Informe de la ONU sobre "crímenes de guerra" en Gaza enfurece a Israel

lunes, 22 de junio de 2015 · 17:29
MÉXICO, D.F. (apro).- La comisión independiente de las Naciones Unidas que investigó la operación militar “Margen Protector” de las fuerzas aéreas israelíes contra la Franja de Gaza en el verano pasado, rindió hoy un informe en el que concluye que ambos lados cometieron “crímenes de guerra” al violar el derecho humanitario internacional. A lo largo de las 188 páginas del reporte, los expertos documentaron “las serias violaciones al derecho internacional humanitario y de derechos humanos por parte de Israel y de los grupos armados palestinos”, las cuales –dice– se mantuvieron impunes en su mayoría, y aseveraron que “algunos casos llegaron a representar crímenes de guerra”. La publicación del informe desató la ira del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien acusó a los expertos de tener una visión “parcial” de una comisión “que condena a Israel más que Irán, Siria y Corea del Norte juntos”. “Israel se defiende y lo hace de acuerdo con el derecho humanitario”, insistió el recién reelecto primer ministro, al añadir que “Israel no comete crímenes de guerra”. Los expertos denunciaron al Ejército israelí por haber bombardeado y destruido zonas residenciales densamente pobladas sin proteger a los civiles, mientras acusaron a las milicias armadas del Hamas disparar de manera indiscriminada contra zonas civiles en los territorios israelíes en total impunidad. De acuerdo con el informe, entre el 7 de julio y el 25 de agosto, las fuerzas aéreas de Israel realizaron más de 6 mil operaciones de bombardeo con explosivos de alto poder sobre Gaza, a raíz de los cuales murieron 2 mil 256 palestinos –mil 462 civiles, 229 mujeres y 551 niños–, derrumbaron 18 mil edificios y casas, 209 escuelas, un hospital y cinco clínicas, así como parte de las redes de abastecimiento de agua y luz, desplazaron a 500 mil personas y dispararon en 11% el desempleo. Los grupos armados palestinos dispararon por su parte 4 mil 881 cohetes y mil 753 morteros de manera indiscriminada sobre las zonas cercanas a, los cuales mataron a seis civiles –entre ellos un niño y un trabajador migrante de origen tailandesa–, hirieron a mil 600 personas, y forzaron a alrededor de 10 mil personas a desplazarse. Los expertos de la comisión analizaron en detalle 15 bombardeos del ejército israelí contra recintos residenciales y casas en Gaza, durante los cuales murieron 216 personas –entre ellos 115 niños y 50 mujeres– y en las horas de la comida del ramadán que las familias suelen compartir juntas. El gobierno israelí no le proporcionó información al respecto, ni justificó la “ventaja militar” que obtuvo al destruir viviendas. Entre los misiles utilizados, el GBU-31/MK-84 genera “una bola de fuego de 8 mil 500 grados, cava un cráter de 6 metros, desplaza 4 mil 500 kilos de polvo y piedras y genera el aire suficiente para derrumbar paredes y arrojar fragmentos de metal a más de un kilómetro”, explicó la comisión. Refiere que, de acuerdo con las autoridades israelíes, las fuerzas aéreas advirtieron antes de bombardear a través de llamadas telefónicas o mensajes de texto, o a través de “disparos de advertencia” sobre los techos de los edificios, los cuales provocaron una “seria preocupación” entre los expertos, quiénes concluyeron que “no es (un método) efectivo” para proteger a los civiles. De hecho, constató que familias enteras fallecieron a raíz de los bombardeos, por lo que, concluyó que el Ejército de Israel privilegió los bombardeos contra objetivos militares sin cumplir con su obligación de proteger a los civiles. La comisión encontró también que los propios grupos armados palestinos adoptaron “ciertos padrones” que expusieron al peligro a la población civil de Gaza, como por ejemplo el disparo de cohetes desde el mero centro del territorio, en zonas con alta densidad de civiles, o el almacenamiento de armas en edificios residenciales. “A veces, los grupos han llevado a cabo operativos militares cerca de las escuelas de las naciones unidas”, notaron los expertos, al añadir que “días previos al operativo terrestre, distintos milicianos urgieron a los civiles a no hacer caso a las advertencias de ataque del ejército israelí como forma de resistencia. De mismo modo, los expertos reportaron las ejecuciones extrajudiciales de al menos 21 habitantes de Gaza, quiénes fueron acusados de colaborar con los servicios secretos