CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Salah Abdeslam, el único sospechoso vivo de los atentados de París del pasado 13 de noviembre, se quedó sin defensa luego de que sus abogados Sven Mary y Frank Berton renunciaran a llevar su caso ante el silencio que mantiene. Los dos abogados uno belga y el otro francés, indicaron que comunicaron su decisión a Abdeslam quien entendió que “los caminos debían separarse” y escribió al juez instructor para anunciarle que no quiere tener otros abogados, informó la agencia EFE. En declaraciones al semanario Le Nouvel Observateur señalaron que Abdeslam “no colabora más” y se dijeron estar convencidos de que mantendrá su decisión de guardar silencio. “No podemos seguir defendiendo la palabra de un hombre que calla. Es una decisión que hemos madurado (…) En el momento en el que rechaza la estrategia de defensa que le proponemos hay que dejarlo”, comentó Mary, el abogado que asistió a Abdeslam desde su detención en el barrio bruselense de Molenbeek en marzo pasado, cuatro meses después de los atentados que causaron 130 muertos en París. Berton y Mary comentaron que aceptaron la defensa del presunto terrorista con la condición de que hablara. Sin embargo, en las últimas semanas cambió de actitud, señalaron. Y consideraron que las condiciones carcelarias a las que está sometido Abdeslam, aislado en una celda con video-vigilancia permanente, día y noche, son el origen de su cambio de actitud. “Al principio confiaba en mí. Pero desde hace siete meses asisto al espectáculo de un muchacho de 27 años que se hunde psicológicamente (…) Es el sistema carcelario organizado sobre él que le conduce a ello”, declaró Berton. Mary fue más lejos al señalar que desde su detención la intervención de las autoridades francesas, incluida la Fiscalía, le hizo pensar a Abdeslam que su suerte estaba echada y que “los dados estaban trucados” lo que le ha orillado a guardar silencio y negarse a cooperar. Según Berton, Abdeslam no fue el organizador de los atentados de París pero “el poder político eligió responder al populismo tratándole como si lo fuera” y tratándolo como “una rata en una caja”. “La prisión está transformando a Salah Abdeslam en una bestia salvaje. Su ventana está obstruida por un plástico, no le entra aire. Ve a su familia tras un cristal, no tiene contacto físico con nadie, más allá de los cacheos. Es degradante. En 25 años de carrera nunca he visto eso”, dijo el abogado francés. Añadió que la video-vigilancia, incluida la noche con cámaras infrarrojos, “no era necesaria” y aseguró que “si quiere suicidarse lo hará”. Ese trato, que Mary calificó como “tortura psicológica”, es lo que está llevando a Abdeslam a radicalizarse en su postura y a “encerrarse en su silencio” y en “la protección de dios”. --fin--