MÉXICO, DF (apro).- Horas antes de presentar su tercer mensaje anual a la nación, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aprobó un decreto de estado de emergencia económica por 60 días para enfrentar la severa crisis que enfrenta el país. Sin ofrecer mayores detalles, la estatal Agencia Venezolana de Noticias indicó que el nuevo decreto entró en vigencia este viernes al ser publicado en la Gaceta Oficial. De acuerdo con información difundida por la agencia Associated Press (AP), el discurso que ofrecerá Maduro, obligado por ley a presentarlo ante la Asamblea Nacional, ha generado grandes expectativas ante los posibles anuncios que podría realizar para afrontar la difícil situación económica que amenaza con agravarse este año ante la caída por debajo de los 35 dólares de los precios del petróleo, la principal fuente de ingresos del país sudamericano. El sucesor de Hugo Chávez reconoció recientemente la complejidad de la crisis y anunció que presentaría al Congreso un decreto de emergencia económica para afrontar la situación. El diputado oficialista Elías Jaua dijo a AP que en su mensaje al país, el mandatario venezolano mostrará los avances que alcanzó su gobierno en 2015, “especialmente en la ampliación y protección de los derechos sociales del pueblo”, y sostuvo que los logros fueron posibles a pesar de “una feroz guerra contra la economía, contra la paz, contra la tranquilidad del país”. Jaua descartó que pueda representar un problema para Maduro el hecho de que por primera vez tendrá que ofrecer su discurso ante un Congreso dominado por la oposición, y dijo que el mandatario “nunca va eludir sus responsabilidades”. El líder opositor y gobernador del estado central de Miranda, Henrique Capriles, afirmó que todos los venezolanos están a la expectativa para saber cuáles son las acciones que el gobierno tomará desde el punto de vista económico para enfrentar la crisis. En una entrevista radiofónica, dijo que espera que Maduro –quien asumió el gobierno en abril 2013– “no venga con un cuento o un disco rayado de la guerra económica o el imperio”. “La paciencia tiene su límite”, agregó.