Se agota primer tiraje de Charlie Hebdo

miércoles, 14 de enero de 2015 · 20:22
MÉXICO, D.F. (apro).- Un primer tiraje de 700 mil ejemplares de Charlie Hebdo -se calcula imprimir un total de 6 millones entre hoy y el próximo lunes- voló desde las primeras horas de este miércoles. La gran demanda obedece a que se trata de la primera edición desde que sufrió el atentado terrorista el pasado miércoles 7 durante el cual murieron su director y otros seis periodistas y cartonistas. La prensa francesa reportó que desde la madrugada se formaron colas en los quioscos y que muchas personas reservaron un ejemplar desde el día anterior. La edición número 1778 del semanario tendrá un tiro de seis millones de ejemplares –vendía alrededor de 30 mil antes del atentado-- y será traducido en cinco idiomas para posterior difusión en 20 países. [gallery type="rectangular" ids="393025"] La organización Al-Qaeda en la Península Arábica (AQPA), cuya sede se encuentra en Yemen, reivindicó hoy los mortíferos atentados contra el semanario a través de uno de sus dirigentes, Nasser Ben Ali al-Anassi, quien precisó que AQPA había “elegido el objetivo, financiado el operativo y reclutado su jefe” con el objetivo el de “vengar al profeta”. Aun cuando su primera plana, en la cual aparece el profeta Mahoma, provocó molestias de varias instancias musulmanas en el mundo –como en Irán, en Qatar, en Egipto, en Arabia Saudita o en Palestina, según Le Monde--, un periódico turco, Cumhuriyet, reprodujo este miércoles las caricaturas del semanario en cuatro de sus páginas. Policías visitaron anoche a la imprenta del periódico turco para examinar su contenido. Tras la inspección, dieron luz verde a su difusión, la única en el mundo musulmán y en Turquía, cuyo presidente Recep Tayyip Erdogán estrecha su control sobre la prensa desde el pasado mes de diciembre según Reporteros Sin Fronteras (RSF). Un tribunal turco censuró hoy a los medios electrónicos que representaron a la imagen del profeta. [gallery type="rectangular" ids="393006"] No Soy Charlie Si bien las ventas de Charlie Hebdo arrasaron hoy en Francia, el fenómeno no oculta un cierto malestar entre varios sectores de la población, los cuales no se identifican con el movimiento “Yo Soy Charlie” –el tema más tuiteado en Francia--, ya que repudiaron en su momento las publicaciones de las caricaturas o criticaron la línea editorial del semanario. Si bien existen algunos casos de extremistas quiénes celebraron los atentados, la enorme mayoría de los militantes del “Yo no soy Charlie” condena los ataques terroristas contra Charlie Hebdo y el supermercado de productos kosher, denuncia la violencia y aboga a favor de la libertad de expresión. Integrantes de la comunidad musulmana, por ejemplo, se niegan a asociarse con Charlie Hebdo; se sienten agredidos en su fe y religión a través de las representaciones del profeta Mahoma que publicó el semanario y que, según ellos, reflejaba la islamofobia latente en Francia. En las redes sociales, aquellos se asocian más fácilmente a Ahmed Merabet, el policía de confesión musulmana que uno de los hermanos Chouafi asesinó de un tiro en la cabeza mientras se encontraba tirado en una banqueta. En entrevista con Le Monde, Abdelkrim Branina, el jefe de redacción de una radio parisina laica con un público esencialmente musulmán, Beur FM, aseveró que la sociedad francesa debe escuchar a las personas que afirman que “no son Charlie” y no hacer un “chantaje intelectual”, como lo hizo el expresidente estadunidense George W. Bush después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 al plantear: “están con nosotros o contra nosotros”. “Más que el hecho, reputado sacrilegio, de caricaturar al profeta Mahoma, fue un dibujo que lo representaba con una bomba en su turban que conmovió (a la comunidad musulmana de Francia)”, explicó Branina, al analizar que el dibujo “vinculaba el Islam con el terrorismo”. Y añadió que “no es necesario decir Yo soy Charlie para compartir el pésame de las familias”. Minoría dominada En la página de la Unión Judía Francesa por la Paz (UJFP) –una asociación judía que condena la política de Israel y aboga por la convivencia entre religiones--, el historiador israelí Shlomo Sand observó que la caricatura tan polémica “equivalía a asociar el judaísmo con el dinero”. En Europa, observó Sand, viven “millones de trabajadores musulmanes, quiénes desempeñan en general las tareas más ingratas, en el escalón social más bajo”, y “existe una diferencia fundamental entre el hecho de atacar a una religión o una creencia dominante en una sociedad y el de atacar a una religión de una minoría dominada”. “Si, en el seno de la civilización judeo-musulmana: en Arabia Saudita o en los emiratos del Golfo se elevaran hoy en día protestas contra la religión dominante que oprime a miles de trabajadores y millones de mujeres, tendríamos el deber de apoyar a los manifestantes reprimidos”, dijo Sand, pero añadió: “como es sabido, los dirigentes occidentales, lejos de apoyar a los herederos de Rousseau y Voltaire en el Medio Oriente, sostienen a los regímenes más represivos”.

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