Catalanes acudirán a las urnas en decisiva elección este domingo
MADRID (proceso.com.mx).- Este domingo 27, los catalanes acudirán a las urnas en una de las elecciones más decisivas para el futuro de esta comunidad autónoma y de España, porque no sólo se juega la alternancia, sino por el carácter plebiscitario que impuso la creciente corriente soberanista que busca la “desconexión” del Estado español.
Alrededor de 5.5 millones de catalanes decidirán en las urnas si apoyan o no a las plataformas electorales que impulsan la independencia de Cataluña del resto de España.
Según las promesas de los independentistas aglutinados en las plataformas Junts pel Sí (Juntos por el sí, en catalán) y la Candidatura d´Unitat Popular (CUP), si entre ambas consiguen al menos 68 de los 135 escaños del Parlament de Cataluña, iniciarán el proceso para la independencia de esta comunidad autónoma, cuya hoja de ruta se prevé en 18 meses.
Casi todos los sondeos dan peso a esa posibilidad, ya que en conjunto ambas formaciones políticas podrían alcanzar entre 73 y 76 escaños, lo que abriría la puerta a iniciar el proceso.
No obstante, el debate se centró en que entre ambas apenas rozarían el 50% de los votos, lo que sería una débil fuerza moral para imponer el proceso soberanista a todos los catalanes. Los críticos advierten que un proceso debería tener tras de sí una mayoría abrumadora.
Un dato revelador es que la encuesta del Centro de Investigaciones Sociales (CIS) –entidad pública del gobierno central— arrojó que 33.7% de los encuestados pedían abiertamente la independencia, porcentaje que el Centro de Estudios de Opinión –dependiente de la Generalitat– eleva al 46.7%.
Para los observadores políticos la lectura de estos datos es que, aparte del “voto duro” de los independentistas, hay un amplio sector (dos de cada tres) que votará a las fuerzas soberanistas por el hartazgo de la cerrazón y arrogancia del poder central de Madrid hacia Cataluña, pero que no quiere separarse, es decir, quieren seguir siendo españoles y catalanes a la vez y que se abra un período de negociación para encajar mejor a Cataluña con el resto de España.
Existe otro dato que demuestra la definición de los catalanes ante el poder central: El 80% de los catalanes demandan poder ser consultados sobre el futuro de Cataluña, mediante un referéndum.
Los nuevos escenarios
Por todos esos elementos, es que nunca unas elecciones autonómicas tuvieron tanto interés en España y a escala internacional desde las primeras elecciones democráticas en 1977, ante un eventual cambio del mapa territorial.
La campaña electoral, que tuvo su fin la noche del viernes 25, fue enconada, con duras acusaciones y reproches entre todas las corrientes, en particular las que se encuentran en las antípodas, los “constitucionalistas”, que son los defensores de una España unida y los que buscan separarse.
El presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, si bien ocupa la cuarta posición en Junts pel Sí, se convirtió en el principal representante de la corriente soberanista, incluso, existe un debate sobre si él será reelegido y tripulará el proceso soberanista o su desgaste político es tal que sea sustituido.
Existen evidencias sobre la negociación mantenida entre Mas, su partido Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) y Esquerra
Republicana de Catalunya (ERC), para ser él el presidente si obtienen la mayoría parlamentaria.
No obstante, existen serios cuestionamientos por los innumerables casos de corrupción que salpican a CDC, a Jordi Pujol Soley, quien fue el “patriarca de la “nación Catalana” –hoy separado de la escena pública—y del propio Artur Mas.
Ante el acelerado proceso soberanista, en plena campaña electoral, el gobierno del presidente Mariano Rajoy abandonó su inmovilidad inicial, y el rey Felipe VI dejó su tímida actuación, para lanzarse a conseguir el respaldo de naciones poderosas para recalcar la necesidad de una España unida.
La primera en pronunciarse fue la canciller alemana Angela Merkel quien recordó que de acuerdo a los tratados de la Unión Europea, “todos tienen que respetar, garantizar la soberanía nacional y la integridad territorial de los Estados”.
El primer ministro británico, David Cameron, que hace un año enfrentó el referéndum escocés, advirtió que “cuando una parte de un Estado se separa de ese Estado, no formará parte de la Unión Europea, y deberá ocupar su puesto a la cola de otros países que han solicitados ser miembros de la Unión”. En la visita del rey Felipe VI a la Casa Blanca, el presidente Barack Obama, sin mencionar a Cataluña, emitió un respaldo implícito a la posición del gobierno central. “En materia de política exterior, estamos profundamente comprometidos en mantener una relación con una España fuerte y unificada”, dijo.
Y es que Cataluña tiene un peso notable en España: El Producto Interno Bruto (PIB) español supera ligeramente el billón de euros y, de esta cifra, casi 200 mil millones de euros se generan en Cataluña (18,9%).
Su población de 7,5 millones representan el 16% del total.
Es la comunidad con un mayor PIB, seguida de cerca por Madrid, sin embargo, no es la comunidad más rica, lugar que le corresponde a Madrid, cuya renta per cápita asciende a 31.004 euros. La renta per cápita catalana es de 22.780 euros, por detrás del País Vasco y Navarra.
Pese a ser la mayor economía, es el segundo destino en inversión extranjera. Los últimos datos de 2014 del Ministerio de Economía reflejan que las empresas foráneas invirtieron 17.626 millones en España, casi la mitad correspondió a la Comunidad de Madrid (8.723 millones), mientras que Cataluña sólo recibió 2.968 millones, el 16,8% del total.
En 2014 el conjunto de las empresas españolas exportó al extranjero 240.034 millones de euros, del cual el 25% salió de Cataluña.
La Generalitat de Cataluña, con Artur Mas, planteó al gobierno de Mariano Rajoy un nuevo pacto fiscal, pero ante su negativa es que el gobierno catalán y las corrientes soberanistas iniciaron la ofensiva proponiendo la separación porque así le irá mejor a Cataluña y acuñaron el lema de “España nos roba”.
A estas alturas, la noche de este domingo 27 se conocerá el tamaño de las grietas entre Cataluña y España.