Argentina pide a HSBC le regrese 3 mil 500 mdd de evasores

viernes, 13 de marzo de 2015 · 21:46
LONDRES (apro).- El banco británico HSBC está en graves problemas. Luego de revelarse que su filial en Suiza ayudó a evadir impuestos a unos 30 mil clientes ricos y poderosos, el corporativo con sede en Londres enfrenta el pedido de gobiernos para repatriar fondos de clientes evasores. Ese fue el caso de Argentina, donde el jefe de la agencia de recaudación fiscal (AFIP), Ricardo Echegaray, viajó a Londres para demandar al HSBC repatriar 3 mil 500 millones de dólares en fondos encubiertos. La AFIP considera que la entidad bancaria ayudó a sus clientes a trasladar ese dinero a cuentas offshore evitando así que pagaran sus debidos impuestos. Echegaray dijo que las acciones del HSBC pusieron en riesgo “la estabilidad del gobierno argentino”. "HSBC creó una plataforma para ayudar a sus clientes a evadir impuestos”, denunció en una conferencia de prensa en la embajada argentina en Londres, acompañado por la embajadora Alicia Castro. El funcionario argentino confirmó también que las autoridades impositivas del Reino Unido le pidieron detalles acerca de la causa que Argentina emprendió contra el HSBC. “Piratería financiera” En noviembre pasado, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner acusó al HSBC de ayudar a más de cuatro mil clientes a evadir el pago de impuestos. El banco negó los cargos al indicar que respetó en todo momento las leyes argentinas. Echegaray dijo que a menos que el HSBC admita públicamente que “respetó" las normativas por el pago de impuestos, será acusado de haber participado en “piratería financiera". Además, se mostró en favor de lanzar una batalla judicial contra el banco por actos ilegales cometidos desde 2006. Reveló que el fisco británico sólo contactó a las autoridades argentinas por el escándalo en la banca suiza el pasado 13 de febrero, incluso cuando sabía que había argentinos evasores entre los clientes de la entidad. La AFIP denuncia la existencia de más de cuatro mil cuentas bancarias de argentinos en la filial Suiza del HSBC. Ricardo Echegaray ofreció tales declaraciones horas antes de asistir a una audiencia de la poderosa Comisión de Cuentas Públicas de la Cámara de los Comunes, que investiga desde hace meses actividades ilegales por parte del banco británico. En esas audiencias comparecieron el director ejecutivo de HSBC Holdings PLC, Stuart Gulliver; la directora independiente de la entidad, Rona Fairhead, y el titular de autoridad tributaria británico, Edward Troup. La Comisión de Cuentas Públicas está integrada por 14 miembros parlamentarios: ocho conservadores, cinco laboristas y un liberal-demócrata y es encabezada por la laborista Margaret Hodge. A comienzos de este marzo el HSBC confirmó que Gulliver posee una cuenta bancaria en la filial suiza de la entidad, justamente la que está bajo investigación de la justicia suiza por la sospecha de haber ayudado a sus clientes a evadir impuestos. Según el periódico The Guardian, Gulliver llegó a contar con 5 millones de libras (7.5 millones de dólares) en la filial suiza del banco, en una cuenta a nombre de una compañía panameña. Hodge abrió las sesiones en el Parlamento acusando directamente a Gulliver por sus operaciones bancarias e impositivas. “¿Cómo puede un cliente del HSBC tener confianza alguna en alguien como usted?”, le increpó la diputada opositora frente al grupo de parlamentarios. Luego de ser presionado por varios integrantes del comité sobre sus asuntos financieros, Gulliver respondió: “Acepto que esta situación ha causado un daño a la reputación del banco en ciertos sectores”. A modo de disculpa, continuó: “Mis asuntos impositivos están en orden y he llevado a cabo una reforma profunda en el HSBC desde que asumí la jefatura de la entidad hace cinco años atrás”. A pesar de haber nacido y haberse educado en el Reino Unido, Gulliver cambió su domicilio fiscal a Hong Kong por razones netamente impositivas, ya que allí paga menos al fisco. Fue además uno de los primeros clientes de la banca privada en Suiza del HSBC, luego de abrir una cuenta allí hace 17 años, en la que depositaba las primas y bonos multimillonarios que cobraba anualmente. Los parlamentarios británicos se dijeron “muy frustrados” por el hecho de que ningún banquero o ejecutivo del HSBC asumió responsabilidad alguna por el escándalo ni se hizo cargo directamente del asunto. “Todos ustedes evaden