israelíes, mientras que sus familiares sufrieron duras consecuencias. Los grupos armados utilizaron cohetes de pésima precisión contra Israel –los cuales a veces funcionaron mal y se estallaron en Gaza, matando civiles– y sólo en muy escasas ocasiones advirtieron a los civiles ante la inminencia de un ataque. “Las autoridades de Gaza aseveraron a la comisión que los grupos armados palestinos no tenían a los civiles como blancos y cumplieron con el derecho humanitario internacional. Mantuvieron que los cohetes de los palestinos eran ‘primitivos’, con una tecnología no muy avanzada, no obstante, las facciones dirigieron sus cohetes contra objetivos militares en Israel. “La imposibilidad para los grupos armados palestinos de dirigir sus cohetes directamente contra los objetivos militares lleva a preguntarse ¿Qué ventaja militar podían esperar al disparar estos cohetes?”, planteó la comisión, luego de abundar que no descartó la posibilidad de que los grupos buscaran generar terror entre los civiles. El 17 de julio la infantería ingresó en el estancado territorio de Gaza con el objetivo anunciado de “destruir las organizaciones terroristas” y sus depósitos de armas, así como de cerrar los túneles que excavaron los grupos armados palestinos. Las tropas terrestres de Israel descargaron más de 5 mil toneladas de municiones y explosivos sobre Gaza, a veces en zonas densamente pobladas, pero también contra la planta de energía que abastece una tercera parte de las necesidades eléctricas de la franja y 16 ambulancias, siempre con el pretexto de que ahí se encontraban militantes armados. Los expertos lamentaron que la doctrina de la infantería estipula que “en tiempos de paz, los soldados se mantienen de pie ante la población civil, pero en tiempos de guerra, no hay población civil, sólo hay enemigos”. Y al analizar cuatro operativos específicos que “resultaron en la muerte de al menos 150 civiles, la destrucción total de 2 mil casas y la destrucción parcial de 2 mil 200 viviendas”, concluyeron que el ejército israelí falló en proteger a los civiles, e incluso se preocupó ante el concepto de “civil enemigo” que manejan los militares israelíes. Mientras tanto, en los territorios ocupados de Cisjordania, se multiplicaron las manifestaciones y acciones violentas en repudio al operativo militar israelí contra Gaza, muchas de las cuales desembocaron hacia “detenciones de masa” –más de 2 mil civiles, incluso niños, fueron arrestados–, 27 ejecuciones extrajudiciales y más de 3 mil heridos. Durante “Margen Protecto”, la policía israelí condujo “más de mil 400” operativos contra viviendas e impuso reglas de excepción que restringieron la libertad de movimiento de los palestinos. La comisión también señaló el repunte en el número de agresiones que perpetraron colonos israelíes contra palestinos en los territorios ocupados. Entre otros, reportó lapidaciones, vandalismo de casas o disparos. “Las hostilidades de 2014 estallaron en un contexto de ocupación de la Cisjordania, incluido Jerusalén Este y la Franja de Gaza, y del incremento del número de cohetes disparados sobre Israel”, señaló el informe, al recordar que desde 2007, el bloqueo sobre Gaza impuso “severas restricciones sobre los derechos de los palestinos” mientras que “las amenazas contra la seguridad de Israel permanecieron demasiado presentes”. Recordó que en junio del año pasado, tres adolescentes israelíes fueron secuestrados y asesinados en Cisjordania. Tres semanas después, un adolescente palestino fue quemado vivo en un acta de represalia y enseguida se tensaron las relaciones entre palestinos e israelíes. El 7 de julio, el gobierno israelí inició el operativo Margen Protector. Los expertos de la comisión, William Schabas, Mary McGowan Davis y Doudoud Diène afirmaron que recibieron “la plena colaboración del Estado de Palestina” para elaborar el informe, pero se quejaron de que tanto el gobierno israelí como el de Egipto se negaron en cooperar, entre otros al negarles el acceso a la franja de Gaza, y señalaron que sólo la Autoridad Palestina respondió a una lista de preguntas mientras que los combatientes palestinos e Israel se mantuvieron silenciosos. El informe se elaboró con base a más de 280 entrevistas de víctimas y más de 500 documentos de diversas fuentes, así como de la información oficial disponible sobre las operaciones militares, ya que el gobierno de Israel se negó a colaborar.

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