México, DF (apro).- El gobierno griego de Alexis Tsipras, líder del partido Syriza, enfrentó hoy su primera huelga general que llevaron a cabo empleados de los sectores público y privado para protestar contra las medidas de austeridad que el primer ministro se comprometió a adoptar en julio pasado para cumplir con las exigencias de los jefes de Estado de la Unión Europea.
Estudiantes, comunistas y sindicatos recorrieron las calles de Atenas en tres manifestaciones distintas y pacíficas, aunque reportes locales informaron sobre un enfrentamiento que estalló por la mañana entre granaderos y un grupo de jóvenes en las afueras del Parlamento.
Divido entre su retórica de izquierda y su política de austeridad, el propio Syriza llamó a la población a participar en la manifestación “contra las políticas neoliberales y el boicot de los centros financieros y políticos dentro y fuera de Grecia”. Decenas de militantes y representantes que conformaban el ala izquierda de Syriza abandonaron el partido desde el verano.
Mientras los trabajadores y desempleados tomaban las calles, representantes de las instituciones acreedoras de Grecia se encontraban en un hotel privado de Atenas para analizar la implementación de las reformas de austeridad.
En enero pasado, Syriza accedió al poder con base en un programa de rechazo a las medidas de austeridad que impuso la “troika” –los organismos internacionales acreedores de Grecia, que son el Fondo Monetario Internacional, la Unión Europea y el Banco Central Europeo-- a cambio de nuevas líneas de crédito.
En los últimos cinco años, los gobiernos griegos pusieron en marcha nueve programas de austeridad, que incluyeron recortes a los salarios y a las pensiones, el aumento de siete años a la edad de jubilación, despidos masivos en la función pública, incrementos del IVA, creación de nuevos impuestos, privatizaciones de sectores amplios del Estado, así como la liberalización de los mercados laboral y de los servicios.
El más reciente de estos programas de austeridad fue pactado el verano pasado, después de semanas de alta tensión, en las que ciertos países de la UE –entre ellos Alemania-- izaron la amenaza del “Grexit”, la salida de Grecia de la zona monetaria, para forzar el país a aceptar sus condiciones.
En respuesta, Tsipras organizó un referéndum, que rechazó en 61% el programa de austeridad de los acreedores de Grecia. El repudio exhibió la sumisión de la democracia por los intereses financieros, ya que el primer ministro griego tuvo que ceder y aceptar un noveno plan de austeridad, que el Parlamento ratificó el 16 de julio.
El 13 de agosto, Grecia y sus acreedores negociaron un nuevo plan de crédito, y una semana después Tsipras presentó la renuncia de su gobierno. El 20 de septiembre, Syriza volvió a ganar las elecciones legislativas, con 35.5% de los votos y realizó una coalición con un partido soberanista, con el que sumó 155 diputados, cuatro más que la mayoría absoluta.