La falta de empleo provoca "un grave daño social": Papa Francisco
MÉXICO, D.F. (apro).- El Papa Francisco calificó el empleo como una actividad “sagrada” para el hombre, y reprobó la “peligrosa tendencia” a considerar a la familia como una molestia y un peso para la productividad.
“Trabajar es propio de la persona humana. Expresa su dignidad de ser creada a imagen de Dios. Por eso se dice que el trabajo es sagrado. Y por eso la gestión de la ocupación es una gran responsabilidad humana y social, que no puede ser dejada en manos de pocos o descargada en un mercado divinizado”, destacó durante su audiencia general en el Aula Pablo VI del Vaticano, donde se dieron cita miles de personas.
El jerarca de la Iglesia católica defendió el empleo como un derecho de todos, y manifestó su tristeza “cuando veo gente sin trabajo, que no encuentra ocupación y no tiene la dignidad de llevar el pan a casa”.
Quienes causan pérdida de puestos de trabajo, subrayó, provocan “un grave daño social”.
Jorge Bergoglio cuestionó el uso de la palabra productividad y denunció que en ocasiones quien proyecta las fábricas o los lugares de labor está interesado en la gestión de la fuerza-trabajo individual, que se puede ensamblar y utilizar o descartar según la conveniencia económica.
Asimismo, consideró que la familia es como un gran “banco de pruebas”, y constató que cuando la organización del trabajo la tiene “como rehén”, o llega a obstaculizar su camino, entonces se puede estar seguro que la sociedad humana empezó a trabajar contra sí misma.
Añadió: “Me alegro mucho cuando veo que los gobernantes hacen muchos esfuerzos por encontrar puestos de trabajo y buscar que todos tengan trabajo. El trabajo es sagrado, da dignidad a una familia. Debemos rezar para que no falte el trabajo en una familia”.
Precisó que el trabajo tiene “mil formas”, y en dos ocasiones incluyó en esta categoría las labores del hogar.
De acuerdo con el Papa, la dignidad laboral y el respeto por la naturaleza van de la mano, porque una depende de la otra.
“Cuando el trabajo es presa de la lógica del sólo beneficio y desprecia los afectos de la vida, el envenenamiento del alma, contamina todo: también el aire, el agua, la comida (...) La vida civil se corrompe y el hábitat se destruye”, indicó.
Y lamentó que las consecuencias golpeen sobre todo a las familias más pobres.