la cultura y la integridad ecológica del Tíbet”.

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