groseramente sus responsabilidades. Están evadiendo prácticas de evasión”, apuntó Hodge contra los ejecutivos. En medio de una acalorada interpelación de varias horas, que fue interrumpida cuando un activista contra el HSBC fue retirado de la sala por policías armados luego de intentar increpar a los banqueros, Gulliver admitió que “ciertas prácticas” pusieron en riesgo al banco. Uno de los puntos contenciosos es la acusación contra el HSBC acerca de que destruía resúmenes de cuenta de clientes ricos y poderosos, para que de esa manera las autoridades fiscales no supieran el monto exacto de dinero y transacciones en las cuentas secretas. Se estima que al menos 18 mil 642 clientes de la banca privada del HSBC en Suiza disfrutaban de estos beneficios. Evasión a “escala industrial” Durante las audiencias también compareció Meares, quien se desempeñó como jefe de la banca privada global del HSBC a cargo de sus operaciones en Suiza entre 2006 y 2011. Meares es ahora presidente de la firma de inversión londinense Quilter Cheviot, que factura millones de dólares al año al contar con clientes acaudalados. El exbanquero del HSBC dijo ante el comité que pasaba un 20% de su tiempo en Suiza, cuando se reunía con el jefe de la banca privada de la entidad en ese país. Meares admitió que la primera vez que supo de irregularidades fue en enero pasado, tras recibir una carta del periódico The Guardian. “Yo no era personalmente responsable de las acciones de individuos en la banca privada del HSBC en Suiza, pero comparto la responsabilidad por cualquier actividad que ocurriera bajo mi mando”, continuó. A pesar de haber sido presionado más de diez veces por el parlamentario conservador David Burowes para que admitiera responsabilidad por las fallas en la sede de Ginebra, que representaba 30% de las operaciones de banca privada globales del HSBC, Meares se negó a decir “sí” o “no”. “Usted fue completamente incompetente en su labor para controlar lo que pasaba o simplemente sabía todo lo que pasada. No creo en absoluto que no supiera. Estamos hablando de evasión fiscal a una escala industrial”. Durante las sesiones, Hodge pidió la renuncia inmediata de Fairhead a su actual cargo como integrante del BBC Trust, la entidad que gobierna a la BBC de Londres. La parlamentaria laborista dijo que Fairhead se desempeñaba en el pasado como jefa del comité de auditoría del HSBC hasta 2010; luego encabezó el comité sobre riesgos del banco. “Cuando las cosas se hacen mal bajo tu cargo en el sector público se renuncia. Nadie quiere aquí aceptar su responsabilidad”, agregó enojada la legisladora opositora, una de las diputadas con mayor experiencia y conocimiento sobre el caso de evasión fiscal del HSBC. “El gobierno debería despedirte”, lanzó. El caso de la evasión fiscal facilitada por el HSBC salió a la luz a partir de los documentos conocidos como la “Lista Falciani”, compilada por el ítalo-francés Hervé Falciani, un exempleado de la entidad experto en informática, quien filtró 30 mil cuentas secretas y transacciones de clientes para evadir impuestos. Dicha información fue filtrada al Consorcio de Periodistas de Investigación (ICIJ), como también a unos 50 medios de prensa internacionales incluidos The Guardian, Le Monde y la BBC. La polémica generó muchas críticas contra el fisco británico, acusado ahora de no haber hecho suficiente para evitar la evasión fiscal de ricos y poderosos. La fiscalía de Ginebra informó que el banco está directamente involucrado porque el código penal establece que una empresa puede ser "investigada independientemente de la responsabilidad penal de sus empleados si se les puede probar que no adoptaron todas las medidas necesarias para impedir infracciones en su interior”. El HSBC ha estado involucrado además en una serie de escándalos bancarios, incluyendo la manipulación de tasas de cambio internacionales y del mercado de divisas. Como consecuencia de sus desastres fiscales, el banco confirmó que en 2014 registró una caída de 17% en sus ingresos anuales de 18 mil 700 millones de dólares. La entidad dijo que el año pasado fue "desafiante" por efectos adversos de multas y penas. "Lamentamos profundamente y pedimos perdón por los errores de conducta y cumplimiento de normas revelados, los cuales contravenían nuestras propias políticas, como también las expectativas que tenían en nosotros", indicó el grupo en un comunicado.

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